Feminismo bajo cero: la misoginia que el macrismo dejó en la Antártida

La gestión macrista impuso estudios ginecológicos innecesarios para las trabajadoras que viajen a la Antártida. Ellas respondieron y hoy esperan la derogación de las medidas. Feminismo bajo cero.

“Entre todas las herencias negativas que nos deja el macrismo la violencia de género hacia las trabajadoras antártidas es una de ellas”, comienza un comunicado puesto en circulación hace algunas semanas tras la asunción de Alberto Fernández. Las y los trabajadores antárticos se unieron para visibilizar una injusticia más en el territorio en el que mejor le fue a la fórmula Macri-Pichetto: la imposición a las mujeres de estudios médicos innecesarios e invasivos en el pre-ocupacional para viajar a la tierra austral.

Transvaginal, mamografía, papanicolau, colposcopia, eco mamaria son algunos de los estudios que se asignaron a las mujeres a través de un informativo publicado por la gestión anterior el 12 de julio de 2019. Estos estudios -que nada tienen que ver con el desarrollo de las tareas antárticas- no se impusieron en su versión masculina a los varones: ninguno tendrá que hacerse un estudio transrectal o de próstata para poder cumplir sus tareas en el área.

Mariano Memolli, ex-Director Nacional del Antártico entre 2003 y 2015 y firmante del comunicado asegura que “no hay ningún criterio para que a toda mujer se la someta a esos estudios y mucho menos a una ecografía transvaginal”. El médico, quien también se encargó de medicina antártica y representó a nuestro país en múltiples congresos internacionales aseguró que antes de repudiar esta medida lo consultó con sociedades de medicina del trabajo, jefes de servicio de hospitales municipales, ecógrafos y con la jefa del servicio de ginecología del Hospital Fernández. “No hay ningún criterio”, ratificó. “Hay estudios estandarizados que son acordes a los riesgos que se van a enfrentar: estos riesgos varían según la epidemiología -es decir, qué patologías se dieron-. El frío, por ejemplo, puede provocar presión alta, asma, algún infarto en caso de tener algo pre-existente. Son todos estudios no invasivos”.

Los pre-ocupacionales antárticos son parecidos a los que conocemos en el resto del país: exámenes enfocados en la salud general: cardiovasculares, respiratorios y digestivos. “En algún caso puede hacerse también una ergometría, porque el esfuerzo de caminar con vientos de 60 km/h, hundirse en la nieve, puede ser muy alto”. Pero como explica Memolli, una endometriosis, un cáncer de próstata o un problema de tiroides no afectan el trabajo en las bases. “Y además, eso ya es una cuestión de hacer campañas de prevención, no exámenes laborales. Las personas deberían hacerse esos estudios voluntariamente, pero no podemos estar metiéndonos en su intimidad”.

El trasfondo de este pedido de estudio invasivos e innecesarios es, como muchas otras veces, una discriminación por género. El grupo de trabajadoras organizadas contra estas medidas lo califica como violencia de género institucional y laboral ultrajante: la obligatoriedad de estudios de este tipo no sólo vulnera su intimidad sino también su derecho a protección de datos sobre su salud personal que poco tienen que ver con las tareas que realizan. Y sin realizarse esto estudios quedan, por lo menos hasta el día de hoy, inhabilitadas para viajar a hacer su trabajo.

“No hubo explicación de por qué se tomó esa decisión, ni respuesta a los reclamos. Transformar esta decisión depende la derogación por parte de una nueva gestión”, en este caso, Memolli apunta a Daniel Filmus, quien es ahora Secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur. Una de las primeras medidas que se espera de su flamante gestión es la derogación de esta imposición. “Pero ya se cometieron muchos ilícitos; esto va en contra de las leyes de ética de la medicina, en el trabajo, la OIT habla mucho sobre estos temas vejatorios, en donde inclusive no podés indagar sobre la vida personal de quien está trabajando, no podés violar su intimidad”. Entre la publicación del informativo y el presente, todas las mujeres que quisieran participar de misiones tuvieron que someterse a esta medida violenta.

Esta problemática sirvió para pensar la situación de las mujeres antárticas desde una nueva óptica: ¿qué sucede con los cuerpos feminizados en el punto más austral de nuestro territorio? El ex-Director Nacional cuenta que en su gestión se logró obtener un cupo de 50%, a pesar de que no fuera en todas las áreas. “Todavía hay más geólogos varones y más biólogas mujeres”, explica. Pero como varón entiende que no depende de él tomar todas las decisiones sobre cómo resolver las problemáticas con las que llegará la nueva gestión a la Antártida. “Yo soy un varón, no tengo por qué decidir aquello que afecta sobre todo a las mujeres”. Es por esto que opina que deberían realizarse mesas de trabajo en las que, junto con los gremios, se trabaje la transversalidad de la perspectiva de género en la vida y trabajo antárticos. “Ese sería el mensaje: hablar, pensar esas cuestiones, cómo lo ven las mujeres, cómo podemos abordar el tema de las identidades y diversidades”.

Para conocer el comunicado completo en repudio a las medidas macristas hacer click aquí.

LAS MUJERES EN LA ANTARTIDA- LA DISCRIMINACIÓN

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Lucia Cholakian Herrera

Comunicación UBA // Periodismo Narrativo UNSAM+Anfibia. Escribe en Vice, Cosecha Roja y Nodal.am // En redes es @queendelqueso