«Por la unidad socialista de América Latina» fue la consigna de la Unión de Juventudes por el Socialismo (UJS), la rama juvenil del Partido Obrero, para convocar a su militancia al campamento de fines de febrero. El tradicional encuentro de verano se realizó entre el 22 y el 29 de febrero de 2020 en Nueva Atlantis, a pocos kilómetros de Mar de Ajó, y contó con la presencia de unos 800 jóvenes trotskistas de Capital, Rosario y Provincia de Buenos Aires. El evento hubiera pasado desapercibido dentro de las múltiples actividades del trotskismo argentino de no ser porque, la semana pasada, se conoció la resolución a partir de la cual el Consejo Superior de la Universidad de Buenos Aires (UBA) transfirió una «ayuda económica» de $1.315.000 al Partido Obrero con el objetivo de «afrontar los gastos que demande la contratación de 7 (siete) microómnibus» para trasladar a los estudiantes al campamento.
El problema de fondo no tiene que ver con el financiamiento universitario de las actividades políticas, hecho que desde este medio reivindicamos plenamente. Lo que llama la atención es la abultada cifra con que la dirección de la UBA -a cargo del rector Alberto Barbieri y conducida políticamente por el diputado radical de Juntos por el Cambio, Emiliano Yacobitti- colaboró para la realización de dicha actividad partidaria. Ambos espacios, tanto UCR/Juntos por el Cambio como el Partido Obrero, son férreos opositores al gobierno de Alberto Fernández.
Fernando Ramal, expresidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y dirigente de la la UJS, explicó a este medio: «La Universidad tiene financiamiento para actividades de extensión universitaria y nosotros pedimos micros para el campamento». El dirigente estudiantil señaló que existen otras agrupaciones que han solicitado recursos al rectorado de la UBA para realizar actividades políticas y culturales. Sin embargo, los montos a los que refiere Ramal no se acercan a la millonaria suma recibida por el Partido Obrero para una única actividad.
A lo largo de sus largos años de conducción de los órganos estudiantiles de la UBA, el Partido Obrero ha hecho de la «independencia de las autoridades» una de sus principales banderas políticas. Sin embargo, fechada el 13 de febrero, la resolución otorga la importante suma de dinero a cuenta del consejero por la minoría estudiantil, Juan Winograd, militante del Partido Obrero. Es sabido a viva voz que el rectorado de la UBA aporta al desarrollo de su pata estudiantil (Franja Morada) a través de financiamiento institucional, proyectos de extensión, puestos de gestión y concursos poco transparentes. Pero resulta cuanto menos llamativo este abultado financiamiento a una de las fuerzas de izquierda que se presenta como oposición a los radicales en la universidad.
«Es una crítica muy `Milei´. Es llamativo el revuelo ya que hay muchas agrupaciones que le piden plata al rectorado para estas actividades. Nosotros defendemos este financiamiento, incluso en el espíritu de una universidad que no tiene que estar aislada de lo que pasa en la sociedad», explica Ramal. «Cualquiera puede ver un volante de la UJS y darse cuenta que somos los más críticos a la dirección de la universidad», agregó Ramal.
Consultado por una posible afinidad entre el rectorado y la UJS en torno a su oposición al gobierno nacional, Ramal explica: «Barbieri es más albertista que muchos albertistas tardíos. No es que recibimos financiamiento de un sector: se financian organizaciones del Frente de Izquierda, del Frente de Todos. Este es un documento público, no hubo nada por debajo de la mesa. Defendemos este mecanismo de financiamiento de extensión universitaria», concluyó el dirigente.
