Juventudes sindicales, divino tesoro

Las estructuras sindicales suelen ser discutidas muchas veces por su “falta de recambio generacional”. Desde El Grito del Sur entrevistamos a tres sindicalistas jóvenes de las diferentes centrales de trabajadores del país. Preguntas cortas, respuestas al pie: teletrabajo, salario universal, repartidores de plataformas y el mundo laboral post pandemia. Un diálogo a distancia entre Matías Zalduendo (CTA), Cristian Jerónimo (CGT) y Rodrigo Loza (Corriente Federal).

A principios de esta semana se dio un hecho de unidad inédito en la pandemia: todas las secretarías de juventud de las diferentes centrales sindicales se unieron en un comunicado común para apoyar el proyecto de ley sobre regulación del teletrabajo. Al calor de este debate y movidos por el gesto de unidad, desde El Grito del Sur decidimos reunir a tres referentes gremiales jóvenes para charlar sobre teletrabajo, salario universal, apps y el mundo laboral post pandemia.

“Scalabrini Ortiz decía que todo lo que no se legisla explícita y taxativamente en favor del más débil, queda implícitamente legislado en favor del más fuerte”, arranca Rodrigo Loza, miembro de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Federación Gráfica Bonaerense e integrante de la Juventud de la Corriente Federal de Trabajadores (CFT). «El futuro llegó hace rato, todo un palo ya lo ves», le sigue en clave ricotera Matías Zalduendo, secretario de DD.HH. UTE-CTERA y secretario de Juventud de la CTA. “El futuro del trabajo, que parecía algo lejano, algo que leíamos o algo que empezábamos a ver en el viejo continente, se hizo tiempo presente y la pandemia lo ha acelerado”, agrega.

Cristian Jerónimo (CGT)

Entre el teletrabajo y las apps

El teletrabajo pasó a ser parte de la nueva “normalidad” que se impuso de la noche a la mañana, y con ello, se transformó en el gran debate del sindicalismo argentino, al no contar con una legislación que trate la problemática en su particularidad y que regule la relación, siempre desigual, entre capital y trabajo. El primero en hablar al respecto es Cristian Jerónimo, quien con 36 años ya es secretario general del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y secretario general de la Juventud Sindical de la CGT: “Uno de los principales puntos en el que coincidimos es que los trabajadores contratados bajo la modalidad a distancia gozarán de los mismos derechos y obligaciones que los compañeros bajo la modalidad presencial y que esto no les afectará en su remuneración», explica con respecto al proyecto de ley de teletrabajo recientemente aprobado en Diputados. «El otro punto importante es la reversibilidad de consentimiento, que implica la posibilidad de revocación del teletrabajo en cualquier momento de la relación contractual y la obligación de volver a tareas presenciales”, agrega.

Por su parte, Rodrigo Loza (CFT) sostiene que el proyecto de ley “tiene varios rasgos importantes como el derecho a la desconexión digital y al descanso, la voluntariedad para asumir esta modalidad y la garantía de la representación sindical”. Matías Zalduendo (CTA), por su parte, explica los puntos que le parecen más relevantes: “El primer punto a destacar de la ley es que protege a jóvenes que han ingresado a trabajar en los últimos años. Otro punto importante, desde la perspectiva de género, es el reconocimiento de las tareas de cuidado, que es un derecho invisibilizado que afecta a las compañeras trabajadoras. Por otro lado, da lugar a la representación sindical y también evita el trabajo no registrado”. No es casualidad que en este tema haya coincidencias: el proyecto de ley que regula el trabajo a distancia cuenta con la participación de todas las centrales obreras.

Matías Zalduendo (CTA)

Por otro lado, la pandemia dejó al desnudo los altos niveles de precarización en actividades de servicios declaradas como “esenciales”. El caso de las plataformas de delivery es emblemático. “Sin lugar a dudas podemos afirmar que son las nuevas formas feudales de explotación que tiene el capital en pleno siglo XXI”, declara sin titubeos Rodrigo Loza. Y agrega: “debemos acompañar en la organización que se den las trabajadoras y los trabajadores de estas plataformas, impulsar con ellos una legislación que los resguarde e instituciones que velen por su efectiva aplicación”. Por su parte, Jerónimo sostiene que estamos ante un “trabajo que genera el capitalismo abusivo en contra de toda dignificación de esos compañeros precarizados, sin ningún derecho laboral y ninguna cobertura social”. El dirigente de los trabajadores de la Industria del Vidrio, fiel a la idea de sindicato único por rama de actividad que estructura a la CGT peronista, no escatima palabras a la hora de sentar posición: “El movimiento obrero en su conjunto tendrá que ser muy solidario con estos compañeros para que se los regule en el marco de la Ley de Contrato de Trabajo, se los reconozca y se los encuadre en el Convenio Colectivo de ASIMM, que es el sindicato de mensajería y motoqueros”.

La semana pasada, la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires sancionó una ley a medida de las plataformas y a espalda de los trabajadores. La misma carga con obligaciones a los repartidores y exime de responsabilidades a las compañías. “Ellos sólo ven motos y bicicletas que realizan entregas en un tiempo determinado, por el contrario nosotros vemos jóvenes precarizados que tienen sus derechos violentados y sufren estas condiciones”, enfatiza Zalduendo. “Hoy más que nunca debemos tener una gran solidaridad de clase frente a estos repartidores que están poniéndole el cuerpo a la pandemia y aportar a su organización sindical para que finalmente tengan su propio convenio colectivo”, agrega el docente.

Rodrigo Loza (CFT)

¿Ingreso básico universal o trabajo digno?

Frente a la emergencia del COVID-19, muchos países empezaron a implementar medidas de transferencia directa de ingresos a la población. En nuestro país, la iniciativa de un Ingreso Básico Universal toma fuerza como un sistema de complementación salarial que garantice un piso mínimo de ingresos a toda la población. “En un sistema profundamente desigual que cada vez expulsa a más trabajadoras y trabajadores de sus lugares de trabajo, es una contención interesante para reflexionar”, plantea Loza.

“Nosotros creemos que es un paliativo que le puede servir a las generaciones más jóvenes que en la actualidad les resulta difícil conseguir un trabajo formal. Sabemos que el mercado no da oportunidades. En esta coyuntura creo que es algo que ayuda, pero no nos podemos relajar y pensar que un joven no puede aspirar a una inserción laboral digna y que sea auspiciosa para su crecimiento personal”, afirma Jerónimo. Por su parte, Loza comparte el punto de vista con su compañero de la CGT y sostiene que “como movimiento obrero organizado (…) no podemos dejar de bregar por trabajo genuino con condiciones dignas”. Por otra parte, Zalduendo aporta al debate desde una óptica diferente, cercana a la historia de la CTA: “Es fundamental para la juventud trabajadora de nuestro país. En principio porque va a ser una herramienta para desmontar la desigualdad salarial frente a la crisis sanitaria, social y económica que estamos atravesando producto de la pandemia. Y suma que “entrar al mercado laboral va a ser cada vez más difícil, por eso es más que importante que exista este ingreso universal para establecer un piso de dignidad frente a un sistema tan injusto”.

El mundo del trabajo post pandemia

“El mundo post pandemia va a ser totalmente diferente en sus formas de trabajo”, sentencia Cristian Jerónimo. El 2020 ha cambiado la perspectiva de varias generaciones que hasta el momento no habían sido parte de un fenómeno a nivel mundial como la actual crisis sanitaria, social y económica. El secretario de Juventud de la CGT pone de relieve la importancia de la intervención estatal en la búsqueda de una salida colectiva que involucre a los diversos actores sociales: “Nuestro Estado tiene un gran desafío: generar una mesa de diálogo y lograr los consensos necesarios para que nuestra economía vuelva a crecer y a fortalecerse”, sostiene.

Por su parte, Matías Zalduendo aporta una visión global del problema: “El capital tiene un nuevo mandamiento que es que no existan las relaciones (laborales) de dependencia y frente a eso quiere empresas con menos obligaciones y trabajadores con menos derechos”. El joven dirigente de la CTA pone en entredicho las máximas liberales que se pusieron de moda durante los últimos años y que pronostican un capitalismo de new age como “sé tu propio jefe o trabajá desde tu casa”. “Consignas que se repiten con bombos y platillos pero que esconden, en realidad, la pérdida de derechos laborales”, afirma.

Rodrigo Loza enfatiza en los sujetos que para él debieran ser el motor del cambio: «de las organizaciones libres del pueblo dependerá que la salida a esta crisis sea diferente, con mayores grados de solidaridad, recuperando la comunidad organizada que supimos tener y que tienda a mayores grados de justicia social”. Cristian Jerónimo hace un aporte más pragmático e inmediato: “Todos tendremos la enorme responsabilidad de acompañar a nuestro Gobierno y aportar desde el lugar que nos toque a cada uno”.

“La juventud sindical cumple un rol importante en construir la unidad entre todas las centrales y seguir aportando a la organización de los jóvenes que ingresan al mercado laboral”, dice Matías Zalduendo. Y en la misma sintonía Loza aporta: “Juventud que no solo procura las condiciones de trabajo y el salario de nuestras compañeras y compañeros, sino que más bien está comprometida con un proyecto de país donde las grandes mayorías puedan realizarse”. Zalduendo es aún más directo: “Entendemos nuestro rol político de defender  derechos y también defender al gobierno de Alberto y de Cristina”.

Hay algo en lo que coinciden los tres jóvenes dirigentes, la necesidad de avanzar hacia la unidad del movimiento sindical argentino. “Nosotros no nos podemos permitir cometer los errores del pasado, de generar desencuentros que no ayudan a nadie y menos a los trabajadores. Debemos pregonar con el ejemplo de unidad y demostrar que esa unidad genera las bases necesarias para que los compañeros encuentren en la organización sindical un espacio virtuoso de contención, en el cual se pueden venir a formar y a preparar como cuadros sindicales”, concluye Cristian Jerónimo. Esa unidad que en tantos momentos históricos se proclamó desde diferentes voces y corrientes cobra vital importancia para estos jóvenes.

 

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