«La CGT llamó al paro porque presionaron las bases»

En diálogo con El Grito del Sur, el secretario general de ATE Capital realiza un balance del paro del martes, analiza la actitud del Triunvirato de la CGT "frente a la presión de las bases" y augura nuevos despidos en el Estado.

«En este sindicato hace tres años que nadie duerme», dice el secretario general de ATE Capital, Daniel Catalano. Con 30 mil despidos, los estatales fueron los más perjudicados -y señalados- por el Gobierno. El déficit cero como condición del nuevo acuerdo con el FMI implicará además mayores recortes en el Estado. «Los despidos ya están en marcha, no hay una sola secretaría, ni un solo ministerio o empresa pública que no vayan a recortar», advierte. El gremio que conduce fue protagonista del paro de 36 horas con movilización convocado por las CTA, pero propone ingresar a la CGT, pese a que critica a su conducción. «Si nos juntáramos todos podríamos torcerle el brazo al Gobierno», dice.

-¿Qué balance dejó el paro?

-Fue enorme. Otra muestra de que el hartazgo es general. El lunes, además, hubo marchas en todo el país, no sólo en Buenos Aires, con una participación popular inmensa.

-Las segundas líneas del Gobierno, como es costumbre, lo evaluaron políticamente como “desestabilizador”. Triaca habló de fines “electorales” y también se señaló que, sin el paro de  transporte, la medida no se hubiera sentido.

-Triaca ya no merece que se le responda, es un funcionario insignificante a esta altura. En cuanto al paro de transporte, es una evaluación que se hace desde la derecha. Se cree que el trabajador del transporte recibe una orden desde arriba, como si no tuviera intenciones ni derecho de ir al paro también, lo cual me parece discursivamente violento. El paro no fue desestabilizador: no se trata de que se vaya Macri, sino de que cambie el modelo económico.

-Lo cual a esta altura sería lo mismo.

-Si quiere ser reelecto, que sea reelecto: lo que nos importa a los trabajadores es que cambie el modelo, porque se pierden cientos de puestos de trabajo por día. Además, para nosotros no está tan claro que toda la oposición política esté trabajando en sintonía para frenar el ajuste. Si nos ponemos de acuerdo, si nos decidimos a presionar todos juntos con la misma impronta, Cambiemos se plantearía hacer cambios en el modelo porque no tendría alternativa, pero eso hoy no pasa.

-¿A qué sectores incluís en una postura blanda hacia el Gobierno?

-No está claro todavía el rol del Triunvirato de la CGT en ese sentido.

-¿El Triunvirato en su conjunto, sin matices?

-Puede haber matices, pero los tres son parte de la misma lógica. Los matices de todas formas no importan si lo que está en juego es el bienestar de los trabajadores, su proyecto de vida, el plato de comida que deben llevar a la casa. La postura que nosotros reclamamos tiene que ver con sostener medidas de fuerza de forma continua, hasta tanto el rumbo de la economía cambie.

«Yo elijo el derecho al laburo, a la educación. Te corté la calle, te pido disculpas. Pero no darle de morfar a tus pibes es lo peor que le puede pasar a alguien y salimos por eso». Foto: Virginia Robles

-La foto de la conferencia de prensa en Azopardo mostró un abanico amplio de dirigentes, desde Moyano a Yasky, algo que el año pasado no estaba tan claro. ¿No van decantando algunos dirigentes hacia posturas más confrontativas a medida que el ajuste avanza?

-Si, eso va a ir creciendo todavía más y está bien que eso pase. Pero esa es a la vez la razón por la cual el Triunvirato no puede llamar y está dilatando el llamado a una confederal. No tiene garantizado salir bien parado, se plantearía reevaluar la conducción de la CGT. Hoy ya hay unos 70 gremios por fuera y no es lo mismo que se hayan ido camioneros o SMATA que cualquier otro. Seamos claros: el triunviro llama al paro porque se lo piden las bases.

-Hace rato que venís planteando que “hay que disputar la CGT desde adentro”; sin embargo, el panorama que describís no suena alentador.

-Desde que asumí en ATE que insisto a nuestros cuerpos de delegados que la coyuntura hace que tengamos que evaluar volver a la CGT. No porque sea el lugar ideal, pero sí es una institución que nos contiene a todos los trabajadores. Creo que es mucho más cómodo para muchos de nosotros quedarnos en una central como la CTA donde todos reivindicamos por ejemplo a Agustín Tosco. El desafío es coincidir con otros que quizás reivindican a Vandor o Rucci, pero no pasa por ahí. El planteo nuestro es: construyamos la central obrera con todos adentro en un marco institucional de democracia y participación, estaríamos encantados con eso. Pero hoy la CGT no lo acepta.

-En ese contexto, ¿no hay un juego en el cual la CTA endurece la postura y moviliza mientras la CGT pone un paro a un mes de distancia y decide no salir a la calle y confrontar hasta donde puede?

– No. No movilizamos pensando en la CGT. Sin movilización, como dijo Hugo Yasky, no se hubiera frenado el 2×1. ¿Qué quedaría de este país con este Gobierno sin movilización? Y cuando movilizamos lo hacemos de forma masiva. La masividad va alterando la realidad. ¿Logramos cambiar el modelo? No. ¿Por eso hay que abandonar la calle? Tampoco.

«Espero que CFK tenga la posibilidad de elegir si ser o no una opción de poder para el pueblo»

-¿Qué sensaciones te dejó que Macri se haya lanzado a la reelección el mismo día del paro?

-Más que cuándo, lo que de todas formas lo tomamos como una provocación, lo más indignante es el dónde. Macri dice que está listo para la reelección en inglés y en EEUU. No se siente parte de este país. No siente a su pueblo: hasta baila en Nueva York el día que los trabajadores paran por la situación económica. Endeuda al país por cien años y festeja.

-Buena parte del déficit cero pactado con el FMI implica un ajuste en el Estado. ¿Esperan todavía más despidos?

– Ya se están dando. Hilando fino, la reestructuración que están planteando va a generar que todas las empresas del Estado terminen despidiendo trabajadores. Fabricaciones Militares está al borde del cierre. El Hospital Posadas es emblemático, pero hay despidos en varios hospitales más. Está el conflicto abierto en Astilleros Río Santiago, en la ahora Secretaría de Agricultura, en Justicia y Derechos Humanos. No importa donde mires, en el Estado hubo y va a haber despidos. En este gremio hace tres años que nadie duerme. Pero al margen, nosotros siempre planteamos que la planta estatal tiene que ver con un modelo de país: tantos y tales trabajadores para tal política pública, para tal modelo. El quilombo es que no hay modelo de país, entonces no hay modelo de empleo público.

-El año que viene hay nuevamente elecciones en ATE a nivel nacional. ¿Vas a disputar la Secretaría General?

-Sí. Sería muy cómodo quedarme acá en Capital. Creemos que ATE es un sindicato que tiene mucho para aportar y no lo está haciendo. Porque con resistir no alcanza: lo importante, creemos, es articular el sindicato con la realidad política y social, dentro de una concepción global de país, de proyecto. Si no, no sirve.

-También, obviamente, hay elecciones presidenciales. ¿Van a apoyar a CFK?

-Espero que CFK tenga la posibilidad de elegir si ser o no una opción de poder para el pueblo.

-¿Ves posible que vaya presa?

-Todo es posible con este Gobierno. La secuencia de este tiempo lo demuestra. El primer mes voltearon por decreto la ley de medios y metieron presa a Milagro Sala.

-Por último, hace poco dijiste al aire en un móvil de televisión que priorizabas el derecho al trabajo que a circular en la calle. El video se volvió viral en un contexto de mayor conflictividad y donde también aparecen discursos como el de Baby Etchecopar, violentos, que apuestan a dividir a los trabajadores estigmatizando la protesta. ¿No te preocupa esa situación?

-La verdad que no. Ya asesinaron a Santiago Maldonado, a Rafael Nahuel, a un nene de 13 años en un saqueo en el Chaco. Una maestra fue secuestrada, torturada, y la dirigencia sindical docente es permanentemente amenazada de muerte. Myriam Bregman y Nicolás Del Caño también recibieron amenazas. Qué me importa lo que pueda decir un sector fascista, si ya nos están persiguiendo. Como dije aquella vez, yo elijo el derecho al laburo, a la educación. Te corté la calle, te pido disculpas. Pero no darle de morfar a tus pibes es lo peor que le puede pasar a alguien y salimos por eso. Eso no quita que, aclaro, somos muy responsables de lo que pasa. Hay una tensión social enorme y nosotros decimos: movilizaciones masivas y en paz. El que provoca es el Gobierno y no hay que entrar en esa provocación.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.