«La Ciudad fue pujada por el mercado inmobiliario y es muy difícil acceder a una vivienda»

El legislador porteño por el GEN, Sergio Abrevaya, fue una de las voces que se levantó contra el proyecto de privatización de la Costanera Norte y la modificación de los convenios urbanísticos. "Construir departamentos para gente de alto poder adquisitivo no resuelve el tema de la vivienda", opina.

Sergio Abrevaya es legislador por el GEN en la Ciudad de Buenos Aires y la única voz parlamentaria que se opuso a la venta de la Costanera Norte sin pertenecer a los bloques del Frente de Todos y la izquierda. En diálogo con El Grito del Sur opinó sobre urbanismo, espacios verdes y su propuesta alternativa para la Costanera Norte.

El jueves se aprobó un proyecto para realizar un convenio urbanístico en Puerto Madero. ¿Cómo analizás esta metodología con la que Vamos Juntos metió un proyecto «por la ventana»?

Tenía despacho, pero lo habían guardado la vez pasada. Estos convenios urbanísticos tergiversan la figura porque son convenios para tener una excepción en cantidad de metros de construcción porque, cuanto más alto, más caro es el piso de arriba. Ya hace dos jueves se aprobó el de Sastrería Militar, que tiene la posibilidad de hacer 33 pisos y, ahora, éste de Puerto Madero habilita casi 50. Todo termina redundando en departamentos más caros para gente de alto poder adquisitivo, mientras no podemos resolver el tema de la vivienda. Además, para qué se discutió un código urbanístico hace dos años si, en definitiva, con las excepciones terminan rompiendo las reglas.

¿Qué sucede en el caso de Costanera Norte, donde te opusiste con fuerza a la aprobación de ese pliego?

Ahí no se trata de convenios sino de un diseño urbanístico, la posibilidad de tener vivienda de alto poder adquisitivo en ese sector y que rompe la concepción que se había aprobado hace dos años de un sector verde con comercios y con movida joven de noche. La verdad es que las costaneras de las ciudades se sostienen con una combinación de ambas cosas, pero con una proporción gigantesca de verde y comercios de gastronomía. Esta especie de pared de 10 pisos que aprobaron se parece un poco a la construcción de Puerto Madero que son una cuadra como de barraca, que te tapa la visión e impacta en el valor de la tierra. La Ciudad fue pujada por el negocio inmobiliario y la emergencia: se ha construido para un sector inversor y no para lo que falta. Pasamos del 22% histórico de inquilinos a un 35%, es muy difícil acceder a la compra.

¿Cómo ves la actitud de aliados tuyos como la UCR Capital o el PS de Roy Cortina que siempre han exigido más espacios verdes y ahora acompañan este proyecto?

Ellos forman parte de la coalición gobernante, por lo que da la impresión de que les es más difícil decir que no. Hay una suerte de disciplina partidaria, pero también han hecho planteos: en la sesión anterior, Ocampo hizo un planteo donde dijo que lo aprobaba en primera lectura pero para la segunda tenía que ver. Creo que Roy Cortina está en la misma. Lo más importante es que la gente se movilice para frenarlo. Hay una concepción equivocada de la Ciudad en Costanera Norte, pero las otras dos son excepciones al código.

¿Esta metodología abre la posibilidad de comprar norma?

Yo creo que va por ahí, no como corrupción o pagos por debajo de la mesa. Lo que está pasando es que el pago se lo dan al Estado, el último es de 2,5 millones de dólares pero no alcanzarían ni 3 ni 4 porque ganan mucho más los desarrolladores. Lo digo con total conciencia de que la Ciudad está pasando por un momento complicado, la economía está muy dura, pero eso no hace que tengas que rematar a cualquiera que venga y te pida una excepción porque pone plata. Ofrecen una cantidad de plata y construyen una plaza que en definitiva van a disfrutar ellos. Es una estafa y muy mala. Yo no soy necesariamente contrario a las torres, porque las grandes ciudades tienen su sector de torres y lo definen y lo cumplen. Porque han diseñado la Ciudad.

¿Qué proyecto alternativo te imaginás para Costanera Norte?

Yo creo que tiene que haber actividad comercial mezclada con verde. Es decir, la ley de Distrito Joven era correcta. Yo lo que he visto en el mundo es que las ciudades de todo tipo que están frente al mar, como Barcelona, Esmirna o la propia Nueva York, la ribera la conservan pero le ponen actividad comercial porque la disfrutás más si podés tomar un café frente al río. Hacen un mix. Por supuesto, la proporción de comercios respecto a vivienda siempre es mucho menor, porque no es lo mismo poner 10 edificios que 10 restaurantes. Un buen equilibrio que permita disfrutar de lo público y no bodoques de viviendas.

 

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.