Feminismo y Albertismo: dos potencias se saludan

Los movimientos feministas fueron uno de los actores fundamentales en la resistencia al macrismo. Esto se vio reflejado en el discurso inaugural de Alberto Fernández, que claves en materia de géneros dio y cuales son sus estrategias.

Ya sin las rejas que la cercaban cual cárcel, la plaza volvió a ser de todos, todas y todes y rebalsó -como la fuente donde metieron los pies les asistentes acalorados- de alegría popular. Luego de cuatro años de macrismo que dolieron en el cuerpo, el alma y el bolsillo, la fiesta popular fue histórica con una jornada que duró desde la mañana del 10 de diciembre (para algunes incluso antes) y se desplegó hasta la noche. Pero si la historia siempre la terminan escribiendo los pueblos -como recordó Cristina Fernández de Kirchner sobre el escenario-, en Argentina queda claro que el pueblo es feminista.

En el discurso inaugural de su mandato, alrededor de las 12 del mediodía,  Alberto Fernández dio claves de lo que serán los próximos cuatro años en materia de géneros. Sin duda -desde antes de asumir- ya había tomado en cuenta la magnitud del movimiento que emerge en toda Latinoamérica y no en vano creó el primer Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. Éste tendrá a la cabeza a Elizabeth Gómez Alcorta, quien ayer durante la jura llevó el pañuelo verde (de vida y libertad) atado a la muñeca.

Desde el comienzo de su discurso, Fernández habló de la tolerancia hacia lo diferente y reiteró que reforzar la grieta sólo debilitaba a los sectores populares. Además hizo hincapié en crear un nuevo contrato social que sea fraterno y solidario. “Fraterno, porque ha llegado la hora de abrazar al diferente. Solidario, porque en esta emergencia social, es tiempo de comenzar por los últimos, para después poder llegar a todos”.

Alberto habló también del endeudamiento y el empobrecimiento que dejaron cuatro años de macrismo y de esto saben especialmente las mujeres y diversidades, que fueron expulsadas del sistema y sobrecargadas con más tareas. “Las economías familiares se encuentran asfixiadas por los altos niveles de endeudamiento, a tasas usurarias y en algunos casos con esquemas de devoluciones diarias. Hoy nuestros compatriotas tomaron créditos para comprar alimentos y remedios o para pagar las facturas de los servicios públicos”. Sus palabras resuenan en un feminismo que para junio de 2019  -según el informe de CEPA- el 81% de les beneficiaries de la AUH había tomado un préstamo con Anses y el 97% de quienes reciben las asignaciones son las madres de los niños.

“Hoy el desempleo afecta a casi un 30 por ciento de los jóvenes y, aún en tasas más altas, a las mujeres jóvenes”, manifestó en forma contundente Fernández. En nuestro país apenas 4 de cada 10 mujeres trabajan (según datos del INDEC), la tasa de desocupación femenina es cuatro veces mayor que la de los varones y, en promedio, las mujeres ganan 27% menos que los hombres (como lo informa la OIT). Además el 27% de les jóvenes no tiene trabajo (una tasa que triplica el desempleo general) y son las mujeres jóvenes las que llegan al promedio más elevado. Siete de cada diez de les mal denominades “Ni/Ni” son mujeres jóvenes que debieron abandonar sus estudios o trabajos por afrontar embarazos no planificados o para realizar trabajos de cuidados en sus hogares.

Fernández agregó que “las abuelas y los abuelos se endeudaron para comprar medicamentos y empezaron a comer menos y peor”, en el contexto de un gobierno que trató de recortar las moratorias previsionales que permitieron que 1.796.439 mujeres se jubilaran entre los años 2003 y 2016.

Pero el momento de mayor ovación de los feminismos fue cuando sin ningún prurito ni miedo aseguró: “Ni una Menos debe ser una bandera de toda la sociedad y de todos los poderes de la República. El Estado debe reducir drásticamente la violencia contra las mujeres hasta su total erradicación”. En ese instante la plaza entera rompió en aplausos y algunos llantos. Aunque seguramente el Presidente sabe que deberá poner especial importancia en el tema, es fundamental entender que se enfrenta a un país donde aproximadamente cada 36 horas una mujer es asesinada y en lo que va del 2019 ya se contabilizaron 297 femicidios. Según Raquel Vivanco, integrante del Observatorio de las Violencias de Género «Ahora que Si Nos Ven», la gestión macrista habría dejado al menos 1.198 femicidios en su haber.

Sobre la diversidad, Fernández destacó: “También en nuestra Argentina hay mucho sufrimiento por los estereotipos, los estigmas, por la forma de vestirse, por el color de piel, por el origen étnico, el género o la orientación sexual. Abrazaremos a todos quienes sean discriminados. Porque cualquier ser humano, cualquiera de nosotros, puede ser discriminado por lo que es, por lo que hace, por lo que piensa. Y esa discriminación debe volverse imperdonable”.

En ese sentido, una de las figuras estelares del día fue Estanislao Fernández. El hijo del presidente -fanático del animé y drag queen- apareció en el recinto con el pañuelo LGBTQ+ en el bolsillo del saco. Durante la campaña, trolls y cambiemitas rabiosos se burlaron de él porque legalmente debería ocupar el lugar de “primera dama” -ya que Fabiola Yañez no está casada con Alberto- y diferentes periodistas hicieron comentarios discriminatorios e irónicos sobre su persona. Sin embargo, y nuevamente como una muestra de respeto y amor, el Presidente siempre respondió que estaba orgulloso de su hijo y defendió todas sus elecciones. Una vez finalizado el acto, Estanislao se tomó una foto con Paula Arraigada, mujer trans, candidata a diputada nacional y miembro del Parlamento de Mujeres. “Cupo laboral trans”, decía el pañuelo que sostenían en la imagen.

Tampoco parece en vano recordar que durante su mandato (2007-2015) la actual vicepresidenta aprobó la Ley de Matrimonio igualitario y la Ley de Identidad de Género, paradigmas mundiales en el reconocimiento de los derechos de la diversidad.

Otro paso fundamental para los feminismos -y el país en general- es que hoy en el Boletín Oficial ya se anunció que la salud volverá a tener un rango ministerial en el Gobierno. Este Ministerio estará encabezado por Ginés Gonzalez García, quien ocupó el mismo cargo durante los mandatos de Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Como ministro, González García lanzó al Plan Remediar que tenía como objetivo garantizar el acceso gratuito de medicamentos ambulatorios a la población por debajo de la línea de pobreza y en el año 2005 redujo la tasa de mortalidad infantil al 13,3 por mil, destacándose como el índice más bajo de las últimas tres décadas. En materia de géneros, Ginés desarrolló un plan para la entrega gratuita de preservativos y en 2007 distribuyó una guía para la atención de abortos no punibles. Siempre se posicionó en favor de la legalización del aborto y volvió a reiterarlo en el debate parlamentario del año pasado. Aunque Alberto Fernández en el discurso no tocó el tema, ya en campaña había expresado su decisión de que la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) sea ley.

En la vereda opuesta, tal como informó este medio, la gestión de Macri sub-ejecutó el presupuesto del Programa de Desarrollo de la Salud Sexual y Procreación responsable (24,2%), prometió 36 Hogares de Protección Integral a nivel nacional y de los cuales inauguró sólo 9,8 empezados durante la gestión anterior. La mayoría de sus parlamentarios votaron en contra de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en 2018, llevaron el valor del misoprostol de un 12% del salario mínimo a un 47% y quitó de circulación materiales de la ESI. De esta forma a nivel institucional se retrocedió en las conquistas feministas de los últimos años.

“Pondremos especial énfasis en todas las cuestiones vinculadas al cuidado, fuente de muchas desigualdades, ya que la mayor parte del trabajo doméstico recae sobre las mujeres en Argentina, al igual que en otros países”, dijo el flamante Presidente en relación al trabajo no remunerado y de cuidados alas que mujeres y disidencias  dedican 6,4 horas contra las 3,4 que dedican los hombres en la Argentina. Son los feminismos los que ya hace tiempo denuncian que esto no sólo tiene que ver con un cambio de conciencia social e individual -como busca promover el neoliberalismo-, sino con la falta de políticas públicas estructurales que contengan a niñeces y ancianidades.

El feminismo está presente en el gobierno. Alrededor del Presidente abundan las luchadoras y luchadores de pañuelos verdes: Elizabeth Gómez Alcorta, Luana Volnovich (responsable del PAMI), Mayra Mendoza (quien asume hoy la intendencia de Quilmes), Estela Díaz (quien liderará el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidades en la provincia de Buenos Aires), Lucila De Ponti (Legisladora santafesina y vicepresidenta de la Cámara de Diputados de esa provincia), Leonardo Grosso (Diputado nacional), Axel Kicillof (Gobernador de la provincia de Buenos Aires), Santiago Cafiero (Jefe de Gabinete) y Wado de Pedro (Ministro del Interior) son algunes de les muches que se han manifestado a favor de la libertad de los cuerpos gestantes dentro de la gestión popular.

Sólo queda esperar y seguir bregando por los avances en materia de género en los próximos cuatro años. Caso contrario los feminismos insurrectos, efervescentes y organizados no dudarán en hacer caso a las propias palabras del Presidente, cuando dijo: “Si alguna vez no cumplo mi palabra salgan a las calles a recordar que les estoy fallando”.

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