«Camacho es una mezcla de Bolsonaro con Olmedo y Guaidó»

Mientras Bolivia arde luego del golpe de Estado contra Evo Morales, los movimientos feministas y la juventud alzan la voz y marcan sus posiciones en el conflicto social.

Fotos: Catalina Distefano

Una ebullición social se enciende en las diferentes ciudades de Bolivia. El conflicto estalló luego de que se plantease la existencia de fraude en las últimas elecciones, que dieron como resultado el triunfo en primera vuelta de Evo Morales contra Carlos Mesa. Sin embargo, se trata solamente de la continuación de dos modelos de gobierno que están en puja a lo largo y lo ancho del continente: el del pueblo contra el de los capitales. Luego de varios días de enfrentamiento y ante la presión de Luis Fernando Camacho, líder santacruceño de la oposición al MAS, Evo Morales decidió renunciar a su cargo. El golpe de Estado estaba consumado. En este panorama los grupos de feministas y la juventud tomaron diferentes posiciones y alzan la voz para dejar sentada su implicancia en la lucha.

Fotos: Catalina Distefano

Desde el movimiento de Feminismos Comunitarios Antipatriarcales de Bolivia denuncian un golpe cívico, religioso y fundamentalista encabezado por Luis Fernando Camacho. “Son los mismos sectores fascistas y racistas que han financiado grupos armados en el 2008 y hoy han reaparecido en diferentes partes del país aterrorizando con escudos, con palos, y con cascos. Hay represión en las calles a mujeres y hombres indígenas”, explica a El Grito del Sur Adriana Guzmán, militante de los Feminismos Comunitarios Antipatriarcales de Bolivia. Guzmán manifiesta que los heridos, en su mayoría indígenas, no quieren ser atendidos en los hospitales porque los médicos están con los grupos golpistas autodenominados «Defensa de la democracia» y por eso han cerrado los hospitales para quienes ellos consideran «tienen cara de masistas”, es decir, para mujeres y hombres de los pueblos originarios.

Fotos: Catalina Distefano

«Este golpe de Estado es el triunfo del fascismo, del colonialismo, no es casual que ayer entraron los conservadores al palacio con su biblia y han quemado las wiphalas. Este golpe tiene un sesgo racista, hay una sanción por la portación de cara, han convertido el masismo en sinónimo de indio», señala Guzmán en una entrevista radial con «Nada del otro mundo«. «Mientas este país ha tratado de reformarse a partir de los pueblos originarios, llamándose plurinacional, también se ha alimentado una cultura del odio, colonialista, profundamente racista y por eso mucha gente tiene la lógica de que los indios somos corruptos y queremos quedarnos en el poder. Pero nunca han cuestionado a los presidentes blancos», agrega antes de explicar que Camacho agrupa a la oligarquía de Santa Cruz, la región más conservadora del país.

Horas antes de la renuncia de Evo Morales, Guzmán plantea el sistema por el cual los y las activistas buscan romper el cerco mediático. “Más allá de defender a Evo Morales y de defender la presidencia estamos saliendo en defensa de lo que es este proceso de la historia boliviana. Si no hubiera habido este proceso en los últimos años no hubiéramos podido ni siquiera nombrar el fascismo, el racismo y la explotación. Hay muchos cuestionamientos al gobierno, nosotras también lo hemos hecho. No se ha acabado con la matriz extractivista del país ni con los contratos con transnacionales, pero también reconocemos que hay muchas transformaciones. Si no hubiera sido por estas transformaciones nuestras guagas no hubieran llegado a la universidad”, expresa.

Sobre la posición de los feminismos bolivianos, Guzmán señala: “Lastimosamente hay un análisis reduccionista que dicen que todo son lo mismo. La postura de las feministas es que es una disputa de poder entre machos y definitivamente para nosotras no lo es. Si bien está de por medio que son hombres, hay por detrás una pugna por un proyecto político de país que hemos ido construyendo las organizaciones sociales. Esta idea de que todos son lo mismo nos pone a las feministas como por encima del bien y del mal: creemos que esa es una herencia de un feminismo colonial, porque las feministas no estamos por encima de lo que está pasando, porque es a nuestras hermanas y hermanos las que están agrediendo».

Fotos: Catalina Distefano

Por su parte, y con una postura más crítica al gobierno de Evo Morales, María Galindo, integrante del grupo artivista Mujeres Creando,  se pronunció en la vigilia en las afueras del Hotel Casa Grande donde se encontraba Luis Fernando Camacho, a quien intentaba hacerle llegar una carta: “Bolivia es una Estado laico según la Constitución y eso significa que el Estado y la Iglesia están separados. ¿Cómo es que Camacho pide a Evo Morales lo que no es capaz de darle a los bolivianos? Camacho no aceptó la carta de dos mujeres bolivianas, nosotras no somos fascistas, todo el pueblo nos conoce, estamos luchando pero tenemos todo el derecho de decirle a Camacho que no nos representa. Camacho representa la voz de la oligarquía cruceña que ha quemado el bosque Chiquitano y ahora hablan de democracia para desviar el nudo del problema. Estamos pidiendo la renuncia de Evo Morales, pero Camacho no nos representa. Yo les pregunto a los machócratas: si no pueden recibir la carta de dos mujeres, ¿con qué cara van a ir a presentar el día de mañana una carta en nombre de los bolivianos? Camacho llega a los cabildos con decisiones tomadas en un grupo de interés, un grupo empresarial. Sacando un caudillo para poner otro caudillo no resolvemos nada”, concluye.

Fotos: Catalina Distefano

Las juventudes 

Leandro Ruiz Iriarte es integrante de Generación Evo Argentina y referente de la juventud boliviana. Sobre el panorama en el país vecino, cuenta a este medio: «En este momento en Bolivia están habiendo movimientos sociales que salen a la calle a repudiar el golpe de Estado y los están saliendo a perseguir y masacrar. Armaron listados con el nombre de los compañeros, los van a buscar a la casa y los están amenazando de muerte y les prenden fuego. Es muy incierto lo que podemos esperar porque estas personas son muy erráticas en su manera de accionar, en un momento pedían segunda vuelta, después no querían, pedían la renuncia, después no querían. Todo el tiempo fueron cambiando de pedido», reflexiona.

Sobre el perfil del principal opositor a Evo Morales, Ruiz define: «No se puede esperar nada de esta derecha: Camacho es una mezcla de Bolsonaro con Olmedo y Guaidó. En nombre de la biblia está llevando esta masacre en contra del pueblo boliviano. Ya hay menores heridos, hay una persona que le reventaron la mano. Esto es un golpe de Estado contra el presidente, lo han obligado a renunciar amenazando a su familia».

Leandro, quien informó que estarían en vigilia esperando las novedades, manifiesta: «Queremos que la Cancillería Argentina se pronuncie, que no tenga un posicionamiento ambiguo. Los organismos internacionales tienen que intervenir ya para evitar más derramamiento de sangre». En Bolivia ya hubo un mandatario asesinado, Alberto Villarroel. Siempre en nuestra historia, cuando hubo que resolver diferencias políticas, sociales o económicas, las calles fueron muy cruentas y no queremos que llegue a ese nivel. Ellos son los que están buscando ese caos», concluye.

Fotos: Catalina Distefano
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