Ni Una Menos: a 5 años del grito que cambió el feminismo

Soledad Vallejos, Marina Abiuso y Carolina Marcucci, tres de las organizadoras de aquella histórica movilización, cuentan cómo vivieron esa jornada, cómo se organizó y el impacto a posteriori en los reclamos y la ampliación de los derechos de las mujeres en Argentina y el resto del mundo.

El miércoles 3 de junio de 2015 a las cinco de la tarde, la Plaza del Congreso y las calles a su alrededor se llenaron de mujeres. Había carteles con consignas en contra de la violencia de género, otros con los nombres y rostros de quienes habían sido víctimas de femicidios y una consigna clara: “Ni Una Menos”. Esa acción en contra de los femicidios se replicó en el resto del país y el 3J pasó a ser fecha obligada de movilización y visibilización de los reclamos por los derechos de las mujeres.

“Había un montón de experiencias que las mujeres atravesábamos en silencio y en soledad y creo que (a partir de esa primera movilización) se rompió ese cerco”, dijo a El Grito del Sur la periodista de Todo Noticias Marina Abiuso, una de las organizadoras del primer Ni Una Menos. “Logramos sacar el tema de las páginas marginales del final de (la sección de) Sociedad y se volvió un tema central -agregó-. Un montón de experiencias particulares se volvieron cosa pública y ahora sabemos que les pasa a otras, que no es tu culpa, que no tiene que ver con lo que llevabas puesto. A esto nos referimos cuando decimos que lo personal es político”.

«NOS ESTÁN MATANDO»

Lola Chomnalez tenía 15 años y había sido asesinada ese verano, a fines de diciembre de 2014, en la playa de Valizas, Uruguay. En años anteriores, se había ampliado la cobertura mediática de otros femicidios como los de Wanda Taddei (2010), Candela Rodríguez (2011), Ángeles Rawson (2013) y Melina Romero (2014). “En 2015 veníamos de meses y de un verano con casos cargados de detalles morbosos. También había un tema de clase, se sexualizaba a la piba si era pobre y como santa si era rica”, opinó Soledad Vallejos, periodista de Página|12 y una de las organizadoras de ese primer Ni Una Menos.

“En la seguidilla hubo algo que rebalsó el vaso. Excedía la cobertura de nota policial y se empezaron a ver similitudes que excedían el tema de las edades o la geografía”, agregó la periodista. En marzo de 2015, se hizo una maratón de lectura en el Museo del Libro y de la Lengua. “Fue una reacción a este tema de los femicidios y se convocó bajo la consigna ‘Ni Una Menos’. Estuvo la mamá de Lola (Chomnalez) y leyó parte del diario de ella”, contó Vallejos, quien estuvo involucrada en la realización del evento. “Hubo una cobertura mediática más grande que en la lectura anterior (que fue a fines de 2014 y se vinculaba al proyecto de ley de legalización del aborto), pero no fue algo masivo”, describió.

El 10 de mayo de ese año se encontró en la localidad de Rufino el cuerpo de Chiara Páez, una adolescente de 14 años y embarazada de 3 meses, que había sido asesinada por su novio. Luego de que se conociera el femicidio, la periodista Marcela Ojeda publicó un mensaje en su cuenta de Twitter denunciando que “nos están matando, ¿no vamos a hacer nada?”. “Varias personas empezaron a contestar ese mensajito y eso se transformó rápidamente en un chat”, recordó Abiuso.

NI UNA MENOS: DETRÁS DE ESCENA

Ese chat se convirtió en una reunión en la Casa del Encuentro, donde se decidió hacer un acto. “Lo imaginábamos como algo público, pero no masivo. Y decidimos que fuera en el Congreso pensando en ocupar la vereda”, contó Vallejos. Se eligió como fecha el 3 de junio porque “no podía ser muy inmediato ni en un mes” y porque era el día que todas las organizadoras podían. “Convocamos a las 17 porque en invierno hace frío y oscurece temprano. Y queríamos enganchar a gente que pasaba al salir del laburo”, explicó la periodista de Página|12.

Finalmente, la comisión organizadora de Ni Una Menos quedó integrada por: Florencia Abbate, Marina Abiuso, María Florencia Alcaraz, Ingrid Beck, Gabriela Cabezón Cámara, Ana Correa, Gabriela Comte, Marta Dillon, Florencia Etcheves, Ximena Espeche, Vanina Escales, Mercedes Funes, Agustina Paz Frontera, Virginia Giannoni, Micaela Libson, María Pía López, Carolina Marcucci, Florencia Minici, Marcela Ojeda, Hinde Pomeraniec, Daniel Riera, Valeria Sampedro y Soledad Vallejos.

Foto: Soledad Vallejos

“Todo surgió de forma muy espontánea una noche que Cabezón Cámara pedía a diseñadores hacer un flyer para la convocatoria”, recordó Carolina Marcucci, quien diseñó el flyer rosa con “Ni Una Menos” en letras blancas y el dibujo de una niña. “Hice ese flyer en varios colores, con todos los de la bandera LGBTTI, pero se viralizó el magenta. En muy poquito tiempo lo habían compartido mil personas en Facebook”, contó la diseñadora que había participado como oyente en el acto de la Biblioteca Nacional en marzo.

Aunque la elección del magenta fue muy criticada, Marcucci explicó que desde el diseño se trabaja a partir de los estereotipos para poder comunicar un mensaje y que, para convocar a la movilización, era necesario que tanto una adolescente como una adulta mayor se sintieran interpeladas. “Circularon los flyers con otros colores, sobre todo el violeta, que es el color del feminismo, pero que por la percepción visual no tiene el impacto que tiene el magenta – sostuvo-. Fue fabuloso poder reposicionar un color. Que el magenta dejara de ser algo propio de las princesas de Disney y pasara a significar lucha”.

Abiuso fue una de las que se ocupó de la difusión del acto y de pedirle a personas conocidas que se sacaran una foto con el cartel de la convocatoria. “Le escribimos a todo el mundo, fuimos por todo”, afirmó. Incluso en Bailando por un Sueño, Florencia de la V mostró el cartel junto a Marcelo Tinelli. “Lo iba a hacer Tinelli, pero Florencia lo hizo antes. A muchas compañeras les resultó chocante y entiendo la incomodidad, pero necesitábamos llegar a un público que no estaba sensibilizado con el tema y ese público no nos estaba yendo a leer ni a escuchar donde ya circulábamos”, señaló Abiuso.

A pesar de las críticas que recibieron personas que no se identifican con el movimiento feminista y que levantaron el cartel que convocaba a la movilización, Abiuso opinó que esa acción implicaba un compromiso. “Ese cartel significa algo. Y nos servía para decir ‘la próxima vez que hagas algo (que vaya en contra), vamos a recordarte que vos levantaste ese cartel’”, sostuvo.

3J de 2015

Para el día del acto, funcionarios públicos habían garantizado el escenario y el sonido, que alcanzaba para 50 mil personas. Los carteles, las credenciales y las pulseras fueron donadas, y las organizadoras consiguieron que se pusiera la frase “Ni Una Menos” en los carteles del subte y que algunos edificios públicos estuvieran iluminados de violeta. “Hubo una producción que tenía que ver con nuestros contactos y experiencia profesional -afirmó Vallejos-. Pedimos dibujos a dibujantes (que el 4 de junio salieron en la contratapa de Clarín y La Nación). Florencia Etcheves puso a disposición su red de contactos y fue la que le pidió el dibujo a Liniers”.

Para ese entonces, sostuvo Vallejos, ya sabían que la convocatoria iba a ocupar más que la vereda de la plaza, pero no se imaginaban cuánto. “Hubo un efecto contagio, nadie se lo quería perder. Escuchaba gente que hablaba de eso en el transporte público y no lo podía creer -dijo a este medio-. La madrugada del 2 y el 3 no durmió nadie. Nos dimos cuenta de que iba a ser algo fuerte, la ansiedad no nos dejaba dormir”.

El 3 al mediodía, Marcucci fue a montar el escenario acompañada de su hijo, que en ese entonces tenía 7 años. “Calculé que íbamos, ayudábamos a montar los banners y listo. Pero no podíamos salir de ahí de la cantidad de gente que había y no tenía ni un pancho para darle a mi hijo, que se la re bancó”, recordó la diseñadora entre risas.

Abiuso detalló que hicieron un “corralito” para familiares de víctimas de femicidios con el objetivo de que se sintieran cuidados. La periodista de TN coordinó lo que sucedía arriba del escenario. “En ese momento, no tomé dimensión de la cantidad de gente que había -contó-. En un momento, Jorge Taddei me pide subir al escenario porque quería ver. Se sube y se pone a llorar. Me hace mirar para atrás y recién ahí veo la masa de gente que estaba del otro lado”. El acto, agregó, tuvo que terminar antes porque la cantidad de gente había desbordado todas las previsiones.

El documento que se elaboró para ese día fue leído por Erica Rivas, Maitena y Juan Minujín. Entre los reclamos, se le exigía al Estado la implementación de la ley de Protección Integral de las Mujeres; la realización y publicación de estadísticas oficiales sobre violencia hacia las mujeres y los índices de femicidios; apertura y funcionamiento pleno de Oficinas de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia en todas las provincias y federalización de la línea 137 (de atención a víctimas de violencia familiar); garantías para la protección y el acceso a la justicia de las víctimas de violencia; el cumplimiento de la ley de Educación Sexual Integral con perspectiva de género y capacitaciones obligatorias al personal estatal sobre violencia machista (que se convirtió en ley en 2018 con la sanción de la Ley Micaela). “El discurso se pasó completo al aire y todo se hizo para que ocurriera de esa manera. Fue clave la diversidad del grupo y el laburo de Flor Etcheves estuvo en la puesta, en cómo hacerlo atractivo, porque sabemos que en la televisión no te pasan las lecturas de los documentos en el noticiero”, detalló Abiuso.

Foto: Soledad Vallejos

CINCO AÑOS DESPUÉS

La comisión organizadora de Ni Una Menos cambió, pero Abiuso, Vallejos y Marcucci no han dejado de ir a las marchas. “Nunca dejé de ir -dijo la diseñadora gráfica-. Creo que va a ser muy fuerte este 3 de junio no ir a la calle porque lo que se instaló a partir de 2015 es que las mujeres tomando la calle tenemos una potencia enorme”.

Para Abiuso es importante pensar en la cantidad de personas que están pasando la cuarentena en situaciones de violencia. “Hubo 55 femicidios en lo que va de la cuarentena. Hubiera deseado una campaña más agresiva desde el Estado”, lamentó. Asimismo, opinó que el aislamiento “puso de manifiesto la diferencia estructural que existe en las tareas de cuidado”.

“Me parece muy interesante lo que pasó en el resto de la región. Se tomó como referencia a la Argentina, que ya había sido pionera con la ley de Matrimonio Igualitario. Se tomaron las fechas, lo que decimos y hasta los colores”, afirmó Abiuso. Antes de la pandemia, en una librería de Madrid, una feminista peruana se acercó a la periodista al reconocer el pañuelo verde por el aborto legal, seguro y gratuito, y se sacaron una foto juntas.

Vallejos destacó que la movilización de 2015 permitió que se ampliara la agenda de los derechos de las mujeres en la opinión pública. “En el camino se sumaron las chicas jóvenes, que muchas de ellas salieron a la calle por primera vez en ese Ni Una Menos. Eso garantiza que va a seguir creciendo (la lucha por los derechos de las mujeres) y eso se vio con aborto -señaló la periodista-. Hoy los actos de la Campaña (por el Derecho al Aborto) están llenos de gente, las pibas reconocen a Nelly Minyersky en la calle o le cantan a Nina Brugo cuando hace años eran de nicho y las conocíamos pocas”.

Vallejos espera que, en un futuro, deje de ser necesario marchar por los derechos de las mujeres. “Que en 10, 20, 30 años alguien lea el petitorio y que no puedan creer que pedíamos esto. Eso sería lo ideal, aunque sé que es pedir demasiado”, afirmó. Hoy existen colectivas en todo el país que llevan el nombre “Ni Una Menos”. “Me gusta ver que está en manos de un montón de gente, que es algo vivo y que ya no depende de nosotras -opinó-. Hicimos algo groso, que estuvo buenísimo, pero ya no es nuestro, es de todas. Ahora, sigan”.

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.