«Hay que incluir al COVID-19 en el listado de enfermedades profesionales»

Lilian Capone conduce la Secretaría de Salud Laboral de la CTA en Provincia de Buenos Aires y coordina el Espacio Intersindical Salud, Trabajo y Participación, conformado por más de 20 gremios de la CGT y en la CTA. En diálogo con El Grito del Sur habla sobre la necesidad de una ley que incluya al COVID-19 en el listado de enfermedades profesionales y apunta contra el negocio de las Aseguradoras de Riesgos de Trabajo (ART). “Sólo persiguen el dinero y esto no condice con la prevención de riesgos”, sostiene.

El camino de unidad que trazaron durante la era macrista algunas organizaciones gremiales todavía se sostiene y da muestras de fortalecimiento en un contexto completamente adverso, marcado por recortes salariales, suspensiones, despidos y el cese de las paritarias. La Intersindical de Salud y Trabajo que coordina Lilian Capone nació en 2016 y se fue consolidando como espacio de debate y unidad del movimiento obrero al calor de la resistencia a las políticas de desguace del sistema de salud pública aplicadas por Cambiemos. Una de las primeras acciones que llevó a cabo este espacio fue la campaña de denuncias públicas en contra de la nueva Ley de Riesgos de Trabajo que aprobó el Senado de la Nación en febrero de 2017 con el objetivo de beneficiar a las patronales y seguir garantizando el negocio de las ART, obstaculizando el acceso a la Justicia por accidentes laborales y aplicando rebajas a las indemnizaciones percibidas por los trabajadores y las trabajadoras. En una entrevista con El Grito del Sur, Lilian Capone habla sobre teletrabajo, el rol de las ART y cómo se imagina el mundo laboral postpandemia.

La pandemia dejó en evidencia el deterioro de nuestro sistema público de salud tras cuatro años de macrismo. ¿Qué análisis hacés de esta situación?

Hay una deuda estructural del sistema sanitario en nuestro país desde hace muchos años, que obviamente los cuatro años de macrismo terminaron de arrasar. Hace menos de un año estábamos hablando de una Secretaría de Salud y no de un Ministerio, en donde se cerraron oficinas, se despidieron profesionales, se cerraron varios programas y algunos se privatizaron con una mirada completamente extranjerizante. Como siempre digo, el coronavirus no respeta ni pelo ni marca: comenzó en nuestro país con una clase media acomodada que venía del extranjero pero, como en todo el mundo, este virus vino para quedarse. Esta situación irrumpe la vida de todos y todas de una manera escandalosa, pero básicamente da cuenta de la inequidad, de la injusticia y de la falta de inclusión en todos los niveles: sanitario, económico, social y educativo. Pensá en el trabajo que están haciendo los docentes. Muchos dicen que no hay escuelas, pero en realidad sí hay escuelas, con una educación a distancia sostenida por los propios docentes. Es lo mismo que pasa en salud, ningún grupo humano de profesionales escatimó el esfuerzo de ponerse al frente de esta pandemia. Advertimos, y muchos trabajadores de la salud también, que situaciones de trabajo que antes no fueron tenidas en cuenta, ahora sí lo son porque está en juego la vida. Es acá cuando vemos que las condiciones de trabajo van directamente ligadas a las condiciones de vida.

Coordinás la Intersindical Salud, Trabajo y Participación de los Trabajadores. ¿Cómo está compuesto el espacio y cuál es el rol que cumplen en este contexto?

La Intersindical cumple cuatro años. Se conformó en plena resistencia al gobierno de Macri y actualmente nuclea a alrededor de 20 gremios de la Corriente Federal, la CGT y la CTA. En este momento estamos aportando fuerte a varias cuestiones. En primer lugar, estamos diseñando un “Protocolo de Vuelta al Trabajo”. En este sentido tenemos una construcción colectiva, de consenso sindical y logramos llegar a un piso de acuerdo del Protocolo, que después cada compañero/a lo adecuará a su propia realidad, a la realidad de su puesto de trabajo. A esto le sumamos una fuerte impronta de participación de los trabajadores y las trabajadoras: por eso, como espacio intersindical le entregamos a la OIT y al jefe de Gabinete Santiago Cafiero un proyecto de DNU para que los Comités Mixtos de Salud, Seguridad y Delegados de Prevención estén en todo el país. Además estamos presentando un proyecto de ley para que el COVID-19 sea declarado directamente como enfermedad profesional, sin ningún tipo de trámite que obstaculice los reclamos. Estuvimos muy atrás del DNU (367/20 emitido el 13 de abril) para que el COVID-19 sea reconocido por el Sistema de Riesgos del Trabajo. Tené en cuenta que, al principio de la pandemia, las ART decían que esto era una catástrofe sanitaria y que, por lo tanto, no era causada por las condiciones de trabajo. Sin embargo, el decreto del Presidente del 20 de marzo pone en evidencia que hay actividades esenciales e indiscutibles en donde los trabajadores ponen su cuerpo para que el resto podamos cumplir el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Trabajamos muy fuerte en ese DNU (367/20). No salió como nosotros quisimos, pero al menos pudimos llevar la voz de los trabajadores y las trabajadoras.

¿Por qué decís que no salió como quisieron?

Porque pone al COVID-19 por fuera del listado de enfermedades profesionales que contempla la ley, lamentablemente. Es decir, hay que hacer trámites para que las ART lo reconozcan. Entonces nosotros queremos una ley que meta al COVID-19 dentro del listado, no por fuera.

¿Se debería sancionar una nueva Ley de Riesgos del Trabajo entonces?

No, eso es otra cosa. El proyecto de Ley de Prevención de Riesgos de Trabajo ya lo tenemos preparado, pasa que ahora estamos con otros temas. Consideramos que en este momento hay una coyuntura en donde se están presentando, tanto desde la Corriente Federal como desde la CTA, los proyectos de ley de trabajo a distancia. Nosotros estamos trabajando sobre cuál es el impacto en la salud de los trabajadores de esta nueva forma de empleo. Sabemos que se va a utilizar esta pandemia para dejar a muchos fuera del sistema. En este sentido sostenemos que el trabajo a distancia debe ser regulado, organizado, con insumos tecnológicos provistos por los empleadores, con una jornada laboral definida y la ART se debe hacer cargo de esa jornada. Por otro lado, lo que estamos haciendo es convocar a los compañeros/as a conversatorios virtuales para construir masa crítica, discutir y seguir avanzando. Este espacio Intersindical se apoya en dos premisas: unidad sindical y conciencia de clase. Por eso decimos que necesitamos una Ley de participación de los trabajadores en el contexto de pandemia, no nos alcanza el Convenio Colectivo porque precisamente, gracias a los cuatro años de macrismo, hoy tenemos casi un 55% de compañeros y compañeras en la informalidad que quedarían por fuera de la posibilidad de llevar su voz a los lugares de trabajo. De nada nos sirven las mejores políticas públicas escritas con una mirada nacional, popular e inclusiva, si esto no es sostenido por cada uno de los trabajadores en sus respectivas actividades.

¿Qué son los Comités Mixtos de Salud y Seguridad? ¿Por qué es importante su inclusión en un DNU?

Los Comités Mixtos son ámbitos bipartitos. La OIT es muy clara en ese sentido: recientemente emitió un documento que dice que, para retornar a nuestros trabajos, debemos cumplir diez pasos. El primero es consensuar en una mesa bipartita (gremios y empleadores) en cualquier ámbito laboral, sea público o privado, de qué forma volver y cómo implementar las normativas dictadas por la autoridad sanitaria. Entonces, como delegada de Prevención del Comité Mixto, tengo que garantizar que esa política que emite el Ministerio de Salud sea puesta en práctica. No necesitamos inspectores, los trabajadores tenemos voz y voto y somos protagonistas; por lo tanto, podemos garantizar las condiciones de salubridad. Además, es importante atender a las especificidades de cada lugar, porque no es lo mismo una gran empresa que una Pyme de cinco personas. Pero sí es lo mismo el lavado de manos, la distancia social, la utilización del barbijo y estar en ambientes ventilados. Todas estas cuestiones se deben protocolizar para cuidarnos entre todos.

¿Se viene el salario universal?

Las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) no tienen buena fama en el mundo laboral. ¿Qué rol están jugando en este contexto?

En primer lugar, es importante entender que son empresas privadas con fines de lucro. Para nosotros, la salud de los trabajadores y las trabajadoras no puede tener fines de lucro. Estas aseguradoras expulsan todas las denuncias que reciben, casualmente en este momento muy pocas ART aceptan al COVID-19 como una enfermedad profesional. El trabajador que se contagia tiene que someterse a hacer trámites y discutir que estuvo en un hospital o en una escuela repartiendo alimentos, ¡esto una barbaridad! En segundo lugar, esto representa una gran deuda desde la década del ´90. El Sistema de Riesgos del Trabajo que tenemos en nuestro país está completamente privatizado, en donde el trabajador tiene que demostrar que se enfermó cuando en realidad el que impone el riesgo es el empleador. Esto no pasa en todos lados ni en todas las empresas, pero el ADN de las ART es la plusvalía, sólo persiguen el dinero y esto no se condice con la prevención de riesgos. Nosotros planteamos que debe ser el Estado el que se haga cargo del Sistema de Riesgos del Trabajo: debe estar estatizado y hacerse cargo de los Comités Mixtos y de los Observatorios en donde tanto empleadores como trabajadores hagan un monitoreo constante de las diferentes actividades. Ahora bien, ¿cuál es el diagnóstico hoy? En nuestro país, según las estadísticas de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), son menos del 5% las personas que se enferman por las malas condiciones laborales. Esto es llamativo: o los trabajadores en Argentina son todos sanos, o bien existen piedras en el camino que nos impiden llegar a un sistema que realmente dé cuenta de que existen los riesgos y que, cuando los trabajadores se enferman, es debido a esas malas condiciones.

¿Cómo crees que va a ser la nueva normalidad laboral post-pandemia?

Va a estar muy complicado. Va a haber muchos puestos de trabajo cerrados y una pérdida del empleo a nivel mundial. Quedará al desnudo un mayor porcentaje de trabajadores informales. Pero también quedará en evidencia, para aquellos que no creen en lo colectivo, que las organizaciones sociales y los sindicatos son dos patas muy fuertes para lograr un mundo del trabajo más equitativo. Hubo una gran discusión con el tema del trabajo a distancia en torno a si había que legislarlo o no, y algunos sostenían que no había que legislar porque eso significaba abonar a la flexibilización laboral. Yo creo, al contrario, que las organizaciones sociales y sindicales, a través de nuestros representantes en el Congreso, debemos legislarlo precisamente para que sea un avance en las condiciones de trabajo. Creo que debemos estar muy fuertes, muy unidos y avanzar con una mirada colectiva. Estamos inmersos en una Argentina dispar, pero en donde quedó comprobado que la fuerza política y social que construimos va a dar pie para seguir adelante. Con lo cual convoco a través de ustedes a seguir construyendo colectivamente. Quedémonos en casa y respetemos las normativas de un Gobierno que nos está cuidando.

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Jeremías Herrera

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires