Gatillo fácil en Bajo Flores: denuncian a Patricia Bullrich por apología del delito

La ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue denunciada penalmente por Andrea Beatriz Scalenghe, la madre de Facundo Scalzo, el joven de 20 años asesinado por la Gendarmería el pasado 18 de junio en el Bajo Flores. "Es falso lo que dice la ex ministra que comprobaron que Facundo disparó siete tiros, pero parece importarle poco la verdad, y lo único que pretende es infundir miedo en la población”, sostiene la denuncia presentada por la madre del joven.

Patricia Bullrich, actual presidenta del PRO y ex ministra de Seguridad, fue denunciada penalmente por Andrea Beatriz Scalenghe, la madre de Facundo Scalzo, el joven de 20 años asesinado por la Gendarmería el pasado 18 de junio. El motivo de la denuncia, que implica intimidación pública y apología del crimen, fue el comunicado que publicó la ex ministra en sus redes titulado: “Acaban de tirar al primer gendarme por la ventana”.

En la publicación, difundida el 28 de junio en sus redes sociales, Bullrich argumenta que Diego Rocha -el gendarme que aún continúa detenido por el asesinato de Facundo- “disparó contra delincuentes violentos” y se ocupó de cuestionar a Sabina Frederic, actual ministra de Seguridad, y a Horacio Pietragalla, secretario de Derechos Humanos. “No hay elementos en la causa para hablar de gatillo fácil, pero quienes viven de proteger a delincuentes sostienen que sí, que fue un homicidio en el que un pobre chico de 20 años terminó siendo víctima de un sistema perverso”, dice el comunicado emitido por la presidenta del principal partido opositor.

En la denuncia, la madre de Facundo sostiene que “lo expuesto por Bullrich se contradice con los hechos hasta ahora comprobados” y que, por ejemplo, en el fallo de la jueza Alejandra Alliaud, del Juzgado Criminal y Correccional 55 que lleva adelante la causa, se determinó que no se encuentra probado que Scalzo haya disparado siquiera una vez. “Incluso las pericias balísticas—a las que la Dra. Bullrich para haber tenido acceso antes que la magistrada—determinan que no había restos de pólvora en las manos de Scalzo, ni ningún otro elemento contundente que demuestre que hubiera disparado un solo tiro. Es falso lo que dice la ex ministra que las pericias hayan comprobado que Facundo disparó siete tiros, pero parece importarle poco la verdad, y lo único que pretende es infundir miedo en la población”, explica la denuncia, llevada adelante por Nicolás Rechanik, el abogado defensor, y por Andrea, que es querellante en la causa.

Facundo Scalzo (20) fue asesinado por Gendarmería en el Bajo Flores

“La enemistad manifiesta de este personaje con la verdad es tal, que ni siquiera es cierto que la abogada de quien suscribe sea la Dra. Gabriela Carpineti -lo cual no tendría nada de malo- sino que mi abogada patrocinante en dichas actuaciones es la Dra. Romina Vanesa Avila”, explica la madre de Facundo en otro pasaje de la denuncia, y sostiene que lo que busca Bullrich con esta denuncia es, además de exculpar al gendarme Rocha, generar una rebelión en ciertos sectores de la población. “En el comunicado, la presidenta del PRO alienta las manifestaciones de los vecinos en el barrio pidiendo que no se vaya la Gendarmería. Pero nadie ordenó sacarlos”, explica Rechanik, abogado defensor en esta causa. Por este motivo, en la denuncia de 9 páginas se solicitan las cámaras de seguridad de la esquina Perito Moreno y Cruz, donde Bullrich dice que los vecinos entendieron el caso “de la misma manera” que ella y se juntan de forma periódica para exigir la liberación de Rocha. “Lo hacen con mucha decisión y valentía porque saben que pueden tener represalias, pero valoran el trabajo de los uniformados”, sostuvo la ex ministra.

El 4 de diciembre de 2019, Bullrich comenzaba a transitar su última semana como ministra de Seguridad. A modo de homenaje, la Gendarmería la invitó a un acto para hacer un balance de la gestión y entregarle un sable a modo de regalo y agradecimiento “desde el fondo del alma”. Si es que los gendarmes tienen alma, claro. La funda del arma tenía grabada la misma frase que ella había pronunciado en la declaración que tuvo que dar en el Senado ante la comisión de delitos, el 16 de agosto de 2017, a los quince días de la desaparición forzada seguida de muerte de Santiago Maldonado: “No voy a querer cometer la injusticia de querer tirar a un gendarme por la ventana”.

En el “Ensayo sobre el don”, el sociólogo y antropólogo Marcel Mauss dice que el regalo es un gesto que, en primera instancia, parece de carácter voluntario y gratuito, pero que en el fondo encierra una serie de responsabilidades. Por la relación de reciprocidad establecida, la persona que recibió el objeto queda obligada a devolverlo con un presente cuyo valor sea igual o mayor al primero. El regalo que recibió Patricia Bullrich es una suerte de agradecimiento por la garantía de impunidad con la que se manejaron las fuerzas de seguridad durante el gobierno de Mauricio Macri y, a su vez, simboliza la obligación de un compromiso a futuro. El comunicado emitido es un reflejo más de eso: el establecimiento de una relación recíproca en pos de la violación de los derechos humanos, y, en particular, de las clases populares.

El 18 de junio de este año, Facundo, de 20 años y padre de una nena de 2, era asesinado en Bajo Flores por la Gendarmería. El gendarme Rocha le disparó por la espalda mientras “buscaba” al responsable de un supuesto robo. Todxs lxs vecinxs que estuvieron allí afirmaron que Facundo no había robado y tampoco se encontraba armado. Facundo fue un pibe más que, cuando vio a las fuerzas de seguridad entrando en su barrio, corrió a esconderse. En la escena había aparecido un arma que, según el relato de los gendarmes, pertenecía al joven. Pero Alliaud, la jueza a cargo de la causa, lo desmintió. A pesar de que en su comunicado Bullrich asevera lo contrario, todas las pruebas y testigos coinciden: Facundo no estaba robando, no estaba armado, nunca disparó siete tiros, y le dispararon por la espalda.

La Gendarmería mató por la espalda a un pibe de 20 años en el Bajo Flores

El gatillo fácil -entre otras formas de violencia institucional- tiene la particularidad de ser inherente a la democracia y, a la vez, es una de las problemáticas más complejas. Según las cifras de la CORREPI, desde 1983 han sido asesinadas más de 8000 personas -la mayoría de ellas provenientes de barrios populares- en manos de las fuerzas de seguridad. La mayoría de los gobiernos se han limitado a invisibilizar o evadir la temática. En este punto, el macrismo tomó una postura innovadora: durante cuatro años, lxs dirigentes de Cambiemos no sólo se ocuparon de negar cualquier responsabilidad, sino también de declararle la guerra a los principios morales que formaban parte del sentido común. A través de múltiples discursos y expresiones, Bullrich le hizo saber a sus oyentes que, en realidad, la militancia por los derechos humanos no era la lucha por la memoria, la verdad y la justicia, sino la defensa insensata de los delincuentes; o que un joven asesinado por la policía en el contexto de una represión feroz no era otra cosa que un artesano hippie que se había metido donde no le correspondía; o que el robo de un celular podía ser motivo suficiente para asesinar a un pibe por la espalda por el solo hecho de pertenecer a una clase vulnerada y estigmatizada. Bullrich sabe que ella ya no ocupa el cargo, pero aún así, es consciente de que su audiencia es amplia y los mecanismos para resguardar a las fuerzas de seguridad son lo suficientemente fuertes como para que sus dichos lleguen casi sin repudio a donde tienen que llegar. En ese sentido, la denuncia presentada por la madre de Facundo es una voz que se alza contra la impunidad.

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