Hoy el movimiento feminista se despertó con la noticia de que, si bien la Cámara Nacional de Casación Penal dejó firme la condena a prisión perpetua para Gabriel Marino por el asesinato de Amancay Diana Sacayán, le quitó la figura del agravante por odio a la identidad sexual. El fallo histórico, dado en 2018 por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 4, había sido reconocido internacionalmente al ser el primero en usar la figura de travesticidio. Sin embargo, la Sala 1 de la Cámara de Casación en lo Criminal y Correccional de la Capital Federal, integrada por los jueces Jorge Luis Rimondi, Patricia M. Llerena y Gustavo A. Bruzzone (quienes se expresaron a favor de cambiar la sentencia), explicó que el crimen debía ser considerado un “homicidio calificado por haber mediado violencia de género”, pero no se podría calificar como travesticidio al no haber pruebas suficientes para acreditarlo.
Diana fue asesinada el 11 de octubre del año 2015 con un arma blanca. Según la autopsia, el cuerpo fue encontrado con un total de 27 lesiones y 13 de éstas habían sido realizadas a cuchillazos. Marino, con quien la víctima tenía una relación incipiente, pidió que se revocara la condena alegando que no había pruebas suficientes, aún cuando se demostró que había estado en el lugar, habiendo encontrado restos de ADN bajo las uñas de Diana y un profiláctico usado con su semen. Marino fue condenado como coautor, ya que se cree que hubo otros implicados en el crimen.
Amancay Diana Sacayán había sido una de las principales referentes del movimiento travesti-trans y una gran luchadora por la Ley de Identidad de Género y el Cupo Laboral Travesti Trans.
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