Todo lo que pasó en el Buenos Aires Trap segunda edición y más

En el Hipódromo de Palermo, y frente a 25.000 asistentes, el trap local demostró que llegó para quedarse. Pibas en los escenarios, doce horas de show, pogo y la consagración de Buenos Aires como capital latinoamericana del género.

Duki

“Un mundo sin padres, ¿qué podría salir mal?”. La frase se puede leer al costado del auto viejo y abandonado que sería destruido a fuerza de bates de béisbol entre varios. Esta escena,que podría ocurrir en un barrio periférico de Manhattan (o al menos eso nos hicieron creer las películas), fue el cierre del Buenos Aires Trap, realizado por segunda vez el día de ayer en el Hipódromo de Palermo.

Pero empezar por el final sería injusto y el principio ni siquiera fue el mediodía del caluroso sábado 30 de noviembre, cuando dio inicio el festival que contó con más de 12 horas de programación y 23 artistas. El principio, o uno de ellos, fue en Caballito, en un parque pequeño del centro de la Ciudad donde pibes y pibas (aunque más de los primeros) se juntaban a batallar en rondas de rap. De “El quinto escalón”, como llamaron a la competencia nacida en las escalinata de Chaco y Doblas, surgieron -o al menos pasaron- quienes ahora son referentes del fenómeno musical más expansivo de los últimos años. Sólo para tener escala del mismo, al cierre del Buenos Aires Trap, se contaban 25.000 personas frente al escenario.

Nicki Nicole

El trap es un género que surge en Estados Unidos en los ´90 y mezcla hip hop con bases de música electrónica. Su nombre es un apócope de traphouse, la vivienda utilizada para el tráfico de drogas. Como subgénero del hip hop trae aparejada la cultura de los barrios bajos del sur de EE.UU., influenciado por la inmigración latina y centroamericana. En Estados Unidos el trap es heredero de la hipótesis neoliberal republicana relacionada a que cualquiera puede volverse rico más allá de su procedencia, pero al mismo tiempo reivindica la cultura de los afroamericanos -tal como lo hizo el hip hop durante su auge en los ´90- enfrentándose a la segregación y el racismo.

En España, Ernesto Castro – filósofo contemporáneo doctorado en la Universidad Complutense de Madrid que estudia y escribe sobre la industria del trap – plantea que el auge de este género en su país se relaciona con la alta tasa de desempleo joven que se sufrió alrededor del 2013. Este panorama instó a que el discurso aspiracional del trap genere empatía en una juventud que entraba al mercado del trabajo en plena crisis económica.

En nuestro país el fenómeno del trap -que toma influencias del reggaeton y la cumbia- tuvo un aumento de popularidad en los últimos años cobrando protagonismo en la cultura de masas. Sus intérpretes suelen ser menores de 25 años de edad y su difusión comienza generalmente a través de redes sociales y videos. El avance del trap no es sólo musical, sino que tiene que ver también con la estética, el lenguaje -adaptado de modismos estadounidenses- y la forma de vestirse. La impronta marcada del género se reflejó ayer en el público porteño: pilusos, ropa colorida, tatuajes en la cara, pelos teñidos, anteojos de sol y buzos varios talles extra grandes fueron parte de los looks. Miles de historias de Instagram por segundo, glitter, nucas rapadas y shorts plateados incluso frente al viento frío de la noche. La mayor parte de quienes asistieron no llegaba a los 20 años, e incluso hubo una importante cantidad de niños y niñas acompañados por sus padres. Muchos de ellos se perdieron entre la multitud y tuvieron que ser voceados desde el escenario, casi reproduciendo la lógica de las playas argentinas. El festival además contó con atractivos alternativos como instructores de Skate y BMX que realizaron muestras y gamers que participaron de competencias de videojuegos.

Ovacionados por el público, Catriel y Paco Amoroso -el dúo ex Esnaola que conserva notas más punks, bizarras y hasta surrealistas en sus temas- tomó el escenario alrededor de las ocho de la noche. Fueron los únicos que hicieron alusión a la política, celebrando la salida de Macri del gobierno, mientras Wos, otro de los cantantes que ha dejado en claro su ideología, se encontraba en España defendiendo su título en la final internacional de la Red Bull Batalla de Gallos. “Jala, Jala, Jala”, “Hola Mina XD” y “Ouke” fueron algunos de los temas que interpretaron . Le siguió Neo Pistea, que arrancó con el tema “Messi” dedicado al ídolo de la selección argentina y siguió con “Medusa”, “Verte” y “Karma”. Sebastián Chillenato, como es su nombre original, tiene 26 años y nació en la localidad de Merlo. Fue él quien ideó el tema “Tumbando el club”, himno del trap nacional que tocó justamente después de que el canto patrio sonara en los parlantes.

Luego fue el turno del español C Tangana que, aunque menos conocido en el público local, bailó, cantó y se movió con toda soltura por el escenario dando un show arrollador. “Booty”, “Black Lash” y “Bien Duro” fueron algunos de los hits que se escucharon. Continuó C.R.O, el trapero neuquino que forma parte de  “Barderos” con Homer El Mero Mero y acaba de estrenar el tema “After House” con Cazzu, la estrella jujeña que la rompe en el exterior. Éste se destacó por no poder hilvanar más de tres versos seguidos y dejar más explícito que todos sus compañeros el uso del playback. Sin embargo, hizo saltar varias veces al público con su latiguillo “Esto no es música es droga”.

Anteúltimo estuvo Khea -vice jefe de la troupe-, que puso a todos a cantar con su tema “Loca”, “Como le digo”, “Tengo 30” con una épica un poco más romántica que sus compañeros.

En el escenario ya se había hecho notar la presencia femenina y diversa, siendo uno de los primeros festivales luego de la aprobación de la Ley de Músicas en nuestro país. Representantes de esto fueron Sofía Hervier, Dakillah, Sara Hebe, La Queen -artista drag queen de Fuerte Apache- y Nicky Nicole, que hicieron honor al titular de Clarín meses atrás: “Las chicas superpoderosas del Trap”.

Otra de las exponentes femeninas fue la DJ Aleja Mami, quien musicalizó los intervalos. La gran ausente fue Cazzu, quien se encontraba cantando en Medellín. Pero sin duda Nicky Nicole, la rosarina de tan sólo 19 años, se posicionó como revelación con voz suave y gestos pausados. Presentó su primer disco “Recuerdos” , recientemente editado cantando temas como “Wapo Tracketero” y “¿Cómo dimelo?”. Vestida con un conjunto de estampado de dólares, la rubia de corta estatura no paró de moverse en el escenario y tocar temas que rozan el pop.

Dakillah

Si bien la primera edición del festival contó con la presencia del artista puertorriqueño Bad Bunny, este line up no tuvo nada que envidiarle, con los mayores representantes del trap local y una suma de invitados internacionales. Algunos de los extranjeros que se agregaron a C Tangana, fueron Zanto y Pekeño 77 de Uruguay, los chilenos Polimá West Coast y Young Cister, el español Delaossa y El Alemán llegado desde México, que acompañó a Duky en el show final.

En todo momento se demostró el compañerismo entre los intérpretes. Las canciones en colaboración, típicas de este género, permitieron hacer apariciones y reapariciones sobre el escenario. En esto se destacó Lucho SSJ, de apenas 17 que apareció totalmente vestido de rojo y encapuchado a tocar temas con sus compañeros que lo apadrinan en su joven carrera.

Khea

Alrededor de la una de la mañana y luego de un entretiempo alargado por Coscu, el presentador del evento, llegó la gran estrella de la noche. Duki, irreverente, ronco, versátil y provocador apareció frente a la multitud ansiosa de escucharlo. Quien ya se consagró como el rey del trap local tocó en los premios Gardel -donde fue criticado por el mismísimo Charly García-, fue tapa de la “Rolling Stone”, realizó varias giras internacionales, hizo sould out en el Luna Park, participó de un tema con Vicentico, tocó con Bad Bunny y fue jurado de la final internacional de Red Bull Batalla de los Gallos. Nacido en el año 1996 en el barrio de Almagro, ayer sobre el escenario aceptó que en su casa se escuchaba mucho rock y repitió en varios momentos que “estamos haciendo historia”. Sin embargo, lo que más resaltó fue su agradecimiento al público reunido en el Hipódromo de Palermo y a sus amigos y compañeros de escenario, quienes le devolvieron el cariño coincidiendo en que fue él el precursor que ayudó a allanar el terreno del trap local. Con murciélagos tatuados debajo de los ojos, el fan de Dragon Ball tocó algunos temas de su disco “Super sangre joven”, título en referencia a esta serie de animé de los noventa. El impulsor del Skere, agitó al público en cada uno de sus temas desde “Si te sentís sola”, “She don’t give a fo” y “Sigo Fresh” y “Hello Cotto” hasta el punto cúlmine de “Goteo”, su último éxito que reversionó de manera instrumental con orquesta.

Luego de despedirse y cuando la gente de rodillas cansadas parecía irse, Duki volvió para hacer el último bis que reunió a casi todos los artistas que había pasado por las tablas del Hipódromo: “Tumbando el club” fue el agite máximo. Con miles de manos en el aire, cuerpos saltando y un pogo improvisado, la gente dejó en claro que el trap es un fenómeno imparable y Buenos Aires su capital latinoamericana.

El Duki se despidió a los gritos demostrando que sus rimas son fieles reflejos de la realidad: “Estoy donde yo les dije que iba a estar. ¿Ustedes donde están que no los veo?»

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