«El debate entre veteranos reconocidos y no reconocidos no es nuestro, es del poder»

Actor y humorista, excombatiente y fervoroso militante de la causa Malvinas. Carlos Belloso dialogó con este medio de su mirada sobre el gobierno actual, los conflictos entre veteranos y el reclamo por la soberanía en las islas del Atlántico Sur.

Lo primero que llama la atención es su foto de WhatsApp: un retrato en sepia, un tanto borroso, de un joven soldado de no más de 20 años. Quien no conociera su historia, pensaría que es un personaje más de los múltiples y míticos que ha sabido representar, como el entrañable Vasquito de Gasoleros o el mítico Willy de Tumberos. Carlos Belloso nos cita en el Multiteatro de Corrientes, donde todos los viernes presenta «¿Qué hacemos con Walter?». Llega con gorrito, lentes y en el pecho, un pin de Malvinas. Y por supuesto, la conversación comienza en torno a su foto de perfil.

«La pongo ahora y no la puse antes. Primero porque tengo esta cara (risas) y segundo para que la gente vea la cara que tenía cuando pasó. Entré con 18 años, cumplí 19 estando ahí y terminé mi servicio a los 20», arranca Belloso. «Este día lo vivo, primero, como un homenaje a los caídos, a los que se suicidaron y a los veteranos».

Fotos: Nicolás Cardello

El reclamo de Carlos es también el de más de 800 excombatientes que fueron movilizados, pero no entraron en combate. Son exsoldados que no tienen ningún reconocimiento por parte del Estado argentino (bajo la excusa de no haber entablado combate en el suelo de las Islas), a pesar de haber cumplido funciones militares: «Yo me considero un veterano no reconocido y mi reclamo va contra una injusticia: nosotros estuvimos y, cuando volvimos, el Estado nos dijo que no. Durante el conflicto, se armó un Teatro de Operaciones Malvinas (TOM), que al final se dieron cuenta que tenía que ser más grande y abrieron el Teatro de Operaciones Atlántico Sur (TOAS). En el gobierno de Menem se nos reconoció con las pensiones. Pero todos conocemos lo que hizo Cavallo, un contador y un pillo con los números. Aprobó un decreto que nos excluía, que ni siquiera lo veo como anti-Malvinas: éramos un número. Para ellos eran 8000 pensiones menos», explica Belloso. «El debate entre los veteranos reconocidos y no reconocidos no es nuestro, es del poder. Pero llega el 2 de abril y nosotros decimos: ¿qué pasa con nuestra medalla? ¿Qué pasa con nuestro desfile? ¿Qué pasa que el Estado y la gente que no nos agradece que a los 18 años estuvimos ahí y no bailando encima de un baffle?»

¿Considerás que hay una falencia en el proceso institucional de consciencia sobre lo que pasó en Malvinas?

Todo esto se va viendo a medida que pasan los años. Yo, al principio, cuando vine, pensé que no estuve en una guerra. Me decían: «¿Vos no estuviste en las Islas? Ah, entonces no estuviste». ¿Y los del crucero General Belgrano, que no estuvieron en las Islas y fueron la gran parte de las bajas ahí? ¿Y los que estuvieron en las plataformas? ¿Y los que teníamos tareas específicas, como yo, en el Grupo de Artilleria 11, Comandante Luis Piedrabuena, defendiendo el aeropuerto de Río Gallegos, con artillería anti-aérea? Está bien, no entré en combate. Pero mucha gente en las Islas tampoco y no por eso son menos veteranos. Hay muchas falencias en lo institucional. Poco a poco vamos ganando derechos y haciéndole entender a los demás la injusticia que se comete.

Fotos: Nicolás Cardello

¿Cómo decidiste acercarte a la militancia en la causa Malvinas?

Yo conocí la causa en el acampe de Plaza de Mayo, un reclamo de 10 años que el kirchnerismo no escuchó y que este gobierno, bueno, lo levantó para poner flores. Tuve puntos a favor y en contra con el acampe. Después armé la organización TOM-TOAS, y actualmente la iniciativa Concertacion toas, donde buscamos firmas para impulsar una petición que elimine el decreto y que se vuelva a la ley primera.

¿Cómo ves la política de este gobierno respecto a Malvinas?

Todo lo hacen mal, sistemáticamente, parece a propósito. No quiero creerlo, pero hacen todo mal. El diálogo de Malvinas, los comentarios de los desaparecidos, el sistema económico que no le acierta a nada. Es un gobierno desconcertantemente inoperante. Se asombran hasta los que lo votaron. Todo es angustiante: la inflación, las tarifas, los alquileres. Y me resulta insólito que no haya una explosión, gente en la calle, asambleas, rebeldía civil. Se merecen eso. Una cosa es un golpe de Estado, que en este gobierno siempre te van a acusar de golpista. Y eso que yo al principio decía «hay que dejarlos terminar», pero es imposible. Yo estoy contra el sistema, en contra de los políticos que se creen estrellas de rock. No hay democracia. En el kirchnerismo, en cierto punto hubo una autocracia, pero nunca democracia. Si queremos cambiar algo tenemos que cambiar todo de fondo. Y pensar qué sistema es el mejor para nosotros.

Fotos: Nicolás Cardello

¿En un ballotage entre Cristina y Macri a quién votarías?

No los votaría, yo no los puedo votar. Pero el sistema es tramposo y si votás en blanco va a la mayoría. Si un actor hace una mala obra, el público deja de verlo. Los políticos gobiernan mal y la gente vuelve a votarlos porque el propio sistema es una trampa.

¿Cómo te gustaría que se cuente la historia de Malvinas a les niñes del futuro?

Creo que fue un intento, mas allá de lo fallido de ese intento y la gente que lo pensaba, para recuperar las Islas. Las Malvinas son nuestras y hay que recuperarlas de alguna manera. Yendo a las armas no resultó y ahora tenemos menos armas que antes. Yo descartaría esa posibilidad pero no descartaría insistir, demostrar con papeles y con argumentos. Y le mostraría a los chicos y a la juventud que se está cometiendo una injusticia porque 8000 efectivos quedamos afuera. Y que cuidemos a los veteranos siempre porque somos personas sensibles, porque tocamos un fondo, un piso. Y esa sensibilidad se agudiza mucho, no sólo los 2 de abril, en cualquier momento. Cuidémoslos para que no se suiciden más y porque dieron todo en un momento de su vida.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.