El otro carnaval, murga al estilo uruguayo

Las presentaciones de murga de estilo uruguayo ofrecen otra cara al carnaval porteño.

Las murgas uruguayas-argentinas no son ninguna novedad de este lado del charco pero el panorama presente permite hablar de una escena en constante crecimiento. Diversos ciclos a lo largo del año dan vida al género y en el mes de febrero coinciden en «El Otro Carnaval», que este año se realiza en el espacio «Galpón B».

Imitando a las agrupaciones del país vecino pero sin sus reglas, jurados ni competencias —y sin su financiación—, las murgas uruguayas de Argentina crecen año a año y logran seducir cada vez a más público.

El primer ciclo «El Otro Carnaval» reunió dieciséis murgas entre febrero y marzo de 2018 en el Club Atlético Fernández Fierro. Los ocho encuentros colmados de esa edición dieron la pauta a las murgas para organizarse y apostar por un segundo tablado, esta vez con murgas invitadas de Rosario y La Plata. La Notalpié, Le Puse Cuca, La Que se Viene, Floja de Papeles y Los Vecinos Re Contentos son algunas de las dieciocho murgas que estarán presentes desde el fin de semana del 16 de febrero hasta el sábado 2 de marzo en el escenario de la calle Cochabamba 2536.

«Somos un movimiento murguero de estilo uruguayo que busca impulsar el género de este lado del río, manteniendo y levantando los principales puntales de la murga: el compromiso con la realidad circundante y la crítica a la actualidad, característica esencial de la murga como género de expresión popular», indica la gacetilla de la organización.

El estilo de murga uruguaya destaca por su canto coral, su presentación teatral y sus llamativos trajes y maquillajes, así como por la parodia humorística de sus letras y la crítica social y política. En Argentina llegaron a contabilizarse más de 160 murgas en todo el país, aunque no todas en actividad durante el mismo período, con grandes núcleos en Bs. As., Rosario, Santa Fe, Córdoba y Mendoza. Comienzan a desarrollarse en nuestro país a partir de la llegada de uruguayos huyendo de la dictadura militar (1973-1985) y desde mediados de la década del `80 son influenciadas por la emblemática murga Falta y Resto, primero, y luego, hacia los 2000, por Agarrate Catalina.

El carnaval uruguayo, conocido como el «más largo del mundo», posee una rica historia de más de cien años. Sus competencias tienen rigurosas reglas, las ganancias por entradas suelen superar al fútbol y las murgas son evaluadas en cinco categorías: Parodistas, Revistas, Humoristas, Murgas y Agrupaciones de negros y lubolos, tradicionales comparsas más cercanas al candombe. «Acá apuntamos a otra cosa, a que sea un poco más libre. Si bien la competencia puede estimular un montón, tenemos motivación suficiente con poder hacer nuestro espectáculo diciendo lo que tenemos ganas», cuenta Ailín, integrante del comité de organización y de la murga Engaña Pichanga.

¿En qué momento está actualmente la murga uruguaya en argentina?

«Son años de crecimientos pero aún no es masiva, cuando a la gente le digo que estoy en murga uruguaya me dicen ‘ah, bailás’. Para mi falta mucho en cuanto a dar a conocer», afirma María Paz Monzón de La Notalpié. «La murga es sumamente visual y apela a todos los sentidos, entra por todos lados. Hay muchas murgas nuevas en todo el país. En este ciclo se presentan dieciocho, nueve de las cuales no cantaron el año pasado», completa Ailín.

Si característica esencial de las murgas es la expresión hacia la realidad circundante, unos de los temas preponderantes es el movimiento feminista, expresado no solo en las letras sino también en la organización.

En el desfile inaugural de carnaval a fines de enero en Uruguay mujeres murguistas demandaron bajo la consigna «Sin nosotras no hay carnaval» la disparidad en participación y asignación de roles dentro de las agrupaciones. En un artículo de La Diaria (plataforma periodística uruguaya) se sostiene que solo el 27% de los roles arriba del escenario son ocupados por mujeres, la diferencia se acrecienta en las demás funciones: solo el 11% de mujeres participa en la creación de textos y 9% en los arreglos corales. En el desfile por la 18 de Julio, de 345 murguistas solo 13 eran mujeres.

El año pasado, la murga Falta y Resto desarrolló su nuevo espectáculo «Ilegal» en base a la paridad vocal, es decir, misma cantidad de hombres y mujeres en el coro, lo cual motivó la controversia al punto que uno de los dueños de la murga decidió no firmar la participación en la competencia oficial.

¿Cómo interpela a las murgas de acá?

«La Notalpié es una murga mixta y además somos una murga de 97% de docentes, por lo cual hay mucha más deconstrucción, tenemos mucho laburo de género. Es un tema que lo tenemos muy trabajado y se ve en nuestras letras, hay mucha coherencia entre lo que decimos y hacemos», afirma Maripaz.

«La mayoría de las participaciones de las mujeres son abajo del escenario: maquillaje, vestuario, gestión. Hay espectáculos en los que se habla de machismo o patriarcado pero son todos varones los que cantan, entonces la crítica se vuelve difusa», cuenta Ailín. «La murga es un género recontra crítico, se habla de todo pero no sale del patriarcado».

El pasado 8 de febrero, la organización de «El Otro Carnaval» sacó un comunicado en cual informaban la decisión de apartar a una de las murgas participantes: Los Argumento. «Motiva nuestra decisión el deseo de ser consecuentes con nuestro discurso ideológico antipatriarcal y construir espacios culturales libres de cualquier tipo de violencia. Compañeras del movimiento manifestaron repudio ante actitudes machistas y misóginas de dos miembros de del mencionado conjunto…». A su vez, desde la murga Los Argumento respondieron señalando que el enunciado deja baches interpretativos y omite información, e indicaron un descargo: «Queremos aclarar que una de las personas acusadas ya se ha hecho cargo de su responsabilidad y optado por dar un paso al costado de esta agrupación (…) Rechazamos el comunicado por considerarlo un conglomerado de mala praxis, de carácter tendencioso y principalmente por el trato superficial que decidieron darle a un tema delicado…».

Otro tema que atraviesa a las murgas es el carácter de popular, debate que también se da del otro lado del Río de La Plata.

Para Ailín, «Fue una discusión muy fuerte al interior del movimiento ¿la murga es en la calle con la gente o en un escenario, cuidando maquillaje, vestimenta, sonido adecuado? Desde mi punto de vista no es una cosa o la otra. Hay fechas en la calle y fechas como este ciclo, donde podes mostrar otras cosas. Los artistas somos trabajadores de la cultura y está bueno recibir un resarcimiento económico por las cosas que uno hace, las horas de ensayo y la dedicación. Está bueno tener las dos patas».

«Independientemente de este ciclo, tenemos una presencia muy fuerte en la calle. Nosotros estuvimos en las protestas de Ademys, otras murgas estuvieron con los trabajadores del INTI. Tenemos un idea de ir a cantar si tenemos algo que defender» cuenta Maripaz.

 

Desde la organización afirman haber contactado a organizadores del carnaval porteño y buscar mayor visibilidad de la murga uruguaya. «Para nosotros sería ideal hacer este ciclo en el anfiteatro del Parque Centenario por ejemplo». Así, la presencia por segundo año consecutivo del ciclo El Otro Carnaval parece posicionarse en la escena del carnaval de Bs. As. y acompañar de este modo a las tradicionales murgas porteñas.

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