«No creo en un aporte patriótico de los millonarios»

El secretario general de la CTA Capital, Eduardo López, habla del teletrabajo, el impuesto a las grandes fortunas y las medidas de Larreta para enfrentar el coronavirus. "Quiero que Argentina salga de esta pandemia siendo un ejemplo de honestidad y de defensa de los trabajadores en el mundo", anhela.

Foto: Catalina Distefano

«Los ricos y los terratenientes se niegan a luchar, no quieren mandar a sus hijos a la batalla, me dicen que enviarán tres sirvientes por cada hijo para no tener que pagar las multas (…) Un día se sabrá que esta Patria fue liberada por los pobres, y los hijos de los pobres, nuestros indios y los negros, que ya no volverán a ser esclavos». José de San Martín.

A 43 días del inicio de la cuarentena, con una economía paralizada y un difícil contexto laboral para una porción importante de la población, surgen importantes y variados debates al respecto. Desde la CTA, y en coordinación con distintos sindicatos, vienen insistiendo en la importancia de fijar un impuesto a las grandes fortunas a nivel nacional, un proyecto que vienen trabajando tres diputados del Frente de Todos: Carlos Heller, Máximo Kirchner y Hugo Yasky. Eduardo López, secretario general de la CTA Capital, habla en una entrevista con El Grito del Sur acerca del teletrabajo, los desafíos laborales que surgen en tiempos de pandemia y analiza las medidas adoptadas por el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.

Foto: Catalina Distefano

¿Qué opinás acerca del proyecto de ley de impuesto a las grandes fortunas que se viene trabajando desde el Gobierno?

El Gobierno nacional tomo la decisión de proteger la salud de los argentinos en lugar de los mercados y las ganancias de los patrones, y para financiar esa decisión es necesario más dinero que viene a reemplazar lo que no se produce. Ese dinero tiene que salir de las 11 mil personas más ricas de la Argentina, que a la vez son las que menos impuestos pagan respecto de todos los habitantes del país. Porque fugan, porque eluden y son quienes menos proporción del impuesto al valor agregado (IVA) pagan. Paolo Rocca paga menos impuestos que un cartonero. Lo que pedimos es que los 11 mil Paolo Rocca se acerquen a pagar impuestos como un cartonero, como un maestro, como un jubilado, como un médico. Por eso impulsamos una ley de impuesto a la riqueza.

¿Y por qué sumar un impuesto a las ganancias en la Ciudad de Buenos Aires?

Hay tres formas de cobrar impuestos: a lo que tenés, a lo que ganás y a lo que gastás. Argentina tiene un impuesto muy grande a lo que gastamos y muy poco a lo que se tiene y a lo que se gana. El impuesto nacional apunta a lo que se tiene, y en la Ciudad queremos un impuesto a lo que se gana para que en la crisis haya justicia social. No creo en un aporte patriótico de los millonarios. La clase dominante que vive de eludir impuestos es la que debe empezar a pagar impuestos y dejar de vivir del Estado. El prototipo de persona que vive del Estado es Paolo Rocca, luego le siguen Macri y los otros 11 mil que nosotros señalamos. Hasta las personas de las villas que no pagan ABL, pagan más impuestos que Paolo Rocca. Si hay planeros VIP en la Argentina son los 11 mil millonarios que vivieron y viven del Estado.

¿Por qué creés que hay un cuestionamiento social a este tipo de medidas?

Algunas encuestas muestran que entre el 70 y el 80 por ciento está a favor de un impuesto a la riqueza. De todas formas, es verdad que hay un relato muy fuerte acerca de que los pobres son pobres porque son vagos, viven a costillas del Estado y no pagan impuestos, y los ricos son a quienes se les tributa y se les hace cargar la mayor parte de los impuestos y nunca vivieron del Estado. Esta es una construcción que ahora está en cuestionamiento en todo el mundo. El propio Fondo Monetario Internacional está diciendo que hay que cobrarle impuestos a los sectores pudientes, es decir, estamos en una situación extraordinaria en la que está todo el mundo parado y en el que muchas personas están indicando esto que marcamos nosotros desde la Argentina.

Muchos de los funcionarios que se oponen a estos proyectos son los mismos que semanas atrás arengaban los cacerolazos para que los políticos se bajen los sueldos…

No me opongo para nada a que se bajen el sueldo los políticos. Sin embargo, según los estudios que realizamos, con el sueldo de los diputados se recauda 200 millones de pesos en el año, y con lo que nosotros proponemos se recaudan 3.500 millones de dólares. Con los 200 millones compramos alcohol en gel para el barrio de Pompeya, mientras que con los 3.500 millones financiamos miles de internaciones y miles de respiradores, entre otras necesidades. No voy a defender a ningún político que cobre más de lo que debiera ser por la función que desempeña, pero no puedo dejar de mencionar que las acusaciones en su contra son utilizadas justamente para desvalorizar lo que proponemos.

¿Por qué tanta polémica alrededor de la reducción del salario de los funcionarios?

Mirá, Mauricio Macri en sus ocho años de jefe de Gobierno, y después en sus cuatro años como presidente, nunca cobró salario, siempre se lo donó a Margarita Barrientos. Y a pesar de ello, los trabajadores y las trabajadoras nunca estuvimos peor que con Mauricio Macri. Además, él no cobró salario y, sin embargo, se enriqueció enormemente mientras nos empobreció a todos. ¿Donar todo el salario es sinónimo de que le va bien al país? No, y Mauricio Macri es un ejemplo de eso.

¿Cómo evaluás la gestión de Rodríguez Larreta durante la pandemia?

Ante la pandemia hay dos opciones: o el costo de la pandemia lo pagan las riquezas de los patrones o la paga la salud de los trabajadores. Larreta eligió que lo paguemos la salud de los trabajadores, ya sea no dándonos aumentos, dejándonos sin trabajo o pagándonos escalonado. Por eso reclamamos y pedimos que los impuestos sean a los casinos online, a las aseguradoras, a las apps móviles como Uber, Rappi, Glovo y a los bancos radicados en la city porteña. Las empresas que ganaron un millón de dólares el año pasado tienen que pagar un impuesto del 3 por ciento, eso es lo que pedimos.

¿Qué opinás acerca de la compra de «equipamiento antidisturbios» que hizo el Gobierno de la Ciudad durante la pandemia?

Él (Larreta) toma la misma decisión que tomaron Donald Trump y Bolsonaro. Un neoliberal asustado es un fascista. ¿Por qué las compraron? Porque quieren aplicar un ajuste, y saben que naturalmente si hay ajuste hay lucha popular, de las formas que sean en esta pandemia. Antes de la reforma previsional, Patricia Bullrich también había comprado armas. Más allá de la foto que se saca cada 15 días al lado de Alberto Fernández, Larreta es Macri, fue Macri y ahora intenta despegarse diciendo que desconoce a Mauricio, pero es la derecha pura que actúa en las buenas y en las malas como derecha.

Corriendo el eje hacia otro tema, ¿qué pasa con el teletrabajo?

Hay que regularlo, sin lugar a dudas. No estamos en contra de las máquinas e Internet, sino de la sobreexplotación y de que se maximicen las ganancias de los empleadores. Íbamos a empezar a regularlo y esta pandemia nos modifica un poco la agenda, pero es una deuda pendiente del movimiento obrero y del Gobierno. No creemos que una máquina perjudique, lo que queremos discutir es la plusvalía de esa máquina y a quién explota esa máquina.

Además de dirigir la CTA Capital, sos secretario adjunto de la UTE y secretario gremial de la CTERA. ¿Cómo se vive este tema en la educación?

La virtualidad obligada dejó en claro que la virtualidad no reemplaza a la escuela, y que una virtualidad generalizada como la que estamos haciendo ahora porque no tenemos otra opción demuestra que esa virtualidad profundiza las desigualdades. Esta pandemia nos adelantó el futuro del debate con los gurúes informáticos que venden plataformas digitales educativas.

¿Y cómo se llega al 1 de mayo de 2020?

En lo personal, me encuentra orgulloso del país que elige cuidar la salud por sobre la explotación de los trabajadores. No dejo de sorprenderme por lo que pasa en Brasil, en Ecuador y en los Estados Unidos. Nuestro país es el primer o segundo país del mundo con menos muertos por coronavirus por millón de personas. Pero ese orgullo quieren hacer que se caiga, quieren que seamos Brasil, y nosotros queremos defender esta elección, que la mujer y el hombre son el bien principal a proteger. Estoy orgulloso del Estado que elige proteger la salud de la población y seguimos presionando al Estado para que tenga los fondos que permitan financiar esta decisión, de proteger la salud por sobre la ganancia del patrón, porque sino va a fracasar. Estamos en un mundo que va camino a salir de esta pandemia por derecha, y en un país que quiere salir de esta pandemia de una manera progresista, nacional y popular. Quiero que Argentina salga de esta pandemia siendo un ejemplo de honestidad y de defensa de los trabajadores en el mundo, y este 1 de mayo nos encuentra trabajando para esto.

Foto: Catalina Distefano

Este viernes 1 de mayo, por primera vez después de mucho tiempo, los trabajadores y las trabajadoras del mundo no podrán salir a las calles para movilizarse. Sin embargo, las centrales sindicales se han organizado internacionalmente para montar una movilización virtual que vuelva a ubicar en el centro de la escena los reclamos laborales que alzan miles de personas en distintas partes del planeta. A las 11 de la mañana se realizará un recital internacional del que participarán conocidos artistas y por la tarde, más puntualmente entre las 18 y las 20 horas, dirigentes sindicales de todo el mundo mantendrán una reunión para abordar las problemáticas y los desafíos que se presentan frente a este contexto de crisis económica y sanitaria.

En nuestro país, las CTA han acordado reclamar un impuesto al patrimonio (a nivel nacional) para las 11 mil mayores fortunas y otro a las ganancias (en la CABA), la nacionalización de los servicios públicos (agua, electricidad y gas), la modificación de la ley de entidades financieras que rige desde principios de la última dictadura cívico-militar y la regulación del comercio exterior.

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Christopher Loyola

Estudiante de Edición (FFyL-UBA), Presidente del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras (CEFyL).