«Los empresarios del software siempre tuvieron a sus trabajadores fuera de convenio»

Tras años de espera, la Asociación Gremial de Computación (AGC) obtuvo su personería. La industria del software cuenta ahora con un sindicato específico de la actividad para encuadrar a trabajadorxs informáticos de empresas de la talla de Globant y Mercado Libre. “Ya estamos convocando a todas las cámaras empresarias para firmar convenios colectivos”, sostuvo Francisco Strambini, secretario general de la seccional en la Ciudad de Buenos Aires.

Tras varios años sin reconocimiento oficial, finalmente el Ministerio de Trabajo a cargo de Claudio Moroni le otorgó su personería a la Asociación Gremial de Computación (AGC). Según la Resolución 239 publicada el 26 de agosto en el Boletín Oficial, el sindicato cuenta ahora con habilitación para agremiar a los trabajadores y las trabajadoras que desarrollen tareas de operador, programador, analista, soporte técnico, desarrollo de sistemas y centro de cómputos dentro de la industria del software.

El surgimiento del sindicato no viene solo: esta actividad mostró un crecimiento sostenido durante los últimos años, sobre todo a partir de la Ley de Software de 2004 que les otorgó beneficios impositivos a las empresas con el objetivo de incrementar la producción y las exportaciones del sector. Además, del total de empresas que operan en el país, el 85% son Pymes. Se estima que actualmente la industria emplea a 400 mil trabajadores, de los cuales casi el 90% está fuera de convenio colectivo. Si bien la Asociación Gremial de Computación existe desde 1993, la falta de personería durante casi dos décadas imposibilitó que pudieran ejercer la representación legal en la industria del software, hardware y de servicios informáticos. Ese obstáculo tuvo que ver, por un lado, con las presiones de las grandes empresas como Globant y, por el otro, debido a la inserción exógena del Sindicato de Comercio en el sector, lo que generó un conflicto en torno a qué organización gremial le correspondía llevar a cabo las afiliaciones y negociar convenios colectivos específicos de la actividad.

En diálogo con El Grito del Sur, el secretario general de la AGC en la Ciudad de Buenos Aires, Francisco Strambini -quien además es estudiante de ingeniería informática en la UBA y forma parte de la nueva generación de jóvenes que se sumaron a construir el gremio de los trabajadores informáticos, conducido a nivel nacional por Ezequiel Tosco-, reflexionó sobre esta conquista de derechos.

¿Por qué el Sindicato de Comercio está actualmente en la industria informática y cómo van a actuar desde AGC ahora que tienen la personería gremial?

El Sindicato de Comercio no tiene una representación real en el sector. Su inserción durante los noventa fue más una cuestión política que gremial. Por ejemplo, los trabajadores administrativos y de ventas de Mercado Libre tiene sentido que estén en Comercio, pero a partir de nuestra personería todo el sector de producción de software es nuestro. Yo creo que esta discusión tiene que ver con cómo se va desarrollando el movimiento obrero en Argentina. Si bien en los noventa el sector informático no estaba tan caracterizado porque era nuevo, con los años fue tomando especificidad y limitándose. Lo que pasó es que ese proceso se terminó de cristalizar ahora. Por dar un ejemplo, en su momento SMATA no existía y todos eran trabajadores metalúrgicos, hasta que empezó a cobrar especificidad el sector automotriz y eso cristalizó un nuevo sindicato. Bueno, acá pasó algo parecido. Nuestra personería gremial hace referencia a la representación de los trabajadores de la industria del software (Globant), hardware (armado de PC) y servicios informáticos. Despegar y Mercado Libre, entre otras, son empresas que venden un servicio pero que la mayoría de sus trabajadores producen software. ¿Qué fue lo que pasó? Después de la Ley de Software de 2004, todo este sector pasó a ser determinantemente una industria: entonces ya no hay discusión sobre su especificidad. Nosotros ahora tenemos derecho a firmar convenios en el sector. Por su parte, lo único que hizo Comercio fue conveniar con grandes empresas y no mucho más. Por eso ya estamos convocando a todas las cámaras empresarias para firmar convenios colectivos.

¿Cómo es la relación con las cámaras empresarias de software?

Es una relación típica entre capital y trabajo. Ellos no quieren gremios, no quieren gente organizada ni afiliada. El principal freno a nuestra personería durante los últimos años vino del sector empresario. Ellos vienen de estar muy cómodos. Es un sector que siempre tuvo a sus trabajadores fuera de convenio colectivo. Fijate que el núcleo duro del grupo Nuestra Voz, el que bancaba a Macri, era este sector: Mercado Libre, Globant, Accenture, empresas que no tienen sindicatos ni convenios colectivos. Ahora, con nuestra personería gremial, hay un camino allanado para forzarlos a respetar las leyes laborales.

La Bancaria también busca la representación de los trabajadores de Mercado Libre. ¿Cómo van a resolver esta disyuntiva?

Mercado Libre, al no estar regulado por el Banco Central, no es un banco. Yo creo que esto va avanzar en el sentido de que una parte va a quedar en La Bancaria y la pata más tecnológica va a quedar con nosotros.

¿Qué pasa con las Pymes de esta industria?

El problema que tiene el sector Pyme es que nunca logró generar una organización sólida como sector. Y, sumado a la falta de un gremio fuerte, esto le generó un grado muy alto de subordinación al gran capital. Para nosotros son aliadas, porque el trabajo y la innovación en este sector lo generan las Pymes. Además, las empresas multinacionales que exportan no tienden a traer los dólares acá, pero las Pymes sí. Claramente son aliados.

Dentro de la CGT hay varias corrientes. ¿Con qué sector tienen más afinidad y qué opinan de la actual conducción?

Hoy estamos bastante distantes de la discusión dentro de la CGT. Somos un sindicato que está arrancando, que busca madurar, y no estamos encuadrados en ninguna de esas corrientes a las que hacés referencia. Daer nos ayudó mucho en todo este proceso, mientras nos enfrentábamos a sectores pesados del empresariado, así que por ahora decidimos no metemos en la discusión interna. Estamos transitando un lugar más neutral, intermedio. Cuando vaya decantando el proceso de discusiones dentro de la CGT tomaremos una decisión.

En el Senado se está discutiendo la Ley de Economía del Conocimiento. ¿En qué medida los impacta?

Primero hay que entender que este debate viene de la Ley de Software que se aprobó en 2004 y que tenía una perspectiva Pyme mucho más sólida. Yo creo que la Ley de Economía del Conocimiento está frenada porque fue malparida desde un principio por el macrismo. Hay que repensarla y probablemente hacerle cambios. Alberto Fernández dijo hace poco que efectivamente el sector del software y de industrias culturales deben tener un beneficio. Nosotros estamos de acuerdo en eso. Esta ley tiene que beneficiar a las Pymes, que son el sector más dinámico de esta industria, y no a las multinacionales que vienen a poner una especie de fábrica de informáticos, muy parecida a la lógica de algodonera argentina del siglo XIX, basada en exportar algodón y traer la ropa hecha de afuera. La ley, así como está, busca que las grandes empresas exporten y que nosotros después importemos los productos de software. Hay que repensarla y orientarla más al sector Pyme.

 

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Jeremías Herrera

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires