Otras maternidades posibles

En el día de la madre nos animamos a cuestionar la figura hegemónica y pensamos otras maternidades posibles. Historias de lucha por la posibilidad de transitar infancias libres.

Hace 18 años, Olga fue madre de unx de sus tres hijxs. Dos años atrás, esta misma maternidad debió redefinirse cuando su hijo le dio a conocer que no se autopercibía en el género asignado al nacer. La noticia llegó en carta, como si evitar la oralidad le quitara impacto a las palabras. La decisión de alzar la voz (tan difícil como valiente) vino después de mucho tiempo de silencio, depresión y vergüenza. Si bien tanto Olga como su marido nunca dejaron de acompañarlo, esta situación y la posterior transición abrió un enclave de dudas en su maternidad. El miedo y los cuestionamientos comenzaron a acumularse cuando supo que su hijo era una masculinidad trans, aunque durante años hubiese evitado contarlo por la presión de una sociedad donde el corset de lo binario atrofia músculos y subjetividades.

“Nosotros lo abrazamos, lloramos juntxs y le dijimos que nada iba a cambiar en nuestra relación, que íbamos a hacer todo lo posible o más para acompañarlo, pero al mismo tiempo yo me cuestionaba si estaba bien o mal lo que estaba haciendo. Al principio -y creo que esto es algo que se repite en la mayoría de las familias- pensamos que tal vez estaba confundido o le había pasado algo, sin terminar de entender su proceso identitario”, explica.

Ilustración: Yudi Chen

Olga conoció “Infancias Libres” luego de transitar por los consultorios de varios profesionales sin perspectiva de género. Algunos patologizaban las actitudes del adolescente e incluso insistían en que continúe llamándolo con los pronombres anteriores a la transición.  Fue gracias a esta organización que entendió que lo que le sucedía a su hijo era algo natural, aunque no toda la sociedad esté preparada para aceptarlo.

Infancias Libres es la asociación coordinada por Gabriela Mansilla, madre de Luana, la primera niña trans argentina en obtener su DNI tras la sanción de la Ley de Identidad de Género. Este espacio acoge tanto a niñxs y adolescentes trans hasta los 17 años como a sus familias. Los cuatro grupos de trabajo (niñeces, adolescencias, hermanxs y padres) se reúnen cada tres semanas para compartir experiencias, logros, miedos, y especialmente información y recursos ante el abandono de un Estado que desoye la necesidad de generar políticas públicas para toda la comunidad travesti y trans. En ese sentido, Infancias Libres articula con diferentes profesionales de la salud y, en el movimiento inverso, también da capacitaciones en colegios, universidades y grupos de psicólogos.

Ilustración: Yudi Chen

En julio de este año, la asociación presentó el “Informe sobre la situación actual de las experiencias de niñeces trans”, que surge por la necesidad de obtener datos concretos sobre esta población. Del informe realizado en base a 100 familias entrevistadas entre 2018 y 2019, se desprende que entre los 1 y 4 años es el rango etario donde la mayor cantidad de lxs niñxs comienzan a manifestar su disconformidad con el género asignado al nacer. Además, lxs niñxs que se autoperciben dentro de una feminidad trans, tienen mayor probabilidad de expresar su disconformidad en edades más tempranas, entre 1 y 4 años (59%), mientras que quienes se autoperciben dentro de una masculinidad trans tienen mayor probabilidad de realizarlo entre los 5 y 8 años (45%).

Respecto a las familias, el estudio refleja que las reacciones más comunes frente a las manifestaciones de la autopercepción de género de sus hijxs están relacionadas con el desconcierto (48%), la búsqueda de ayuda (36%), la tristeza o angustia (34%) y el temor (31%). Asimismo, el 56% de las familias afirmó que existieron dificultades para aceptar la autopercepción de género de sus hijxs sin que se observen diferencias tanto a nivel socio-económico o lugar de residencia.

Olga es profesora de Biología y, aunque se había formado en Educación Sexual Integral, sabe que entre la teoría y la práctica hay un abismo de incertidumbre. Ella, que creía no tener prejuicios, se enfrentó con cientos de emociones imposibles de traducir en los libros de texto.

“Él siempre fue mi compañero y tuve miedo de que se modificara nuestra relación con la transición, pero eso no pasó. Él eligió su nombre, cambiamos los pronombres, pero es la misma persona. Lo que sí cambió es mi postura ante la vida. Sentí que durante 41 años había estado ciega y si bien me consideraba muy abierta, estaba obviando todo un mundo. También me di cuenta que es necesario ser partícipe de la militancia. Llegó un punto en el cual, si bien yo abrazo, amo y acompaño a mi hijo -y así va a ser toda la vida-, me empecé a plantear qué pasaba con el resto. Hay un montón de otras vivencias que no son así. Yo no me quedo cómoda solamente en el lugar de la mamá que acompaña al hijo, necesito algo más: ser útil”.

Ilustración: Yudi Chen

Según el informe de Infancias Libres, el 53% de lxs menores trans ha manifestado sentimientos vinculados con la muerte o deseos de morir. Entre lxs adolescentes, el nivel de incidencia aumenta hasta el 63%. Las discriminaciones que sufren niñeces y adolescencias trans afectan directamente su autoestima y la relación con sus pares. El odio por lo diverso es tan fuerte que incluso en situaciones donde las familias lxs acompañan e intentan resguardarlxs, se infiltra por cada rajadura posible.

“Es primordial que la sociedad respete y pueda visualizar distintas corporalidades, logrando entender que la construcción identitaria no está fundamentada en la genitalidad de las personas y por ello, que los cuerpos equivocados no existen”, explican las conclusiones de la encuesta.

Ilustración: Yudi Chen

Para evitar la discriminación, desde Infancias Libres elaboran estrategias: “En el colegio nos amparamos en la Ley de Identidad de Género. Cuando hay un caso de discriminación, primero interviene la familia y después desde la asociación se mandan cartas o incluso se pueden hacer charlas. En la vía pública mucho no podemos hacer, la única herramienta que nos queda es visibilizar. Tratamos de generar conciencia estando presentes en todos los lugares posibles, hablando de la expectativa de vida de la comunidad travesti trans, que es de 35 años. Hay gente que no lo hace con maldad, pero desde la desinformación termina discriminando o generan un daño. Esos momentos para las infancias trans pueden ser muy significativos y les cuesta recuperarse”.

Olga sabe que el respeto se funda en una educación plural e inclusiva, por eso desde la asociación exigen que la Ley de Educación Sexual Integral aborde todo tipo de corporalidades y géneros. “Seguimos exigiendo la modificación de la Ley de Educación Sexual Integral. Si bien hubieron algunos cambios, continúa siendo binaria y los cuerpos que muestran son los hegemónicos. Creemos que esto es fundamental porque es a partir de la educación que puede cambiar todo”.

Ilustración: Yudi Chen

El pasado fin de semana, Infancias Libres estuvo presente en el 34° Encuentro Plurinacional de mujeres lesbianas, bisexuales, no binaries, travestis y trans, en donde por primera vez se realizó el conversatorio sobre niñeces y adolescencias trans. Olga explica que incluso en esos espacios de deconstrucción y sororidad, los comentarios de vigilancia sexo genérica impactaron contra las masculinidades trans. “Nos sorprendió mucho que siga siendo así en lugares donde luchamos por derechos e igualdad para todxs. A muchos de los varones trans los cuestionaron a la hora de ir al baño. Entendemos que son estos encuentros donde tenemos que estar y reclamar por los derechos de las niñeces y adolescencias trans. Insistimos en que es fundamental nuestra presencia ahí para multiplicar el mensaje”.

Aunque en el caso de Olga el apoyo frente a la transición fue incondicional, las realidades que afrontan muchas niñeces y adolescencias trans en sus familias no son las más amigables. Frente a la pregunta de qué le diría a lxs padres que aún no aceptan la transición de sus hijxs, Olga contesta con la voz tomada de emoción y nervios:  “Les diría que piensen en cuán importante es la vida de sus hijos porque la realidad que atraviesan es muy terrible y les cuesta mucho expresarse cuando no son aceptados. Es importante abrazarlos desde el amor y seguir cumpliendo el rol de madre o padre. Se trata de amor y el género que tenga tu hijx no cambia nada”.

Ilustración: Yudi Chen
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