El informe «Continuidad pedagógica en tiempos de COVID-19», elaborado por los docentes porteños y delegados de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) Emmanuel Farina y Daniel Alvade, indaga acerca del rol docente, la capacitación y el uso de las nuevas tecnologías de la información y el conocimiento. El objetivo es identificar las principales limitaciones y ensayar algunas propuestas para garantizar la continuidad pedagógica en este contexto. El trabajo recoge las respuestas de 220 docentes de 124 escuelas primarias de gestión pública de la Ciudad de Buenos Aires, que fueron consultados y consultadas entre los días 15 y 22 de abril.
«Se pone en evidencia que la política del GCBA durante más de 12 años, a partir de la Subsecretaría de Planeamiento e Innovación Educativa, fue insuficiente. No se capacitó al personal docente, las computadoras no tienen red para usar Internet en las casas, se cambió el modelo uno a uno y los primeros años en los que les pibes entran a la escuela no tienen netbook en la casa», denuncia Daniel Aldave, licenciado en Educación por la UMET y uno de los autores del trabajo.
En relación a los mecanismos utilizados por los y las docentes para sostener el vínculo pedagógico con sus estudiantes, el 64 por ciento indicó estar haciéndolo vía correo electrónico y el 53,4% a través de WhatsApp. Muy por detrás, con tan sólo el 39 por ciento se encuentra Edmodo, la plataforma educativa promovida en las distintas instituciones de la Ciudad. Otro 18 por ciento dijo estar utilizando Wix y sólo un 6,3% Facebook. A su vez, el 74 por ciento de las personas encuestadas aseguró estar utilizando entre 2 y 5 redes sociales para garantizar el sostenimiento de la educación a distancia.

Otro de los ejes que aborda el informe está relacionado con el uso que se le da a las plataformas antes mencionadas. En este punto es donde mayores coincidencias se encontraron, ya que la mayoría las utiliza para envíar contenidos y tareas, comunicarse con las familias de sus estudiantes y corregir las actividades. Del total de educadores y educadoras que participaron de la encuesta, el 78,5 por ciento afirmó haber recibido las tareas envíadas, mientras que sólo el 21 por ciento no recibió tarea alguna.
Uno de los puntos problemáticos, y por lo que viene reclamando la docencia porteña desde hace tiempo es la capacitación en las escuelas, y la encuesta realizada por los propios maestros lo demuestra muy claramente. El 64,9 por ciento aseguró no haber recibido ningún tipo de capacitación sobre el uso de las Tecnologías de la Información y el Conocimiento (TIC) en la escuela y el 48 por ciento respondió que tuvo que realizar cursos de formación por su propia cuenta frente a la ausencia de capacitaciones que debería garantizar el Gobierno de la Ciudad.

Por otro lado, si bien el 73% expresó estar de acuerdo con garantizar la continuidad pedagógica mediante las TIC durante el período que se extienda la pandemia, un 43% advirtió que la escuela no está preparada para llevar a cabo este proceso. «El aislamiento preventivo social y obligatorio desnudó las desigualdades. Las nuevas tecnologías y la conexión a Internet tienen que llegar a todxs nuestrxs estudiantes», sentenció Emmanuel Farina, profesor de jóvenes y adultes, maestro de grado y otro de los impulsores de la encuesta.