A un año de las elecciones

El tercer año de macrismo llegó con un adiós y un cachetazo a la estrategia gradualista y tendió la alfombra de flores para la doctrina del shock. El salario en dólares de los argentinos se devaluó a la mitad y pasó de encabezar el ranking regional a estar al nivel de la República Dominicana. Cumplieron su primer objetivo táctico: atacar el valor real del salario, pero aún no pudieron ni con la inflación ni con el déficit fiscal. Para eso se viene el ajuste y el principal impacto será el año próximo.

El tercer año de macrismo llegó con un adiós y un cachetazo a la estrategia gradualista y tendió la alfombra de flores para la doctrina del shock. El salario en dólares de los argentinos se devaluó a la mitad y pasó de encabezar el ranking regional a estar al nivel del de República Dominicana. Cumplieron su primer objetivo táctico: atacar el valor real del salario, pero aún no pudieron ni con la inflación ni con el déficit fiscal. Para eso se viene el ajuste y el principal impacto será el año próximo.

La oposición pasó de una dispersión galáctica a un cuadro que permite ver tendencias mayores de unidad al interior de grandes bloques. La foto de los cuatro, el rol activo de Solá como nucleamiento de viejos aliados arrepentidos, la ruptura de la CGT y la recomposición de un polo sindical más combativo dan un escenario general que parece conducir a dos grandes terminales: una en Cristina Fernández de Kirchner y otra en una serie inconclusa de peronistas que garantizan (y en ocasiones facilitan) la gobernabilidad del neoliberalismo.

A nivel regional el partido se polariza: de un lado, los viejos modelos progresistas y del otro, unas viejas derechas con nuevos lenguajes. Significantes cada vez más novedosos y significados cada vez más retrógados. Los emoji del fascismo millenial.

Los proyectos del PT, Alianza País y el FPV, encaran un ciclo de resistencia con altos grados de rechazo y representan, para los sectores indecisos, una especie de “eterno retorno”. El debate sobre la corrupción separó las aguas entre el “roban pero hacen” y el “honestismo fallido”. Mientras tanto, Lugo, Correa, Cristina y Lula siguen siendo las principales referencias que discuten el proyecto de las élites dominantes para la región. Los nuevos liderazgos no terminan de nacer y los viejos de empujar lo emergente, y en ese clarouscuro surgen los monstruos.

“Dios preferiría la subsistencia del gobierno, no importa cuan malo fuere, antes de permitir los motines de la chusma, no importa cuan justificada pudiera estar en sublevarse”. Erich Fromm, en su libro “El miedo a la libertad”, cita este pasaje pronunciado por el patriarca protestante Martin Lutero. El ascenso de Bolsonaro en Brasil nos lleva a repensar los modos de la religiosidad en América Latina, el rol de las iglesias evangelistas en política y la disputa por la esperanza de los sectores populares. Opuesta a la esperanza política, que deviene de la lucha, el horizonte de expectativas evangélico se concreta en la aceptación. En este marco, destaca el indiscutible rol progresivo del Papa Francisco al interior de una Iglesia milenaria. Iglesia que es al mismo el principal opositor al movimiento más revolucionario y progresivo que vive nuestra región: el feminismo, que volvió a copar, esta vez en Trelew.

La irrupción del feminismo y la consolidación de la CTEP en nuestro país dan cuenta de los pisos de acumulación organizativa alcanzados en 12 años de gobierno popular. Irrumpen y trascienden las articulaciones tradicionales y los “encuadramientos” más ortodoxos. Proponen nuevas formas de concebir el diálogo político entre los sectores populares.

Este mes la villa 21-24 de Barracas tendrá elecciones y todas sus organizaciones, desde el PJ hasta el Partido Obrero, se unificaron en un “lema” común para vencer al macrismo. Un gran aprendizaje parte desde abajo: como la derecha está envalentonada, solamente se le gana en unidad. Cada año más de neoliberalismo es una derrota. Un año de pérdida de derechos y un año de acumulación política del capital financiero y sus aliados locales.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.