Un día con imágenes detenidas

A la precarización laboral y los derechos históricamente relegados de les artistas visuales, se le sumó el parate que significa la cuarentena para el mundo del arte. Mañana se realizará un paro de 24 horas convocado por la agrupación de Trabajadores de las Artes Visuales (TAV).

El arte salva al mundo, dicen algunes. Pero, ¿qué pasa con les artistas cuando el mundo se frena? Ante la falta de condiciones laborales y la histórica precarización, la agrupación de Trabajadores de las Artes Visuales (TAV) propuso realizar un paro virtual este viernes 24 de abril. De acuerdo con este sector, la paralización del mercado artístico por la cuarentena es sólo un síntoma más de la informalidad que padecen desde hace años.

Desde TAV esperan que esta situación sea el impulso para cuestionar el sistema del arte, en lo que se refiere a derechos largamente denegados. “Queremos conformar un sindicato para fortalecer al sector, no para ir en contra de alguien. Sabemos que este objetivo es a largo plazo, por eso elaboramos un documento federal que propone la creación de un Instituto Nacional de Artes Visuales. A partir del documento queremos que se establezca un espacio de diálogo con reconocimiento oficial entre todos lxs actores que conforman el sistema del arte, entre ellos el Estado, para arribar a nuevos acuerdos. Nuestra voluntad es constructiva y propositiva», manifiesta el grupo formado en 2019 por artistas, gestores, galeristas y otros agentes vinculados con las artes visuales de todo el país.

La acción performática consiste en que les trabajadores de las artes visuales que se adhieran suban una placa alusiva el jueves 23 de abril a las 23.59hs y luego no interactúen más en redes por 24 horas. Las placas se pueden descargar de la cuenta de instagram @trabajdorxsartesvisuales.

Para conocer un poco más de la problemática, El Grito del Sur habló con les Trabajadores de las Artes Visuales.

Las artes visuales son uno de los sectores más precarizados. ¿Se puede pensar a futuro en un gremio?

Sí, creemos que se puede pensar en un sindicato de trabajadores y trabajadoras de las artes visuales; de hecho, ya hay entidades y asociaciones sindicales que protegen los derechos laborales de les trabajadores de las artes escénicas. Tal vez sea porque la música o el teatro se organizan de manera grupal en su quehacer, mientras que en las artes visuales sigue operando la idea del artista que trabaja solo y en soledad se enfrenta al mundo. Una idea vetusta que habilita lógicas de producción perjudiciales para nuestras condiciones de trabajo, pero que afortunadamente es revertida por numerosos proyectos grupales que en los últimos 10 años surgieron en todas las provincias. En la Argentina hubo muchos intentos anteriores de agremiación del sector vinculado a las artes visuales y actualmente en funcionamiento, por lo que no creemos estar planteando una utopía. Sin dudas será un camino largo, pero las experiencias previas y las demandas históricas de todos los niveles del sector requieren una organización semejante para garantizar condiciones labores dignas.

¿Cuáles son las exigencias hacia el Gobierno en este momento?

En principio, deseamos promover un espacio de diálogo que cuente con el reconocimiento y la escucha oficial, que convoque a la amplitud de agentes vinculados a la realización, exhibición y circulación de las producciones de artistas visuales. Creemos que éste es un momento donde las condiciones sociales y económicas están en evidente reformulación y, por eso mismo, pensamos que el circuito del arte no puede perder la oportunidad de repensarse. A su vez, confiamos en que estamos en un contexto político mucho más favorable al diálogo que el que tuvimos hasta el año pasado y es posible pensar una propuesta para debatir ahora o apenas se salga de la cuarentena, ya que dada la coyuntura algunes pueden entender el arte como algo no “prioritario”. Aquí abrimos mil comillas porque el arte puede considerarse así, pero les trabajadores del arte somos trabajadores como cualquier otre y quedamos desocupades sin posibilidad de vender obras, exponer o promover proyectos. De tal modo que nos vemos igualmente afectados que gran parte de la población, pero sin actores oficiales o entidades específicas dentro del Gobierno para plantear esta situación. En ese sentido y de manera orgánica al sindicato deseamos solicitar la creación de un Instituto Nacional de Artes Visuales, como lo hay de teatro, de cine o de música.

¿Qué sucede con las condiciones fiscales?

Las condiciones fiscales son otra punta que también es fundamental revisar, ya que en la misma línea de carencia de criterios específicos, existe un monotributo para artistas visuales pero con las lógicas de cualquier otro monotributo que tiene un monto de facturación medianamente estable todos los meses, cuando el real funcionamiento de venta de la obra de arte o los trabajos en relación a las exposiciones, suele ser mucho más esporádico. Tampoco existe una figura jubilatoria que reconozca la trayectoria con perspectiva de género que construimos en el campo de las artes visuales. Un sector que trabaja de un modo mucho más autogestivo o “emprendedor” y, por lo tanto, no existe la idea de ascenso y aporte correspondiente.

¿Cómo se adueñan del término «paro» en un momento donde no pueden trabajar?

Nos consideramos trabajadores y trabajadoras de las artes visuales, creemos que al pensar en nuestro trabajo se sobrevalora el placer en esta labor particular, como si un ingeniero no disfrutase del suyo. Excusa por la cual se duda de nuestra calidad de trabajadores. En consecuencia, el paro surge porque en este afán de generar contenidos virtuales para las pantallas, se nos continúa pidiendo trabajos gratis en este contexto de desocupación en el cual para mostrar adecuadamente una obra es necesario realizar un texto, un montaje o un registro que insume recursos económicos materiales y simbólicos. De igual manera, el otorgamiento sin discusión y naturalizado de nuestros derechos sobre la reproducción de una imagen o de un texto que es de nuestra autoría sin percibir a cambio un centavo. Vale decir que el mercado de arte sigue operando en nuestro país de manera virtual, a través de ferias y visitas virtuales a galerías y museos. Por eso pensamos el paro como una instancia para repensar nuestra situación laboral.

¿Por qué surgió la idea de subir placas como forma de protesta?

Toda lucha se acompaña con la difusión de consignas e información pertinente en la calle y en las redes. Éstas últimas son hoy en día el espacio público y de debate político por excelencia. Pensamos que las placas a publicar son consignas que llaman a la reflexión.

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.