«No es sólo con los fotógrafos: se están llevando a todos»

Hace una semana, Bernardino Ávila fotografió para siempre el modelo de Cambiemos durante la represión al "Verdurazo". Ayer, durante otra cobertura de otra represión, terminó preso. "Ésta es la situación del país, la que nos toca cubrir", dijo en diálogo con El Grito del Sur horas después de ser liberado.

De la foto que sintetiza el modelo de Cambiemos al calabozo. Bernardino Ávila, fotógrafo de Página/12, fue golpeado y detenido ayer junto a su colega de la revista Cítrica, Juan Pablo Barrientos, mientras intentaba hacer su trabajo: cubrir una marcha de trabajadores gráficos de la imprenta Madygraf (ex Donnelley), que denunciaban frente al Congreso que el Gobierno les quitó de forma irregular una licitación millonaria. La protesta terminó con represión, trabajadores de prensa incluidos. También cayó en la redada Roberto Torres, trabajador de la cooperativa que intentó solidarizarse con Ávila, y Quimey Miguel, periodista freelance. Una semana antes, Bernardino había sido agredido durante la represión al «Verdurazo» en Constitución, inmortalizada por una foto suya que recorrió el mundo. Horas después de ser liberado,  charló con El Grito del Sur. 

-¿Cómo fue el momento en que te llevan detenido?

-Fui a cubrir la marcha del cuadernazo de Madygraf en el Congreso y la policía reprimió a los trabajadores de prensa. En el momento en que deciden despejar la avenida, la infantería empieza a empujar a los manifestantes hacia el cordón. Yo estaba intentando hacer fotos de ese momento y aparece un policía que me saca, de mala manera. Después se me vuelve a venir encima, cuando ya había buscado otro ángulo para disparar. Entonces, como hacemos los fotógrafos cada vez que nos atacan, como un acto reflejo, levanto la cámara para defenderme de la agresión de este policía, que es al que logro sacarle la foto en la que se ve que me está apuntando. Después, no sé cómo, no sé qué es lo que pasa pero termino reducido, se me tiran todos los policías encima y me garrotean. Me pegaron una trompada, cuando ya estaba en el piso.

-¿Cómo caen los otros tres?

-Se acercaron en solidaridad conmigo, me sostenían para que la policía no me llevara. Los terminaron apresando también a ellos.

-¿Volvieron a pegarles después?

-No. Del traslado en adelante nos trataron bien. Sí nos golpearon durante y después de habernos apresado.

-¿Les explicaron por qué los detuvieron?

-Nos armaron una causa por “resistencia a la autoridad” y “agresión” a la policía.

-Sobre la foto en que un policía te está señalando se especuló mucho. Da la sensación de que te tenían marcado desde antes.

-La verdad que eso no lo sé. Pero entiendo que en ese momento me señala para mostrarle a los otros policías: “Es él, es él”, decía. No sé muy bien por qué. Yo fui a trabajar y me vi imposibilitado de hacer mi tarea. Yo levanté mi cámara como hacemos todos los fotógrafos cada vez que nos agreden, porque nuestra primera reacción es cuidar la cámara. Pero nada más.

Argentina, febrero 2019. La foto de Bernardino Ávila que dio la vuelta al mundo.

– Hace muchos años que venís haciendo coberturas en la calle. ¿Reconocés el momento preciso de quiebre en que la policía comienza a agredir a los trabajadores de prensa durante las marchas?

-Pasa que no es sólo con los fotógrafos. Nosotros vamos a cubrir y en general pareciera que sí, que es una saña con nosotros, pero se llevan a todos. Cuando tienen que llevarse gente, se llevan a todos. Pasó en infinidades de marchas, sin ir más lejos, con las chicas que se llevan en las marchas por el aborto o de Ni Una Menos. Sí recuerdo especialmente la represión durante la marcha contra la reforma jubilatoria, me abrieron la cabeza ahí. Está heavy.

-Hace una semana, en el Verdurazo, sacaste una foto que se viralizó, en la que muchos ven una síntesis de lo que es modelo de Cambiemos. ¿Coincidís con esa mirada?

-Sí, es una foto de una anciana recogiendo comida con un vallado de canas atrás… está todo ahí.

-¿Te acordas cómo “viste” esa foto?

-Hubo dos momentos en la represión. El primero es una refriega sobre los trabajadores, a los que la policía no les deja bajar los cajones de verdura de las camionetas. En esa primera represión es cuando se caen al piso esas berenjenas que se ven en la foto. Cuando la policía avanza sobre los gacebos, ya instalados para un segundo ataque, fueron sobre la gente que estaba comprando la verdura a diez pesos. La señora ya estaba agachada buscando agarrar esas verduras. Los policías que están formados atrás son esos mismos que se estaban movilizando para el segundo ataque. A la señora ya la había visto antes, comprando, como vi a muchas, pero ésa me hizo acordar a mi mamá y a mi abuela y por eso la seguí.

-¿En qué te hicieron acordar a tu mamá y a tu abuela?

-Por la situación, la ropa, el changuito, todo. No entendés cómo esa situación pudo darse, es una locura.

-¿Qué creés que la hace tan especial?

-Hay fotos muy buenas por todos lados, pero esa pegó en el clavo por el contexto. El entorno ayudó mucho.

Ávila y Barrientos, anoche, al ser liberados. Foto: Nicolás Cardello.

-¿Tenés miedo de volver a salir a la calle?

-Alguna cosa hay, sí. Pero este es mi trabajo, el que me gusta y el único que tengo. Y esta es la situación del país, la que nos toca cubrir. Veremos cómo seguimos, en la calle pero cuidándome quizás un poco más.

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