Una calle nos separa

Vegetarianes y veganes plantean otra manera de relacionarse con el propio cuerpo y con el mundo. Reflexiones en primera persona sobre si los hábitos alimenticios también pueden convertirse en una cuestión insoslayable a la hora de construir vínculos afectivos.

Uno de los planes más frecuentes para las primeras citas es salir a comer. Un helado, una cena, una invitación a tomar café o incluso una película con pochoclos suelen ser buenas excusas para juntarse. Así, la comida se vuelve un punto en común y muchas veces un tema de conversación para saldar los silencios incómodos. Sin embargo, las diferencias respecto a los hábitos alimenticios también pueden convertirse en una cuestión insoslayable a la hora de construir vínculos.

Según un estudio realizado por la consultora Kantar a pedido de la Unión Vegana Argentina (UVA), el 9 por ciento de la población del país es vegetariana o vegana, lo que representa más de 4 millones de habitantes. Los primeros sólo abandonan las carnes (de vaca, pollo y pescado), los segundos todo tipo de alimento de origen animal y muchas veces otros productos de limpieza, maquillaje o indumentaria, que contengan derivados de los mismos. Para muches, este tipo de dieta no se basa solamente en la comida sino en la manera de relacionarse con el mundo; por lo tanto, puede convertirse en algo fundamental a la hora de encontrarse con les otres. ¿Pueden el vegetarianismo y el veganismo influir en las personas a la hora de buscar pareja?

Jerónimo es vegano desde hace nueve años y hace seis que no sale con personas que coman carne. Cuando conoció a su pareja actual, ella era vegetariana pero pronto dejó de consumir productos de origen animal. “Yo no saldría con personas que consumen carne, porque para mí es fundamental que mantengan una línea de pensamiento en cuanto al respeto a los animales”. “El veganismo no es solo un estilo de vida, sino una ideología y esto es en lo que uno tiene que basarse. Yo me entiendo como una persona progresista y no saldría con una persona que no lo sea”.

Sin embargo, en otras situaciones estas diferencias no distancian a las parejas sino que las unen generando cambios de hábitos a medida que avanza la convivencia. “Mi ex novio es vegetariano y yo casi no consumo carne, aunque no me defino vegetariana. Teníamos una dinámica veggie muy bella pero cada tanto compartíamos un ceviche en plan guilty pleasure. Después empecé a salir con mi actual pareja, él es adicto al asado pero ahora está bajando su consumo de carne y respeta mi vegetarianismo. El hecho de comer menos carne en su caso es gracias a que ve lo que como e incorpora otras opciones, no porque yo lo obligue. Estos avances son como todo, es cuestión de persuadir y convencer sutilmente”, cuenta Jimena sobre su experiencia.

Si bien aún son una porción menor que los omnívoros, aquelles vegetarianes y veganes que quieren salir con otres no están en desventaja ni carecen de opciones. Actualmente existen muchas apps de citas dedicadas especialmente a quienes llevan estas dietas veggies, entre ellas Veggly, Veganific Dating App y V&U donde se puede elegir entre las categorías vegetariano, vegano o en transición. Además hay apps que rastrean los restaurantes veganos cercanos e incluso que indican cuántos animales se salvaron desde que cada une dejó de consumirlos.

“Lo que compartimos es un estilo de vida”, suma Jerónimo sobre las coincidencias con su pareja. “Nosotres intentamos que ninguna de nuestras acciones perjudique de manera indirecta o directa el medio ambiente, no solo en los productos alimenticios sino en los de limpieza o en no generar residuos innecesarios, porque al igual que tenemos consideración por los animales la tenemos por las personas y el medio ambiente que nos mantiene a todas las especies”, suma el joven que realiza tatuajes 100 por ciento veganos y ecofriendly.

Discriminación y estigma 

Desde el año 2000 existe la Unión Vegana Argentina (UVA) con el objetivo de difundir el veganismo, el respeto a los animales y la causa ecológica. En su página se pueden encontrar desde recetas y restaurantes hasta artículos sobre la relación entre religión y veganismo. Además realizan campañas como “Lunes sin carne”, que busca realizar cambios paulatinos en quienes no son vegetarianos y “No a la vegefobia» para erradicar la discriminación hacia vegetarianos y veganos. En ese sentido, la UVA creó en diciembre del año pasado el Observatorio Nacional de la Vegefobia (ONAVE,) cuya directora es Liliana Bilicic y tiene como fin evitar la discriminación y defender los derechos de aquelles que deciden optar por dietas sin carne o derivados de animales. La UVA le acercó al INADI una petición con casi 20 mil adhesiones para que tipifique la vegefobia y pueda incluir este tipo de discriminación en sus mapeos nacionales.

Gabriela es vegetariana, un estilo de vida que comparte con su pareja; sin embargo, cuenta que no fue fácil que su entorno lo acepte: “Está tan naturalizado el consumo de carne, que si decidís dejar de hacerlo ya sos extremista. A mi entender es bastante parecido con el feminismo. Decís que sos feminista y ya sos extremista, feminazi, etc. Al principio me han servido comida diciéndome que era vegetariana y no lo era, por ejemplo pastas. Chicanas hasta el día de hoy me hacen… me mandan fotos por ejemplo de un chancho a la parrilla. Me sigo bancando comentarios al estilo ‘que boluda lo que te estás perdiendo’. Me imagino lo que hubiese sido si decía que era lesbiana o trans”.

Éste no es un caso aislado y muchas veces no son solo los comentarios molestos, sino no tener en cuenta los diferentes consumos alimentarios. “Me acuerdo de un asado al que fui con un ex a la casa quinta de un abogado, donde había solo carne y poca ensalada. Terminé comiendo pan con lechuga porque la gente era tan forra que se habían servido prácticamente toda la ensalada además de la carne. Además me hicieron bullying por comer lechuga, el típico comentario. Yo estaba llorando por dentro porque encima eran mis primeras reuniones sociales siendo vegetariana”, cuenta S.

El vegetarianismo y el veganismo plantean una visión diferente en la manera en que las personas se relacionan con su cuerpo y con el mundo que les rodea y, aunque algunes no lo consideren como opción, es significativo que aún hoy siga siendo motivo de discriminación y hostigamiento. Sin embargo, existen muchos otros lugares donde esto no solo es respetado sino abrazado generándose lazos de compañerismo y amor.

 

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