«La escuela es el principal obstáculo para el neoliberalismo»

Proviene de los sectores populares, es docente desde hace 41 años y supervisora de Educación Especial: Angélica Graciano competirá el 3 de diciembre por la secretaría general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). En diálogo con El Grito del Sur, habla sobre la gestión del macrismo en materia educativa, la militancia sindical, el feminismo y las elecciones del sindicato docente más grande de la Ciudad de Buenos Aires.

Angélica Graciano es docente desde el 23 de agosto de 1978 y trabaja en el colegio Mariano Acosta desde hace siete años dictando la materia «Espacio de Definición Institucional: Políticas de la infancia y sistema educativo», el último taller que hacen les estudiantes junto con las prácticas antes de recibirse. Además, Graciano es supervisora escolar de Educación Especial y actual candidata a secretaria general de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), el gremio docente más numeroso de la Ciudad de Buenos Aires. En el aula donde dicta clases todas las semanas recibió a El Grito del Sur para hablar sobre la gestión educativa de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta en la Ciudad, el feminismo, la militancia sindical, los desafíos del sistema educativo y las elecciones del sindicato.

Foto: Nicolás Cardello

¿Por qué elegiste la docencia?

Yo elegí ser maestra porque me gustaba, venía de una escuela de bachiller pedagógico y tenía cierto interés en trabajar con niños y niñas. Cuando entré a la escuela descubrí un mundo completamente nuevo del que tenía en mente: estuve trabajando bastante en la escuela primaria y después por esas cosas del destino se necesitaban maestras de educación especial y yo no tenía título, pero como estaban los cargos sin cubrir empecé a trabajar en la educación especial también. Descubrí otro mundo para el que estudié después y todo el tiempo me dediqué a procesos de alfabetización, fui siempre maestra de primer grado.

¿Qué balance hacés de todos tus años frente al aula?

Yo siempre digo que ser maestra para quienes venimos de sectores populares te sustrae de cosas que te preocupan afuera de la escuela y te abre la posibilidad de meterte en un mundo creativo, de descubrimientos y eso me parece apasionante.

¿Cuál es el resultado de 12 años de gestión macrista en la Ciudad?

El macrismo vino a desmantelar el sistema educativo, ese es el propósito principal. En Argentina es el único sistema que capilariza toda la sociedad, es decir, que llega a todos los rincones y es un sistema que tiene una relación directa con el Estado. El macrismo vino a desmantelar eso porque necesitan de las cabezas y de las almas, ellos saben que si está la escuela pública en el medio no van a poder hacer esa conquista. La escuela pública es contracultural, te enseña cosas que el neoliberalismo trata de eliminar: la reciprocidad, el respeto mutuo, la aceptación de las diferencias, el creer que todos tienen posibilidades de aprender, trabajamos contra la lógica meritocrática y de los talentos.

Foto: Nicolás Cardello

Además de ser maestra sos una militante sindicalizada…

Soy militante sindical desde el año ’83 cuando me afilié al sindicato en Capital, fui delegada de escuela y después estuve como representante sindical en dos ámbitos distintos. Luego volví e hice varios concursos y ahora estoy como secretaria de Educación (de la UTE). Para mí la militancia sindical es una forma de ver el mundo, desde la perspectiva de los trabajadores y en mi caso desde las trabajadoras. Me resulta sumamente apasionante poder combinar la idea de la pedagogía emancipadora y la militancia sindical, y en esa combinatoria es que desarrollamos los proyectos de la Secretaría de Educación.

¿Cómo se trabaja la paridad y la igualdad de género en el sindicato?

El movimiento de mujeres revolucionó el principio de siglo y es muy interesante pensarlo desde la idea de mujeres sindicalizadas. Creo que abrió una cantidad de discusiones que creíamos saldadas y en el caso particular de la UTE la representación proporcional de las mujeres: la educación tiene un 75% de mujeres y los sindicatos están dirigidos por varones. Además de la formación, de la militancia y de todo lo que se necesita para conducir un sindicato, está la idea de que la Comisión Directiva esté integrada por mujeres en su mayoría.

Foto: Nicolás Cardello

¿Creés que hay algún tipo de relación entre los altos niveles de organización y sindicalización de las trabajadoras con la derrota del macrismo en las últimas elecciones?

El movimiento de mujeres vino para quedarse, trastocó la sociedad, la dislocó. Obviamente en ese movimiento hay vertientes de toda índole, pero los feminismos que abrevamos las mujeres sindicalistas son los feminismos populares, intentamos que confluyan ambas militancias y que la militancia sindical sea una militancia con perspectiva de género. Creo que sí tuvo una influencia fundamental en la última elección y eso tiene que ver también con que las mujeres somos las que en momentos de crisis como el que atraviesa la Argentina pagamos los costos más altos. Somos las que estamos con los pibes, o las que se quedan sin laburo, o las que se quedan sin comer para que coman los pibes, o las que salen a pucherear, o las que salen a buscar horas, trabajar el sábado, dar clases particulares.

¿Y cómo se explica entonces la contundente victoria de Larreta en la Ciudad?

Es muy difícil de explicar porque tiene una vertiente de clase muy importante: la Ciudad de Buenos Aires es la zona más rica del país y, si bien hay una desigualdad muy aguda y muy profunda, las clases medias y clases profesionales tienen una identidad que se va moldeando en una urbe como ésta que tiene todo al alcance de la mano. Hay una pretensión medio europeizante que ha quedado de principios del siglo pasado y una creencia de que en esta ciudad estamos los mejores, y todo eso es un mix que -sumado a los medios de comunicación y el tipo de campaña que ha hecho Larreta- le da un amplio triunfo.

Foto: Nicolás Cardello

Con cuatro años más de larretismo asegurados, ¿por qué es importante sostener y defender un gremio como la UTE?

Por varios motivos: en primer lugar porque la UTE es un gremio de base de CTERA, que está inscripta en las luchas nacionales de las trabajadoras y los trabajadores de la educación, y a su vez pertenece a la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), o sea que enlaza la lucha por la educación pública con la del conjunto de la clase trabajadora. La segunda cosa sería porque UTE ha dado testimonio acabado de que está del lado de los intereses populares. Nuestras luchas no son sólo reivindicativas, sino también por un sistema público que le dé posibilidades a todos los pibes y pibas. Y la tercera cosa es que porque está la UTE no ha sido posible la privatización del sistema educativo, tal como lo tiene planeado el macrismo y el larretismo.

¿Por qué creés que la escuela pública sigue siendo un pilar intocable?

La escuela pública está en la conciencia colectiva del pueblo. Generaciones y generaciones de argentinos se han educado desde la 1420 (ley de gratuidad educativa) en adelante en procesos de extensión del sistema y nos ha permitido a quienes venimos de sectores populares acceder a mayores niveles de educación, acceder al trabajo y a cierto criterio de igualdad, cosa que en otros países de Latinoamérica no pasa. Cuando estábamos cortando Acoyte y Rivadavia, había señoras que venían a apoyar la lucha contra el cierre de las escuelas nocturnas y te decían «mi nieto va a la privada, pero yo quiero que las escuelas estén abiertas y todos tengan las mismas posibilidades»; yo creo que esto es muestra de la conciencia colectiva que no pueden comprender los patrones.

Foto: Nicolás Cardello

¿Cuáles son los principales problemas que atraviesa el sistema educativo?

Estamos en una crisis muy grande con los comedores escolares, los chicos tienen hambre y hay que salir a trabajar mucho con esto. De hecho lo venimos denunciando y le venimos exigiendo al Gobierno que abra una mesa para tratar esto, a pesar de que se niegan sistemáticamente. Hay que discutir el avance sobre los diseños curriculares, hay que discutir la educación emocional, las neurociencias, la apropiación crítica de las tecnologías. Lamentablemente tenemos que discutir contra el marketing político, porque una cosa es el marketing y otra es lo que pasa todos los días en las escuelas.

¿Pensás que el cambio de signo político nacional propiciará un mejoramiento de las condiciones estructurales de la educación? En materia salarial, por ejemplo.

Ya hubo un anuncio de que se convocará a paritarias, lo que es fundamental porque allí se discute condiciones de trabajo, comedores, infraestructura, formación docente para todo el país, el fondo de compensación para las provincias que no tienen el nivel económico que tiene la Ciudad de Buenos Aires, el fondo de incentivo, la distribución de libros y computadoras. O sea es muy importante la paritaria nacional. Creemos que la tienen que convocar de forma inmediata y vamos a llevar la propuesta de que las paritarias docentes se implementen antes de la discusión de los presupuestos porque éstos se discuten entre septiembre y octubre y nosotros discutimos paritarias en diciembre o febrero. Tenemos que discutir paritaria antes para que los presupuestos tengan en cuenta aquellas cosas que son acuerdos paritarios.

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Christopher Loyola

Estudiante de Edición (FFyL-UBA), Presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).