«Si mueve la cola y ladra, es un perro», ironizó vía Twitter Daniel Lipovetsky -diputado nacional por el Pro- en una clara toma de posición al interior del oficialismo, que por estas horas muestra abiertamente sus contradicciones respecto del golpe de Estado en Bolivia que terminó por derrocar ayer a Evo Morales. Para colmo, el presidente electo Alberto Fernández lo retwitteó enseguida y lo elogió como una de las pocas voces «razonables» dentro del Gobierno, cuyo canciller Jorge Faurie sostuvo que no «hay elementos que confirmen» lo que para el resto del sistema político es evidente, y condenable.
«No quise mandar un mensaje al Gobierno, sino dar mi parecer en términos generales, porque creo que en este tema no hay grises: si el Ejército exige la renuncia de un presidente es un golpe, y la política argentina tiene que condenarlo», aclaró más tarde en diálogo con El Grito del Sur.
Además, el legislador del Pro adelantó que se puso a disposición de los bloques opositores para impulsar una sesión especial con el objetivo de que Diputados condene el desplazamiento violento de Morales del poder, algo que el Ejecutivo se niega a hacer pero en lo que avanza el presidente de la Cámara, Emilio Monzó, lo que desnuda las fisuras internas del Gobierno saliente.
«Se pueden tener diferencias con Evo, se puede incluso debatir el tema del fraude o de la falta de alternancia en el poder, pero más allá de eso la historia de nuestro país es muy elocuente y cuando se golpean los cuarteles se viene el golpe, por eso no entiendo cómo no se sale a repudiar lo que sucede en Bolivia desde todo el sistema político», sostuvo el dirigente que a partir del 10 de diciembre tendrá una banca en el Senado bonaerense.
Lipovetzky, además, calificó como una «alegría» el gesto de Fernández: «Siempre es un honor que un presidente electo lo elogie a uno, creo además que en estos temas se pueden tener diferencias pero lo central es lograr una transversalidad que defienda las instituciones democráticas».
