“Los trabajadores queremos participar en el diseño de políticas públicas sobre telecomunicaciones”

Luego del DNU que declarara como servicios públicos a las telecomunicaciones, los trabajadores y las trabajadoras del sector se manifestaron a favor de la medida. El Grito del Sur dialogó con Claudio Marín, secretario adjunto de FOETRA y dirigente de la CTA, para profundizar en el tema.

El DNU que declara a Internet, la telefonía y la TV paga como «servicios públicos en competencia» ya tuvo dictamen favorable en el Congreso y varios sondeos de opinión aseguran que es aprobado por más del 70% de la población. Este apoyo también fue manifestado por los diferentes gremios del sector, quienes aseguran que -en el marco de la pandemia de COVID-19- Internet se ha valorizado como nunca antes porque “la salud, la educación, el trabajo y el entretenimiento se han podido desarrollar en esta nueva y dolorosa realidad gracias a las redes de telecomunicaciones”.

Frente a las amenazas de desinversión y recortes en salarios que emitieron las grandes empresas, Claudio Marín, secretario adjunto de la Federación de Obreros y Empleados Telefónicos de la República Argentina (FOETRA) y secretario gremial de la CTA, manifiesta su descrédito: “Son solo argumentos en una mesa de negociación. No hay ninguna realidad objetiva que indique que esto tenga que modificar los salarios”, asegura.

Los gremios de las telecomunicaciones vienen planteando desde hace tiempo la importancia de la inclusión digital pero, hasta hace poco, éste no era un tema de agenda. ¿Creés que la pandemia dejó en evidencia la importancia del servicio e inclinó la balanza para que las TICs sean declaradas como servicio público?

Sí, la verdad que es un salto cualitativo. Vos tenías una cantidad de gente trabajando a domicilio que evidenció esto, aunque no es nuevo. Nosotros hace 10 años ya habíamos acordado con una de las compañías ese tipo de modalidad: en 2009 firmamos un acuerdo con Telecom. Pero la pandemia pegó un salto cualitativo en lo que respecta a este tema y develó la importancia que tiene en la fuerza de trabajo, en el desarrollo nacional y la necesidad de una conectividad que esté bajo algún tipo de regulación.

A pesar de ser un sector que ha tenido grandes ganancias, muchas empresas están amenazando con desinvertir ante este decreto. ¿Qué políticas creés que se debe tener con estas empresas? ¿Hay que avanzar en dispositivos de mayor control estatal?

Si se es consecuente con la definición de servicio público, cada empresa va a tener que presentar un plan anual, donde muestre la inversión, el consumo, la ganancia, el servicio y, a partir de ahí, regular tarifas que, por supuesto, tienen que permitirle subsistir y hacer una inversión determinada. Pero, una vez presentado el plan, hay que cumplirlo. Así se hacía con la telefonía fija, que tenía determinadas metas a alcanzar: en cantidad de telefonía pública, en cantidad de tiempo de reparación, en cantidad de tiempo de instalación, en zonas que no tenían servicio y debían tenerlo. Así que sí, estas empresas estarán dentro de un marco regulatorio, propio de un servicio público y no de un bien meramente comercial.

¿Qué rol deberían tener los sindicatos de las telecomunicaciones en este nuevo escenario?

No necesariamente en el control. Sí estamos pidiendo que podamos definir políticas públicas en las telecomunicaciones, porque somos parte interesada. Pero la idea nuestra no es reemplazar a ningún ente de control del Estado. Nuestra idea es participar en el diseño de políticas de carácter público, porque entendemos que tenemos para aportar, y porque somos directamente afectados en la calidad y cantidad de los puestos de trabajo.

¿Es posible pensar una nueva ley para democratizar el acceso a las comunicaciones?

Ya estamos pensando en una nueva ley. Los gremios estamos viendo primero una ley que integre y sirva para achicar la divisoria social que existe en lo que es la transmisión de imagen, la transmisión de datos y la telecomunicación en sí misma. Tiene que haber una integración en una ley porque hoy tenemos un recorte de partes de viejas leyes, que a veces resultan contradictorias unas con otras. Y debemos tratar de generar más prolijidad, construir un instrumento unívoco que regule todo el sector, no solamente una parte.

En relación a las paritarias de los empleados de las telecomunicaciones, ¿creés que la desinversión que pronostican las empresas puede implicar una reducción salarial?

Una reducción no, porque tenés una intangibilidad del salario que está fijada por ley. El salario no se puede reducir y no habría motivos para hacerlo. Primero, porque las tarifas o precios de las mercancías son una cosa y el salario forma parte de ese costo, que termina siendo un precio. Pero es una parte. Si yo aumento un 10% la tarifa, no necesariamente aumento un 10% el salario, porque la parte constitutiva del salario en la tarifa es solo una fracción. El precio de una mercancía tiene contenido el salario, pero no es todo salario, sino estaríamos en el socialismo no en el capitalismo, hay una diferencia. Y esa diferencia es la inversión, son los dividendos para los accionistas, es la amortización de bienes de uso, todo lo que compone un balance. Así que no, el salario de ninguna manera va a ser variable de ajuste porque ahora resulta que el precio final va a tener una determinada fijación por parte del Estado. Por otra parte, siempre lo tuvo. No hay que olvidarse que las tarifas de la telefonía fija estuvieron 11 años sin tocarse y esa regulación la impuso el Estado. Así que de ninguna manera el salario se va a ver ajustado. Ahora, otra cosa es que algunas partes interesadas argumenten cuestiones por el estilo, pero son solo argumentos en una mesa de negociación. No hay ninguna realidad objetiva que esto tenga que modificar los salarios. De hecho, tenemos puestos de trabajo altamente calificados y esos puestos tienen una antigüedad y una experiencia, y hay que pagarlos.

Sentarse a negociar con un monstruo como Telecom-Cablevisión debe ser difícil. ¿La coordinación de los gremios del sector está logrando sostener esta difícil tarea o es necesario avanzar en una mayor unidad con los diferentes sindicatos?

Nosotros estamos trabajando en pos de una Confederación de las Telecomunicaciones, un organismo de tercer grado, que es necesario e imperioso. Pero siempre las empresas con las que negociamos han sido grandes, fueron monstruos, como Telecom Italia-Francia, o Telefónica. Estamos acostumbrados a eso. Pero es cierto que hay una diversificación dentro del sector que no había años atrás: aparecen otros jugadores. Así que entendemos que la Confederación de las Telecomunicaciones es un objetivo estratégico. En esa sintonía, en la negociación paritaria actual, hemos formado una Mesa de Unidad Sindical, que permite coordinar casi todos los gremios.

 

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Nahuel March Rios

Delegado Gral. de la CGI Banco Credicoop. Siempre cerca de ser Sociólogo. Cuervo de alma por herencia y decisión (siempre Club Social, nunca S.A.). Militante por la patria liberada. Autopercibido periodista, win derecho y asador de achuras.