Las muchachas peronistas

A 71 años de la fundación del Partido Peronista Femenino, El Grito del Sur habló con Carolina Barry, investigadora del Conicet y autora del libro “Evita Capitana, el Partido Peronista Femenino 1949-1955”. "Hay que prestarle atención a las mujeres en el peronismo porque ya surgieron dos presidentas así", dice sobre la experiencia del PPF.

Hace 71 años, se generaba en nuestro país un fenómeno único para la historia política argentina: la fundación del Partido Peronista Femenino. Conformado en el marco de la primera Asamblea Organizativa del Partido Peronista y con Eva Duarte a la cabeza, el partido surgió para contener a las mujeres que se incorporaban a la política luego de la sanción del voto femenino en 1947, que se hizo efectivo en las elecciones de 1951. Con una estructura y células propias, el PPF tenía garantizado el 33% de los cargos que obtenía el peronismo, cuya representación estaba dividida en tres ramas: la sindical, la femenina y el partido peronista masculino. Este sistema permitió que hubiera una presencia femenina en la política que no se recuperaría hasta mucho tiempo después. Fue tal la importancia del espacio que se llegaron a construir alrededor de 4 mil Unidades Básicas Femeninas en todo el país, que tuvieron una implicancia fundamental en la reelección de Juan Domingo Perón. Aunque el PPF se disolvió con el golpe militar de 1955, dejó marcada una impronta en la política argentina.

En un nuevo aniversario de la creación del partido, El Grito del Sur habló con Carolina Barry, investigadora del Conicet, directora del Programa de Estudios de Historia del Peronismo (UNTREF) y autora del libro “Evita Capitana, el Partido Peronista Femenino 1949-1955” entre otros libros sobre el tema.

¿Cómo se dan las condiciones históricas para que surja el Partido Peronista Femenino?

Hay varios factores que forman parte del proceso para que se dé este fenómeno de avanzada. Por un lado, la situación en el Partido Peronista era bastante inestable en cuanto a los liderazgos y organización. Por otro, había una clara intención de que las mujeres ocuparan un espacio político propio luego de la ley de voto femenino, sumado al crecimiento exponencial del liderazgo de Eva Perón. Entonces los centros cívicos preexistentes que formaban parte de las diferentes ramas del partido se nuclearon bajo en PPF.

Carolina Barry

¿Hubo reticencias dentro del peronismo?

Hubo una resistencia propia de la época en general, más allá de que la ley de voto femenino salió sin mayores inconvenientes. Creo que la mayor renuencia no era a que las mujeres formaran parte del partido, de una unidad básica o que hicieran acción política, sino que ocuparan listas en las elecciones. Ahí el peronismo se lleva los laureles en el nivel de inclusión femenina, lo que implicó una cosa absolutamente novedosa a lo que estaba sucediendo en otros países. En otros países, luego de aprobarse el voto femenino, si ingresaba alguna mujer al Parlamento era la sufragista más reconocida en ese proceso. Acá la persona que llevó a cabo en la última instancia el proceso de sanción de la ley es Eva Perón que no formó parte de ninguna lista. Si se suman las mujeres que hubieron en la primera elección entre diputadas, senadoras, delegadas de territorios nacionales y legisladoras provinciales, se llegó a tener 133 mujeres en los niveles parlamentarios y en algunas provincias la representación femenina era del 100 por ciento. Considerando que la Ley de Paridad se votó en 2017, es un porcentaje muy alto porque esto fue 70 años antes sin ley y todo por decisión política. Hay que tener en cuenta que la representación en el Partido Peronista estaba dividida en tres cargos: presidencia, vicepresidencia primera y vicepresidencia segunda, repartida en las tres ramas: masculina,  femenina y  sindical, pero en el área sindical nunca hubo mujeres, en ninguna instancia.

¿El voto femenino allanó el camino a la creación del PPF?

El partido es una consecuencia del voto, surge para darle un marco político al 50 por ciento del padrón electoral que se incluía y no se sabía cuál iba a ser su comportamiento. Previo a esto también era necesario generar los mecanismos para que las mujeres pudieran votar: los primeros documentos de identidad surgen en esa época con el Registro Nacional de las Personas, hay muchas instituciones que derivan del voto y una salida política, que es el partido. Es interesante porque a partir de ese momento más mujeres que varones votan al peronismo. Otra cosa importante es que las mujeres no solo ocupaban las bancas en parlamentos provinciales ni nacionales, sino que comenzaron a formar parte de los cuerpos directivos del parlamento, por lo cual se da el primer caso del mundo en que una mujer es Vicepresidenta Segunda de la Cámara de Diputados y de Senadores. Además, en San Luis, ante la ausencia del gobernador por unos días, hubo por primera vez una mujer gobernadora argentina en 1954. Esto fue importantísimo si lo comparas con la elección siguiente de 1958, donde solo ingresaron en el parlamento un 0,2% de mujeres.

Al crearse el partido, se realizó un censo nacional de mujeres peronistas. ¿Qué fin tenía?

El censo en realidad era una forma de afiliación, lo que pasa es que no se lo llamaba así porque el partido tenía mucho cuidado en cómo las mujeres ingresaban a la política. Afiliación era una palabra que resonaba. Todavía era muy difícil para una mujer hacer política, entonces se usaba un vocablo alternativo, más suave. Censar significaba saber cuántas mujeres peronistas había en el país, calcular de cuánta gente se estaba hablando.

¿Qué rol tuvo Perón en la participación política de las mujeres?

El rol de Perón fue fundamental. Es muy probable que en la cabeza de Perón ya estuviera todo esto y tuvo en Eva la dirigente más lúcida, adecuada e inteligente para llevar adelante un proyecto de este tipo. Eva le dio una dimensión que lo supera a él mismo, pero todas las decisiones contaban con el respaldo de Perón porque era el jefe supremo del movimiento y en cualquier momento podía bajar el pulgar, pero no lo hizo.

¿Cómo repercute la figura de Eva en la política actual?

Ella es la organizadora de una forma política totalmente novedosa como fue el Partido Peronista Femenino tanto en el tipo de actividades a las que se dedicaban, los niveles de movilización, de organización y después de inclusión. Tiene mucha influencia en el peronismo en ese período como en los posteriores. Eva deja una huella, una cultura de participación política que no se había dado en otras fuerzas, ya sea porque no tenían votos o no tenían los espacios suficientes para integrarlos, como en el radicalismo.

Claro, hasta el día de hoy la figura de Eva es controversial y se discute si era feminista o no…

Yo no lo puedo saber, me cuesta mucho hacer historia contrafáctica y no quiero arrogarme pensar la decisión que hubiera tomado Eva. De cualquier manera, en el apogeo de su liderazgo, lo más revolucionario y la agenda del feminismo era el derecho al voto y ella se catapulta con esto. Claro que tenés toda una lucha previa de las feministas sufragistas, pero ella fue la que tomó la ley en sus manos y hay una serie de eventos que la ponen en un lugar de preponderancia.

¿Qué herencia deja el PPF en el movimiento peronista?

Lo que queda como herencia es el tema del matrimonio en el gobierno y el rol de las Primeras Damas en la política. Lo construye Eva desde su puesto de primera dama porque ella no ocupa roles formales en el gobierno. Al mismo tiempo, ese mismo tipo de armados de matrimonios en política se daban en otras instancias, tanto en gobernaciones como ministerios. Esto se replicó muchísimas veces y hasta en el último ejemplo, que es el de Néstor y Cristina. Ahora mismo, en la actividad que intenta hacer Fabiola Yáñez también hay una intención de involucramiento político. Hay que prestarle atención a las mujeres en el peronismo porque ya surgieron dos presidentas así.

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Dalia Cybel

Historiadora del arte y periodista feminista. Fanática de los libros y la siesta. En Instagram es @orquidiarios