Zulma Lobato y la representación del colectivo trans en los medios

Tras varios años de ser víctima del transodio mediático, Zulma Lobato volvió a ocupar los noticieros de la televisión pero esta vez por los golpes sufridos en un asalto. La exclusión, el desempleo, el disciplinamiento mediático y la violencia física y simbólica sobre la comunidad travesti trans.

En diciembre de 2009, Zulma Lobato asistió al programa de Anabela Ascar en Crónica y denunció que la policía la había golpeado y detenido por negarse a pagar coimas para ejercer el trabajo sexual: “A las otras chicas les pasa lo mismo que a mí, pero no van a los canales porque la policía les dice que si llegan a denunciar son boleta. Si sos travesti y te pasa algo, terminás como un N/N porque la justicia no investiga”. Aquel día, su imagen se volvió famosa por otros motivos -ante la insistencia de la conductora, cantó “Resistiré” a capela- pero, además, se trató de una de las primeras veces en las que una persona se animó a hablar frente a las cámaras sobre la violencia institucional sufrida por el colectivo travesti trans.

La última semana de julio, Lobato volvió a aparecer en los portales de noticias: esta vez, dos hombres la interceptaron mientras iba al supermercado y comenzaron a golpearla mientras le gritaban que entregara los dólares porque “sabían quién era”. Recién a los veinte minutos, unxs vecinxs se acercaron a ayudarla y llamaron a la policía. Los agresores escaparon pero Zulma quedó internada. Pocas horas después, Mariposas Libres, una organización dedicada a combatir la violencia de género, inició una colecta solidaria para ayudarla. No es la primera vez que le ocurre algo así: en marzo de este mismo año, le robaron el celular, el DNI y las tarjetas de crédito. Luego, al tomarse el tren a Retiro para hacer la denuncia en la compañía telefónica, la policía la detuvo por circular sin permiso.

Actualmente, Zulma continúa en estado de reposo y le cuesta moverse producto de las secuelas del robo. A los 63 años, su estado de salud refleja las condiciones de vida afrontadas por las mujeres travestis y trans de su generación -es VIH positivo, y en 2019 tuvieron que extirparle un riñón poliquístico-. Al teléfono, Zulma mantiene un tono tranquilo y se toma su tiempo para contestar: “El problema es que yo estoy prohibida en los medios. Mirtha (Legrand) y Susana (Giménez) sólo invitan gente rica a sus programas y, para mí, esos lugares quedaron vedados”. En la semana se levanta a las 9 y saca a pasear a su perra, Estrella. Durante el día se dedica a limpiar su casa y por lo general cocina. Prefiere la comida sana y evitar los alimentos envasados. “La carne y el pescado están tan caros que pensé en hacerme vegetariana, pero hay que tomar determinados suplementos, y muy poca gente tiene los recursos para pagar esa dieta”, cuenta.

En una nota con Infobae, Lobato contó que necesitaba un trabajo urgente, y que su único ingreso consiste en una pensión mensual de 16.000 pesos. En varias ocasiones la llamaron para actuar en eventos privados, pero, al llegar al lugar, se encontró con que el domicilio era falso. Su relato pone en evidencia la gran dificultad que atraviesa la comunidad travesti y trans al ser excluidxs por completo, producto del estigma que pesa sobre ellxs.

En Capitalismo Gore, Sayak Valencia, doctora en filosofía, teoría y crítica feminista, dice que el sistema capitalista es la evidencia de la quiebra de la estructura de trabajo, del devenir gore del modelo económico, y de la forma visible y aceptada en la que se articulan la opresión machista, el expolio, la muerte y la violencia contra lxs excluidxs. Según un estudio realizado por el Programa de Género y Diversidad Sexual, de conjunto con la Fundación Divino Tesoro y el Bachillerato Popular Trans Mocha Celis, sólo el 9% de la población travesti y trans está inserta en el mercado de trabajo formal y la mayoría nunca accedió a una entrevista laboral. Un gran porcentaje de ellxs (el 80%) se dedica al trabajo sexual. La ley de cupo laboral travesti trans en la Provincia de Buenos Aires fue impulsada por la activista Diana Sacayán, y establece que el sector público de la Provincia de Buenos Aires debe ocupar, en una proporción no inferior al 1% de la totalidad de su personal, a personas travestis, transexuales y transgénero. Si bien la Ley fue votada en septiembre de 2015 y reglamentada en diciembre del 2019, rara vez se implementa.

“Luego de que fui al programa de Anabela Ascar, los productores de Crónica TV pidieron que me quedara porque el rating había sido altísimo”, comenta Zulma. A partir de aquel momento, empezó a aparecer dos veces por semana en el canal y a actuar en numerosos teatros: “Era la persona más feliz del mundo. Yo siento que nací para dedicarme a los escenarios. Me pagaban por hacer lo que amaba”. Al contrario de lo que suele leerse, su llegada al canal estuvo lejos de ser una primera vez frente a las cámaras. A los 17, uno de sus primeros trabajos fue como extra en varias óperas del Teatro Colón. Luego, en la década del 80’, apareció en más de cuarenta películas e incluso llegó a trabajar con grandes directores como Leonardo Favio y Carlos Galettini.

A comienzos de 2017, la Corte Suprema de Justicia dejó firme un fallo en el que obligaba a la productora de “70 20 10”, programa conducido por Chiche Gelblung, a pagar una indemnización a Zulma por el daño moral que le causaron. A mediados de 2010, el programa transmitió un informe titulado “La vida secreta de Zulma Lobato”, en el que la actriz había sido filmada sin consentimiento mientras transitaba por su barrio. La supuesta “investigación” se proponía “develar los misterios del objeto mediático” e incluía varias entrevistas con vecinxs -grabadas con cámaras ocultas- en las que la mayoría de las preguntas estaban destinadas a poner en duda su identidad de género, o incluso a patologizar la corporalidad trans.

Violeta Alegre es activista travesti, diplomada en género y política, consultora de las Naciones Unidas, y encargada de la Oficina de Identidad de Género del Observatorio de Género en la Justicia. Sobre la representación del colectivo travesti trans en los medios, Alegre explica que se siguen estableciendo estereotipos: “Se trata de una lógica en la que se plantea una oposición entre la representación hegemónica de lo que significaría ser una buena trans (que cumple con los requisitos impuestos por la heteronorma y la iglesia) en contraposición a la que se toma como bufona y es material para chistes y memes”. Sobre esto último, agrega que al mostrar ese tipo de contenido -atravesado por cánones de belleza, edad y clase social- lo que se está haciendo es habilitar permisos sociales que habilitan la perpetuación de la violencia y que se naturalice el chiste hacia lo diverso. Violeta afirma que el colectivo travesti trans no es homogéneo y lo que les une es la identidad y el corrimiento del binarismo: “Hay muchas que, gracias al activismo, empezaron a militar y a comprometerse con el proceso de visibilización de las violencias. Esas personas no aparecen en los medios de comunicación”.

En junio de este año, se realizó el Primer Encuentro hacia una Ley de Representación Paritaria y Cupo Trans en los Medios de Comunicación, donde participaron más de 200 trabajadoras de todo el país. Una de las principales cuestiones que se puso en tela de juicio fue la ausencia casi total de lesbianas, travestis y trans en empresas y medios de comunicación. Mientras que el 78% de los medios y el 70% de los sindicatos se encuentran a cargo de varones cis, no hay datos concretos acerca de la participación de personas que se encuentren por fuera de la heteronorma.

Eameo, una cuenta dedicada a realizar memes, utilizaba como logo hasta hace algunas semanas una foto de Zulma Lobato en clave Andy Warhol como ícono de lo bizarro. La página posee casi 400.000 seguidores en Instagram y, hasta el día en que Zulma fue violentada en el espacio público, pareciera que nadie se percató de la violencia simbólica implícita en la foto de perfil. Se trata de una evidencia más que clara de que, a pesar de las mejoras en materia de género producto del Ni Una Menos, hay desigualdades y mecanismos de invisibilización que aún persisten. Finalmente, ante el repudio generalizado, lxs integrantes de Eameo optaron por eliminar la foto y emitir un comunicado de disculpas en el que reconocen que cometieron un error. Una demostración evidente de que las cosas están cambiando.

 

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Julieta Bugacoff

Es estudiante de antropología (UNSAM) y egresada de periodismo (TEA). Trabaja como periodista y fotógrafa freelance y colabora con El Cohete a la Luna, Infobae y El Grito del Sur, entre otros medios. Tiene un gato fanático de los fideos con salsa, y milita en el ejército revolucionario de la menta granizada.