Ni una menos, ni una más

Con presencia de parlamentarias feministas, referentas de movimientos sociales, compañeras de organizaciones populares y un festival multitudinario en la calle, ayer se presentó el proyecto de ley para declarar la emergencia nacional en violencia contra las mujeres.

En lo que va del año, el Observatorio de las Violencias de Género “Ahora que si nos ven” registró 133 femicidios. Un femicidio cada 24 horas en este último mes, 88% realizados por alguien del círculo íntimo de la víctima, en 17% de los casos el agresor ya contaba con una denuncia. 1139 feminicidios en nuestro país desde el 3 junio del 2015, el día en que las calles se apelotonaron de almas solas y encontradas, felices y partidas, afónicas y mudas, con ojos brillosos de glitter y lágrimas. Las cifras del patriarcado no descansan. Una brecha salarial del 25%, 5 de cada 10 mujeres insertas en el mercado laboral contra 7 de cada 10 varones y una tasa de informalidad laboral del 37% frente al 32,1% de ellos, según informó la Organización Internacional de Trabajo (OIT).

Las respuestas del Gobierno son pocas y malas, una moratoria jubilatoria que coquetea con no ser renovada y el presupuesto para aplicar la ley 26.485 -de $11 pesos destinados a cada mujer por día- subejecutado a 7 pesos, de acuerdo con las palabras de la diputada feminista Lucila de Ponti. A razón de 3 pesos cada uno, esto alcanzaría para comprar dos chicles bubbaloo.

Fotos: Catalina Distefano

En un contexto cuanto menos escalofriante, la CTEP, Barrios de Pie, la Corriente Clasista Combativa y la Campaña por la Emergencia en Violencia contra las Mujeres, acompañadas por parlamentarias feministas, impulsaron un proyecto de ley para declarar la emergencia en violencia de género. Ésta fue pensada para exigir al Estado respaldo y financiamiento con el objetivo de reforzar la infraestructura que ya se teje artesanal en los barrios. Casas de prevención que brinden asesoramiento y acompañamiento de profesionales, hogares temporales para mujeres y disidencias víctimas de violencia, un subsidio por violencia de género compatible con los planes sociales, subsidio habitacional en caso de no cobrarlo, un incremento del 75% de la Asignación Universal por Hijo/a y un cuerpo de promotoras territoriales que realicen acompañamiento en los barrios, son algunos de los puntos que plantea el proyecto. Además se exige la articulación con las fuerzas de seguridad para generar un sistema de alerta temprana y localización de las víctimas de violencia, asignar abogados y abogadas para los casos en que sea necesario y elaborar estadísticas oficiales respecto de los delitos que involucran actos de violencia contra las mujeres.

Fotos: Catalina Distefano

Con la presencia de las diputadas Lucila De Ponti , Araceli Fernandez y Silvina Horne  (Movimiento Evita), Victoria Donda (Somos), Cecilia Moreau (Frente Renovador), Cristina Álvarez Rodriguez (Frente para la Victoria), Gabriela Cerruti, Andrea Conde (Nuevo Encuentro),  la senadora Magdalena Odarda (RIO), referentas como Raquel Vivanco, Ofelia Fernandez (Frente Patria Grande) y Jaqueline Flores (MTE), la presentación del proyecto colmó todas las butacas del subsuelo del Anexo A del Congreso. También estuvieron presentes familiares de víctimas de femicidio y los nombres de aquellas vidas amputadas por la violencia machista y postergadas por la indiferencia del Estado.

Fotos: Catalina Distefano

“Nosotras en el Congreso le ponemos la firma a aquello que ya construyeron las mujeres en la calle, poniendo orden a las prioridades de las políticas públicas que tienen que desarrollarse. Somos las mujeres las que en carne propia sufrimos de manera más cruel y más dura los efectos de la crisis económica. No nos creemos la mentira ni la construcción discursiva que quiere hacer el macrismo montándose en nuestras luchas; si hemos avanzado alguna vez en la conquista de derechos fue por nuestra lucha y la de nuestras organizaciones. La presentación de esta ley es un ejemplo más de que las mujeres argentinas no sólo no nos resignamos, sino que muy por el contrario nos rebelamos a la vida de desigualdad y violencia que nos quieren hacer vivir”, declaró la diputada De Ponti.

En estos últimos años el movimiento feminista viene tensionando la supuesta imparcialidad judicial para desenmascararla machista, racista, clasista y homofóbica. A fuerza de lucha se ha logrado calcificar reivindicaciones en derechos. En 2012 se agregó a la Constitución Nacional la figura de femicidio y tiempo después la Ley Brisa vino a resarcir a les niñes huérfanos de femicidios, la Ley Micaela a imponer formaciones de género obligatorias para quienes conforman los tres poderes del Estado y la Ley de Paridad en las listas electorales mezcla y vuelve a tirar en la partida donde el poder es disputado en eternas roscas negadas a todo aquel que se desmarque del ejercicio patriarcal del poder. Sin embargo, nada de esto resulta suficiente y por eso las organizaciones apuestan a la necesidad de declarar la emergencia en violencia contra las mujeres.

Fotos: Catalina Distefano

La senadora rionegrina Magdalena Odarda destacó las virtudes del proyecto que se presenta por cuarta vez ante el Congreso y recordó que la violencia también se juega dentro del recinto, por lo cual también resulta fundamental la Ley Contra la Violencia Política hacia las mujeres que recibió media sanción en la Cámara de Senadores el último 16 de abril.

Magdalena Odarda (RIO) Fotos: Catalina Distefano

Por su parte, Victoria Donda, quien apuesta a presentarse en una interna para jefa de Gobierno porteña, dijo: “Cada cuerpo de una mujer muerta nos dice que estamos en emergencia, por eso esta ley no hace más que re-piquetar en la cabeza de aquellos y aquellas que tienen que poner la política en acción, la política en acción es congestión. La alegría no es por presentar esta ley pero sí por estar juntas, porque esto es feminismo en acción”. El martes 21 Donda encabezó en la misma Cámara de Diputados el pedido de destitución de los jueces marplatenses que decidieron absolver a los tres responsables de la violación y muerte de la joven Lucía Pérez.

Victoria Donda (Somos) Fotos: Catalina Distefano

En una segunda instancia del acto hablaron militantes de las organizaciones populares que participaron en la creación del proyecto. Ellas, las que acompañan a las mujeres a denunciar a las comisarías, las que levantan merenderos y copas de leche en base a la solidaridad -que en vez de agotarse se multiplica-, las que tienen doble y triple jornada de trabajo no remunerado, y que en pasado presente y futuro accionaron, accionan y accionarán más allá de la falta de respuesta estatal, resaltaron la importancia de que sus pedidos ingresen en el recinto parlamentario. Con el uniforme azul marino de recolectora y una voz cóncava que retumbó en la sala de techos bajos, la referenta del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Jaquie Flores, manifestó: “La presentación del proyecto significa desde la vísceras venir a ocupar el lugar que tenemos que ocupar las mujeres del subsuelo. Esta ley es letra viva, porque si hay algo que todos estos años hemos hecho es respetar la esencia del feminismo popular que venimos construyendo desde donde nos podemos parar, que es el dolor”.

Jaquelina Flores (MTE) Fotos: Catalina Distefano

La presentación del proyecto estuvo acompañada frente al Congreso con un festival multitudinario y en todo el país con juntadas de firmas – ya hay más de 8.000 en la web- y pañuelazos. Dentro del subsuelo del anexo del Congreso, el acto finalizó con un alzamiento de los pañuelos fucsias que representan la Campaña para la emergencia nacional en violencia contra las mujeres. También aparecieron los verdes, ya casi reglamentarios. Así, entre abrazos y abrigos, la muchedumbre fue derramándose alrededor de las siete de la tarde sobre la Avenida Rivadavia para diluirse en el comienzo de la noche con aquellos y aquellas que nunca se fueron.

Fotos: Catalina Distefano
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