Las negociaciones pendientes por el gas, el litio y la cooperación en materia científica y militar con Mauricio Macri no fueron los únicos temas de agenda de la visita de Evo Morales al país. El jefe del Estado Plurinacional de Bolivia también llegó para hacer campaña: el voto de los bolivianos residentes en Argentina, todos sumados, constituyen el cuarto distrito electoral de aquel país. Por eso eligió pisar La Matanza un día antes que el salón blanco de la Casa Rosada, para dirigir un acto multitudinario junto a la intendenta de ese distrito, Verónica Magario, y cientos de militantes de las organizaciones sociales que apoyan su candidatura a la re-reelección. “El acto se confirmó en pocas horas, pero trabajamos en él durante meses”, contó a El Grito del Sur Iber Mamani, uno de los referentes de la comunidad boliviana en Argentina, dirigente de Vamos-Patria Grande de La Matanza y ungido esta semana como uno de los impulsores de la campaña presidencial de Evo en el país.
Entre la militancia que copó el domingo el salón Alberto Ballestrini para recibir a Evo se hablaba de una sola cosa: empadronar y movilizar el día de la votación, fechada para el domingo 20 de octubre. “No queremos que nos pase lo mismo que en la elección del referéndum de 2016, en las que si bien el SÍ a la re-re de Evo arrasó, sólo fue a votar el 21 por ciento del padrón”, advirtió Mamani. Aquella fue la primera y única elección que el referente Aymara perdió en más de diez años, y el flujo de votantes extranjeros en Argentina se redujo en un 26 por ciento respecto de la elección presidencial de 2014, en la que Evo arrasó.
“Si podemos organizarnos de manera de que la mayoría de nuestra comunidad pueda empadronarse e ir a votar, podemos garantizar un margen a favor aún mayor en octubre. Sabemos que vamos a ganar porque la derecha está desorientada políticamente, pero igual queremos hacer nuestro aporte desde acá, por si la cosa se pone pareja”, agregó Mamani.

Una de las promesas de campaña que lanzó Morales en La Matanza fue ofrecer tierras a aquellos ciudadanos que decidan volver a su tierra natal. “Tienen tierra garantizada: 50, 200 o 500 hectáreas. Tenemos mucha tierra recuperada», aseguró Evo. Mamani explicó que “muchos compatriotas que fueron al acto son agricultores que generan el 80 por ciento del consumo interno argentino de frutas y verduras y deben trabajar en tierras rentadas. Evo les garantizó ayer que, si desean volver, tienen tierra garantizada, porque la tierra es de quien la trabaja”, argumentó.

Recientemente se conoció el caso de Johnny Quiroz, un ciudadano oriundo de Bolivia con residencia en Argentina desde el año 2000 que fue deportado por el Gobierno luego de una marcha opositora, dejando parte de su familia en el país. La migración es uno de los temas más ríspidos en la relación bilateral, desde que Cambiemos eligiera utilizar las expulsiones sumarias y la xenofobia como parte de su propia campaña electoral.
Los otros dos son la deuda millonaria que la Argentina mantiene con el país hermano por la importación de gas, cuyos contratos se renegociaron recientemente; y la producción estatal de litio: Bolivia posee la mayor reserva del continente de ese mineral, y se plantea agregarle valor desde el Estado y exportarlo. Como Argentina también cuenta con una reserva nada despreciable –aunque explotada de forma privada–, uno de los temas de conversación gira en torno a la puja por su precio internacional.
“El plan Evo 2020-2025 se va a enfocar en la industrialización y desarrollo tecnológico de Bolivia. Vamos hacia eso, mientras la Argentina va en sentido contrario”, destacó Mamani, para quien “la campaña ya empezó y vamos a demostrarle a la derecha de todo el continente que los latinoamericanos tenemos en Evo un referente para volver a construir la unidad regional”.