Alpargatas sí, libros ¿no?

El mito del rechazo a los libros y la cultura letrada atraviesa la historia del peronismo. Sin embargo, durante la presidencia de Néstor Kirchner se inició el programa Libros y Casas, que dura hasta hoy y lleva entregados más de 2 millones de libros en todo el país.

Hace muchos años, en una localidad de Santiago del Estero, un hombre quiso echar a su esposa de la casa y, al no estar legalmente casados, intentó negarle sus derechos sobre los bienes compartidos. Un juez, amigo del capataz del marido, citó a la mujer para decirle que no tenía derecho a nada. “La mujer le dice que sí, que ella tiene derechos. ‘¿Y usted de dónde lo sacó?’, le preguntó el juez y ella sacó de la cartera el libro Manual de primeros Auxilios Legales”, contó a este medio Daniela Allerbon, gestora cultural y coordinadora del programa Libros y Casas hasta 2016.

Libros y Casas es un programa de la Secretaría de Cultura de la Nación que vio la luz en 2007, en los últimos meses de la presidencia de Néstor Kirchner, y que dura hasta el día de hoy.  “A fines de 2006, (José) Pepe Nun (secretario de Cultura entre 2004 y 2009) le había compartido la idea a Néstor en un aeropuerto. Le había dicho que quería hacer un programa que lleve bibliotecas a cada una de las familias que reciben viviendas sociales. Y Néstor le dijo ‘¡dale!’, la única condición que puso fue que estuviera el Nunca Más entre esos libros”, recordó Allerbon.

En sus inicios, el programa estaba solo dirigido a las familias beneficiarias de los Planes Federales de Vivienda. En algunas provincias, el Fondo Nacional de la Vivienda (FoNaVi) entregó casas con el mueble de la biblioteca para resaltar la importancia de esos libros. “En muchos casos se trataba de los primeros libros que tenía esa familia, fue un primer acercamiento, una invitación a leer”, dijo la excoordinadora de Libros y Casas.

El eje para determinar qué libros se iban a incluir estaba puesto, principalmente, en la construcción de la ciudadanía. “Estaba la idea de que las personas tenían que conocer sus derechos para poder ejercerlos. Eso determinó varias elecciones de los libros y, a partir de esa base, sumé otros”, detalló.

Con ese objetivo, en la primera etapa del programa se entregaron: la Constitución, Nunca Más, una enciclopedia, un diccionario, Manual de primeros Auxilios Legales, Manual de las Mujeres, Manual de primeros auxilios de la Cruz Roja Argentina, Guía Alimentaria para la Población Infantil, Guía práctica para la búsqueda de empleo, Manual de Historia Argentina, Manual para el Hogar y otros libros de cuentos y poesía. En total, 18 libros. “El Manual de las Mujeres fue de los que más impacto tuvo en el día a día”, contó Allerbon.

Un libro, un pueblo y muchas separaciones

Allerbon había asistido a un curso de literatura y género que le “abrió la cabeza” y, aunque en 2006 no se hablaba abiertamente de feminismo, logró que se incluyera el Manual de las Mujeres en el programa. El libro es un compendio de la información basada en materiales que existían -libros, folletos y campañas- y se trabajó en conjunto con Unicef, Fundación para Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM) y el Consejo Nacional de las Mujeres.

“Una vez, fuimos a Misiones a hacer uno de los talleres de lectura del programa. A partir del taller (que se hizo con el Manual…), empezaron a separarse parejas. Es como que a muchas les cayó la ficha de que vivían violencia de género -recordó Allerbon-. En otro lugar, una adolescente me dijo que había leído ‘el libro que dice cómo cuidarte’. Veías cómo esos libros, que eran los únicos que tenían, les habían servido. El Manual… las empoderó”.

Hoy se está preparando una versión actualizada de Manual de las Mujeres con el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad. “Es importante que haya un libro que compendie todos los derechos de las mujeres y las diversidades. Por un lado, es necesario que esa información, que podemos encontrar en la web, esté reunida en un lugar, curada por especialistas en el tema y, por el otro, porque así puede llegar a lugares donde la conectividad a internet es baja”, dijo a El Grito del Sur la actual coordinadora de Libros y Casas, Bárbara Talazac.

Nunca Más

Otro desafío fue la edición de Nunca Más. En 2006, se habían cumplido 30 años del último golpe de Estado y el Gobierno había decidido reeditar el libro, esta vez con un prólogo de Luis Eduardo Duhalde -eliminado por el macrismo en la edición de 2016- que cultivó rechazos de sectores conservadores porque introdujo el concepto de terrorismo de Estado. El primer prólogo, de Ernesto Sábato, abonaba la teoría de los dos demonios.

“Es un libro de 500 páginas pensado como testimonio para un juicio y la colección estaba pensada para que cada libro fuera accesible para lectores no expertos. Así que convocamos a periodistas especializadas en Derechos Humanos, Victoria Ginzberg y Alejandra Dandán, para darle una vuelta y respetar el original”, afirmó Allerbon.

Finalmente, se mantuvo la estructura original de Nunca Más con todos sus capítulos y los prólogos. “Tomamos algunos de los testimonios, pusimos un copete de lo que pasó de la primera edición hasta la fecha con la inconstitucionalidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, los juicios y la cantidad de nietos recuperados. Eso se iba actualizando con cada edición”, explicó.

“Cuando volvíamos a hacer entrevistas para evaluar qué había pasado con esos libros, nos dimos cuenta de que se habían usado para tareas escolares y los usó toda la familia -afirmó Allerbon-. Es polémico intervenir un documento como el Nunca Más, pero el objetivo del programa era difundir la información y fue efectiva esa forma de comunicar”.

“La fuerza que tiene que 18 libros entren en una casa”

Al poco tiempo de la muerte de Kirchner, Allerbon viajó a San Juan para uno de los talleres del programa. “Estuve en la casa de una familia que, cuando murió Néstor, se habían puesto a leer la Constitución para ver si decía la cantidad de días de duelo -recordó-. Toda la familia se había puesto a leer la Constitución. Ahí te das cuenta de la fuerza que tiene que 18 libros entren a una casa”.

Según las encuestas y relevamientos que hicieron desde la Secretaría de Cultura, la colección de Libros y Casas eran los libros de referencia dentro del hogar. El Manual de primeros auxilios era consultado por madres y padres cada vez que sus hijes se sentían mal, la enciclopedia se consultaba en casas donde no había internet y el Manual de primeros Auxilios Legales ayudaba a que las personas se orientaran -con un lenguaje claro y accesible- en problemas comunes sin la necesidad de recurrir a un abogado.

“Pepe (Nun) siempre contaba la anécdota de la mujer de Santiago del Estero porque eso era lo que queríamos que pasara: que la gente conociera sus derechos y los ejerciera -afirmó Allerbon-. Muchas personas se sienten lejos de la cultura letrada, no es fácil llegar a ellas, no es solo poner una biblioteca cerca de la casa. Que los libros vayan a tu casa es que también podés leer, podés sumarte, y se complementaba con los talleres en los barrios. Es la política cultural diciéndote ‘está bueno que leas’”.

Néstor: cercanía y transparencia

Durante un acto, Nun le pidió a Allerbon que se acercara al entonces presidente Kirchner para contarle sobre el desarrollo de Libros y Casas. “Fue en General Roca cuando se entregaron las viviendas y los libros. Le conté y me dijo: ‘¡Qué bueno, qué bueno!’. Tenía ese nivel de cercanía y transparencia, de estar contento sin otra intención. Creo que era algo muy característico de la gestión de él y lo pude ver en vivo”, afirmó Allerbon.

La excoordinadora del programa aseguró que Nun “no tenía ninguna bajada” del Ejecutivo. “Tuve libertad para trabajar, pensar, proponer. Fue un lujo trabajar así y asumir el riesgo de que los libros se critiquen -sostuvo-. Tanto Pepe como (Torcuato) Di Tella son intelectuales con una mirada muy transversal que querían lograr el acceso a la cultura y generaron acciones palpables y concretas para que eso pasara”. Libros y Casas generó nuevos lectores.

Libros y Casas hoy

El programa tuvo sus cambios a través de los años. “En su momento representó el 7 por ciento del presupuesto de la Secretaría de Cultura”, señaló Allerbon. El catálogo de libros se amplió, se incluyeron más títulos de literatura dedicados a la infancia y la adolescencia y hoy están disponibles en la web de Libros y Casas. Según el sitio, hasta la fecha llevan entregados 2.080.000 libros y brindaron 972 talleres de lectura en todo el país.

Libros y Casas, además, fue declarado programa modelo de Mercosur y fue copiado por los gobiernos de Chile (Maletín Literario) y Cuba (Bibliotecas Familiares).

“Estamos empezando a editar libros nuevos para la colección, con un perfil de escritura comunitaria”, detalló Talazac, la actual coordinadora que ingresó al programa en 2008. Asimismo, están coordinando más talleres para mediadores y que estos, a su vez, inicien sus propios talleres de lectura.

“Libros y Casas es un programa con una mística especial. Todos los que pasamos por ahí, en estos casi 14 años, seguimos conectados de alguna manera, muy amorosamente -opinó Talazac-. Quizás tiene que ver con el momento tan especial para nuestro país en que se creó el programa, un momento de renacimiento y de convicción; la certeza de que el ejercicio de los derechos culturales, como la lectura, debe estar garantizado por el Estado nacional, ya que es uno de los pilares de una sociedad libre e igualitaria”.

 

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Ludmila Ferrer

Periodista y Licenciada en Comunicación Social (UBA). Escribe también en Página/12 y sigue más podcasts de los que puede escuchar.