Nuestro fútbol es alegría,
es disidente, es feminista.
El partido histórico ya fue anoche y algunos esperan para el sábado. Durante el mediodía, en Instagram se iban traficando el cancionero feminista para saberlo de memoria a la tarde. Y del otro lado, la jugadora Luana Florencia Muñoz compartía stories de las pibas cantando en sus habitaciones cumbia o haciendo el sapucay en la previa del partido contra Panamá.
Es que sí. Las pibas también previamos antes de ir a la cancha. Con mate, fernet, hecho por las cordobesas de «Abriendo la Cancha» o con las latitas de cerveza que aportaron las chicas de «La Nuestra Fútbol Feminista». Se goza dentro y fuera de la cancha.
Y de fondo, las banderas colgadas de cada colectivo junto con el trapo, recién terminado, de la Coordinadora Sin Fronteras de Fútbol Feminista, nacida del taller de fútbol del último Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans en Trelew.
La placita frente a las boleterías de Arsenal se llenó de pibas que combinaron la casaca de Estefanía Banini con el pañuelo de la Campaña. Porque todo deporte es político.
El penal errado de Banini al comienzo del partido no hizo que las gargantas se callaran. Por el contrario, se potenciaron cuando las chicas de Leonetas FC, que juegan en la copa Mafalda, empezaron a compartir las copias que imprimieron del cancionero. Las más chicas preguntaban cuál de todas las canciones era la que estábamos cantando y así seguir coreando a la par.
Larroque la colocó en el segundo palo para romper el arco y marcó el primero de la tarde en Sarandí. Y si chabón, llevan en los botines revolución. Seis minutos después Stábile hizo el mejor gol de la noche: desde casi mitad de cancha marcó el 2-0 y la platea, más enfurecida pero sorora, cantó por el aborto legal en Argentina y Panamá.
Segundo tiempo y llovieron más goles para las pibas. Rodríguez anotó el tercero de rebote. Banini gambeteó a tres panameñas y apuntó: la platea detrás del arco se venía abajo, era el gol del partido, pero fue travesaño. Y todo el estadio Julio Humberto Grondona coreó a la 10 en un abrazo sororo que reunió a casi 15 mil personas. Sacarse la foto haciendo el topo gigio dio sus frutos ante miles de personas y el sueño mundialista está cada vez más cerca. Porque, como las jugadoras de la Selección Argentina afirman, no son ni 11 ni 23. Con una goleada 4-0 abajo del brazo, el plantel de Carlos Borrello viaja a Panamá para definir el pase al Mundial el martes a las 20. La platea alienta y las jugadoras ponen los ovarios.
Se va a caer porque ya lo estamos tirando a pelotazos.