Un decano de Psicología sin formación en salud mental

El decano de la Facultad de Psicología (UBA), Jorge Biglieri, volvió a hacer gala de sus dotes de "polemista" con declaraciones que hacen referencia al cuidado individual y critican el único método de prevención comprobado a nivel mundial: el aislamiento social. Estudiantes, docentes y graduades de psicología le respondieron a un "decano sin formación en salud mental pero con vasta trayectoria dentro de la política liberal de nuestro país".

El domingo pasado nos desayunamos con una entrevista en el diario Clarín al decano de la Facultad de Psicología (UBA), Jorge Biglieri, donde relativizaba y cuestionaba los métodos de cuidados colectivos, en general, y la cuarentena en particular. Quizás el macrismo nos acostumbró a ver empresarios y personas sin formación ocupando cargos públicos, puesto que eso no es diferente dentro de la UBA. Es de público conocimiento que nuestro decano llegó a este cargo por su pertenencia al espacio político de la UCR-Cambiemos. Ahora bien, los dichos de Biglieri se alejaron rotundamente de la ética profesional, para sumergirse y valerse de su propia opinión desde ideas pseudocientíficas con el fin de abonar al «discurso anticuarentena», imponiendo un estado de anestesia que impide establecer hipótesis y anticipaciones: no es la cuarentena, es la pandemia.

Un decano sin formación en salud mental pero con vasta trayectoria dentro de la política liberal de nuestro país, lo que le permitió construir un “Observatorio de Psicología Social y Aplicada” (OPSA) del cual no se conoce el teléfono ni la dirección. Desde allí trata de incidir en los medios de comunicación, valiéndose del prestigio de nuestra Facultad para ir a los medios y fogonear una supuesta catástrofe de la salud mental. En palabras de la docente e investigadora Alejandro Dagfal: “Todas las “investigaciones” (encuestas masivas) del OPSA –que en realidad funciona como una consultora privada dentro de una facultad públicaapuntan a lo mismo: tratan de promover la idea de que atravesamos una verdadera “psicodemia”, psicologizando la pandemia e interpretando las reacciones normales de la población en términos individuales, patológicos y catastrofistas”.

«El aislamiento emocional es el principal riesgo»

Las mismas políticas sanitarias de cuidado que han demostrado ser efectivas para impedir la propagación del Covid-19, y con eso prevenir incontables muertes. La salud es un proceso complejo que se desarrolla en un contexto socio-histórico. La mirada individualista que apunta a que cada une vele por su bienestar descontextualiza problemáticas y sujetxs, lo cual no nos permite elaborar un plan de acción en consonancia con las contingencias. La cuarentena es una medida delicada pero que permite el cuidado para un vasto sector de la población. No olvidemos que las muertes colectivas también dejan marcas psíquicas. En palabras de Julián Ferreyra y Alicia Stolkiner, docentes de la Facultad de Psicología: “El esfuerzo teórico y práctico debe destinarse a innovar y promover factores protectores de la Salud Mental en circunstancias excepcionales, y no en usar el saber/poder especialista para favorecer a los que encubiertamente y por diversos intereses fogonean contra la cuarentena por intereses diversos», señalan ambos académicos. «Para ello, se requiere una revisión conceptual interdisciplinaria, de ajustes meta teóricos. Hasta ahora todo parece indicar que la presencia de medidas colectivas y políticas de Estado de cuidado son factores protectores”.

Tenemos que dejar de naturalizar el individualismo que bien sabemos no nos da garantías de nada. Para eso la única clave está en potenciar valores tales como el lazo social, el trabajo colectivo, la cooperación y la solidaridad. Es fundamental en momentos de aislamiento social tender redes simbólicas que permiten sostenernos y cuidarnos entre todes. Y eso es lo que intentamos hacer día a día bajo la premisa de que otra facultad es posible.

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