«La cría de animales en granjas industriales es perjudicial para la salud y la economía»

Silvia Vázquez es presidenta del Partido Verde y directora de Asuntos Ambientales de la Cancillería Argentina, desde donde se opone a la firma de un posible acuerdo con China para la instalación de granjas industriales de cerdos. "Si seguimos con un modelo extractivista de concentración de la riqueza, no tenemos destino", sentencia.

Cuando menciona la palabra “soberanía”, Silvia Vázquez aclara rápido que no se refiere a “esa idea que me enseñaron en la escuela”. “La soberanía se pelea todos los días en la defensa de los recursos naturales”, afirma la presidenta del Partido Verde y directora de Asuntos Ambientales de la Cancillería Argentina.

La semana pasada, distintos sectores de la población y organizaciones ambientalistas se manifestaron en contra de un potencial acuerdo entre el canciller Felipe Solá y el ministro de Comercio de la República Popular China, Zhong Shan, según el cual se instalarían en Argentina granjas industriales de cerdos para exportar carne porcina al país asiático. En una carta, les ambientalistas aseguraron que estas fábricas pueden favorecer la aparición de nuevas pandemias, además de beneficiar al agronegocio y la concentración de la riqueza.

“El acuerdo todavía no ha pasado por la Dirección de Asuntos Ambientales y no ha pasado porque no hay un acuerdo, hay tratativas – explica Vázquez a El Grito del Sur-. Lo que sé del acuerdo comercial es lo que he leído en medios de comunicación. Al no haber un acuerdo, no conozco los parámetros que tendría. Se habla de 9 millones de toneladas de cerdos, ¿en qué tiempo? ¿Cómo se piensa desarrollar?”.

Sin embargo, la funcionaria señala que es necesario prestarle atención a un acuerdo firmado en 2018 entre China y España para que el país ibérico exporte carne porcina. “Al igual que pasó con la pandemia, que el gobierno argentino pudo mirar a España para hacer prevención, debemos hacer lo mismo con este posible acuerdo. El caso de España es importante considerarlo como un antecedente para mirar cuáles son las fallas y los problemas que tienen los españoles a partir de la instalación (de las granjas industriales)”, aconseja Vázquez.

¿Y a qué puntos de ese acuerdo debería prestarle atención el gobierno argentino?

Cuando España tomó la decisión de avanzar (en el acuerdo con el gobierno chino), creo que consideró el vector económico porque implicó un gran ingreso de divisas. Pero hay denuncias de los sectores ecologistas y las poblaciones circundantes a estas macrogranjas que hablan de la contaminación de los suelos, de la filtración de los nitratos y la puesta en riesgo del consumo de agua potable en zonas como Alicante. Hay un impacto muy fuerte en el ecosistema por los purines, que son los restos que provoca no sólo la cría, sino la faena de estos animales en esas condiciones. Los purines contaminan suelos y subsuelos y eso impacta, a su vez, en la calidad del agua. Como son construcciones intensivas, los suelos no tienen capacidad para absorber semejante impacto. Hay un maltrato animal indudable, pero además hay denuncias sobre la calidad laboral, la vulneración de los derechos de los trabajadores que están expuestos a contraer enfermedades como la gripe H1N1 (conocida como “gripe porcina”). También hay un impacto en la salud pública de las poblaciones que están en zonas próximas a estas megagranjas porque son más vulnerables a contraer enfermedades. Es insuficiente considerar sólo la cantidad de plata que da un acuerdo como ese. Para que sea sostenible, tenés que pensar, además, en la sostenibilidad ambiental y el factor de impacto que puede tener en la salud pública.

¿Qué opina de que el gobierno de China quiera producir carne porcina en otros países por el brote de Peste Porcina Africana (PPA)?

Esta peste fue el detonante para que China sacrificara la mitad de su población porcina (en los últimos dos años). La PPA ya está instalada en Europa del Este y se puede extender a todas las regiones donde se instalen estas megagranjas. La gran mayoría de los cerdos que murieron en China fueron criados en esas granjas. Este modelo, además, no favoreció a pequeños productores, sino que son conglomerados concentrados los que terminan fijando los precios.

¿Cómo vio la respuesta social que se generó a partir de este posible acuerdo comercial?

Hoy, y más en este contexto de pandemia, ha aumentado el nivel de conciencia de la ciudadanía respecto a la relación entre el cuidado del medioambiente, los ecosistemas, los impactos en la salud pública y la relación de las enfermedades zoonóticas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) denunció que ahora el 85 por ciento de las enfermedades son de origen zoonótico, es decir, son resultado de la transferencia de animales a seres humanos. Tiene que haber toda una explicación (del potencial acuerdo con China) porque la ciudadanía demanda conocimiento, demanda información. No ayuda polarizar, hacer de esto un Boca-River. Esto es algo racional, son argumentos contra argumentos. Hay evidencia científica de que la cría de animales en estas condiciones son perjudiciales para la salud y la economía y no puede ser ignorada. Sería deseable que todas las medidas postpandemia que tengan que ver con el modelo productivo no sólo consideren el empobrecimiento de los argentinos, sino también el empobrecimiento de los ecosistemas. Necesitamos hacer una transición a la ecología, tenemos que generar un desarrollo económico que sea sustentable. Hay que salir adelante en la postpandemia, pero no a cualquier precio porque puede ser peor el remedio que la enfermedad. Nosotros haremos los aportes en relación a los antecedentes de lo que hay que mirar que es el vector medioambiental, el cambio climático y el impacto sobre la salud.

¿Se piensa hacer acuerdos bilaterales con perspectiva agroecológica?

Más que acuerdos bilaterales, tenemos acuerdos multilaterales. Creo que en el caso de los multilaterales, primero tenemos a los países de nuestra región para hacer esos compromisos. Tuvimos una conversación con (el gobierno de) Brasil para hablar de la defensa de nuestros recursos naturales, pesqueros y marítimos en el Atlántico Sur. Tenemos que poner todos los recursos, tanto del sector público como privado, y avanzar en acuerdos para la defensa concreta de la biodiversidad. Al menos en mi área estamos trabajando en el impulso de la economía circular, de la agroecología. Esto no estaba antes en la Cancillería y queremos volcarnos a los vectores de la cooperación. Nos interesa que el financiamiento esté dirigido a proyectos que avancen en la sustentabilidad ambiental de la Argentina sin dejar a nadie atrás, con justicia social y generación de empleo en serio. Necesitamos dar una respuesta concreta como humanidad a la destrucción de los ecosistemas que estos modelos económicos de sobreexplotación han generado, que son modelos de hiperconcentración económica. Cada vez gastamos a mayor velocidad nuestros recursos y los de nuestros nietos y cada vez es mayor la concentración de la riqueza. Somos un país que destruyó sus bosques 16 veces más rápido que el resto del mundo. Como dice el Papa Francisco en (la encíclica) “Laudato Si”: son formas de injusticia y esclavitud que perpetúan una situación de colonialismo en la región. Hay que estar muy alertas, es el debate que hay en el mundo actual. Si tenemos destino como humanidad, la cooperación le va a ganar a la competencia y si seguimos con un modelo extractivista de concentración de la riqueza, no tenemos destino.

 

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.