«Fuimos los primeros en cerrar y los últimos que vamos a poder abrir»

El frente multisectorial que engloba 60 organizaciones de la cultura expresó su preocupación por la falta de políticas públicas para contener la difícil situación que atraviesa el sector. También exige la implementación de una renta cultural extraordinaria hasta que se pueda volver a trabajar.

En la Ciudad de Buenos Aires, el 11% del PBI deriva del aporte de instituciones culturales: existen en la actualidad 700 salas de teatro, música, galerías, milongas, centros culturales, 200 editoriales independientes y miles de artistas callejeros, de circo, de la danza, la música, el teatro y las artes visuales que representan directa o indirectamente alrededor de 100.000 puestos de trabajo. Sin embargo, desde la llegada de la pandemia el Gobierno porteño no ha lanzado ninguna política que proteja al sector. Frente a la falta de respuestas del Ministerio de Cultura porteño, 60 organizaciones unidas en un frente multisectorial exigen que se declare la Emergencia Cultural.

A través de un comunicado subrayaron la necesidad de implementar una renta cultural extraordinaria hasta que se pueda volver a trabajar, la aprobación por parte de la Legislatura porteña de los proyectos de ayuda económica a trabajadores y trabajadoras del sector cultural, espacios culturales, librerías y editoriales independientes. También solicitaron la creación de una mesa de trabajo con el Ministerio de Cultura de la Ciudad para participar en la conformación y distribución del Presupuesto 2021.

“Sin medidas extraordinarias, los espacios vamos a tener que cerrar definitivamente. La situación de les trabajadores es desesperante, fuimos los primeros en cerrar y somos los últimos que vamos a poder abrir y cuando lo hagamos será con los aforos disminuidos drásticamente”, explicó a El Grito del Sur Lisa Kerner, directora de Casa Brandon. Además la joven recalca que no solo se trata de les artistes sino de les técniques, vestuaristas, maquilladores, videastas y todo el entramado que se teje por detrás de la escena cultural. “El Ministro de Cultura dice que se reúne con el sector y es verdad hasta cierto punto, pero ¿de qué sirve reunirse a conversar si luego esos acuerdos no se ven reflejados en acciones? El último pedido de reunión realizado por MECA (Movimiento de Espacios Culturales y Artísticos) tuvo respuesta negativa. Sólo tuvimos una reunión con él durante toda la pandemia y somos la única organización que agrupa a los centros culturales de la Ciudad”, sostuvo Kerner. Las organizaciones y colectivos de artistas que conforman el frente impulsaron ayer un twittazo bajo el hashtag #EmergenciaCulturalBA.

La cultura es una actividad fundamental para todas las ciudades y sus habitantes, pero sin duda Buenos Aires es una de las metrópolis con más movimiento en este sentido. Además, los diferentes espacios independientes forman redes de solidaridad e incluso realizan eventos en conjunto. Sin embargo, la parálisis en la actividad significa un peligro real para su subsistencia, las transferencias de fondos que está realizando el Gobierno poretño siguen siendo las mismas que todos los años sin contemplar la situación extraordinaria ni la inflación interanual del 50%.

A esto se suman los retrasos en la erogación del Fondo Metropolitano o los fondos de Mecenazgo 2019, que en muchos casos siguen detenidos en el Ministerio de Hacienda. En este contexto, la situación se vuelve desesperante y urge la necesidad de políticas públicas. En las propias palabras de la UNESCO: “En un conflicto armado o en una situación de desastre, la cultura se encuentra especialmente en peligro, debido a su vulnerabilidad inherente y a su enorme valor simbólico. Al mismo tiempo, la cultura es un factor que impulsa la recuperación, fortaleciendo la resiliencia de la comunidad”.

“Lejana y compleja”, dice Lisa cuando se le pregunta por cómo se imagina la vuelta a la normalidad. “Por el momento, el único recurso con el que contamos es el streaming, que sirve en términos comunicacionales, para estar cerca de nuestras audiencias y hemos encontrado que es muy útil para llegar a nuevos públicos, para que les artistas continúen su práctica y así también todo lo que es equipo técnico. Pero en términos económicos, lejos está de ser un recurso que genere un respiro. La mayoría de los espacios todavía no estamos preparados para brindar shows de calidad y la adecuación significa entrar en gastos. Quedan por fuera de esta oferta les artistas callejeres y otres que no tienen un espacio que pueda garantizarles algún tipo de continuidad”.

En el comunicado al que ya adhirieron más de dos mil personas, entre ellas Cecilia Roth, Luisa Kuliok y Cristina Banegas, las organizaciones piden difusión y manifiestan de manera contundente: “exigimos que quienes tienen la responsabilidad de gestionar el bien público se pongan a la altura de la historia y de los hechos”.

 

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