El gigante Disney se devora el negocio del fútbol en Argentina

Fox Sports pasó de ser el principal adversario de ESPN a convertirse en su segunda marca. Ambos canales son propiedad de Disney, que logró hasta ahora mantener los derechos televisivos del fútbol argentino junto a Turner. Especialistas en el mercado de los medios hablan del impacto de la fusión y de la posibilidad que el Estado vuelva a intervenir en el fútbol.

El pasado 31 de octubre, a pocas horas del inicio de la Copa Liga Profesional, la Justicia dictaminó una medida cautelar a favor de la presentación de Fox Sports en el marco de la iniciativa de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para la disolución del contrato televisivo, que perjudicaba los intereses de la corporación Disney en nuestro país. De esta forma, la decisión del Juzgado Comercial 24 de la Ciudad de Buenos Aires enterró por el momento la jugada política de las autoridades del fútbol local para renegociar los derechos de TV con Turner (AT&T) como socio exclusivo, que estaba dispuesto a ofrecer una tajada mayor con el objetivo de quedarse con el 100% de las transmisiones.

La disputa se inició luego de que la AFA decidiera rescindir el contrato con la cadena Fox Sports-ESPN, cuestión avalada por la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) que había rechazado la fusión de las señales ahora bajo el abrigo de la multinacional estadounidense Disney. Cabe destacar que, si bien The Walt Disney Company cerró la adquisición de 21st Century Fox a comienzos de 2019, el matrimonio entre ambas señales deportivas recién se consumó en pantalla hace pocas semanas.

En diálogo con El Grito del Sur, el docente e investigador Guillermo Mastrini (UBA) señala que «hay una tendencia en el mundo a la concentración. Éste es un fenómeno que excede a la Argentina y también trasciende el tema de los derechos deportivos. Hay una situación de concentración e internacionalización muy fuerte y de desplazamiento de actores locales que van perdiendo peso». En ese sentido, menciona el caso de TyC Sports, que «a lo largo de los años fue perdiendo capacidad y esto tiene que ver con una moneda débil como es la Argentina, dado que comprar derechos deportivos tiene costo en dólares y es bastante inaccesible».

Lo llamativo del caso fue, que a mitad de septiembre, ESPN relanzó una programación de lujo que incluye la televisación exclusiva de eventos como la Copa Libertadores de América y la llegada de programas como «90 Minutos de Fútbol», que históricamente habían sido la carta principal de Fox Sports. Frente al desconcierto de millones de televidentes esparcidos en todo el continente, la señal deportiva de Fox pasó de ser el principal adversario de ESPN a convertirse en una especie de segunda marca asociada a éste último. «Antes, la propia competencia entre ESPN y Fox llevaba a que hubiera incentivos para una contra-programación en algún momento, pero eso ha desaparecido. Hoy se está viendo la idea de privilegiar muy fuertemente la marca ESPN sobre Fox Sports, los contenidos de Fox van quedando como el saldo de lo que no entra en ESPN», asegura el especialista en políticas de medios masivos y derecho a la información.

El impacto de la fusión a nivel local

El Pack Fútbol se mantiene en la actualidad con los mismos valores que tenía en diciembre de 2019, es decir $665 mensuales. No obstante, los procesos de convergencia siempre operan en favor del alza de precios porque el ecosistema mediático está cada vez dominado por un menor número de actores. Frente al poderío casi absoluto de ESPN-Fox, el tercero en discordia es TyC Sports. La señal del Grupo Clarín mantiene la transmisión de los partidos del fútbol de Ascenso. Muy atrás en cuanto a despliegue y audiencia, se encuentra el canal estatal DeporTV.

«Siempre las fusiones generan mayor concentración de contenidos y su distribución. Lógicamente se afecta la pluralidad como un elemento importante en los sistemas de comunicación y en la producción de contenidos, en este caso es un efecto adverso porque podemos ver que la transmisión de una parte de los partidos internacionales empieza a caer en la señal de ESPN», plantea a este medio Diego Vesciunas, Magíster en Comunicación, Cultura y Discursos Mediáticos.

Mastrini agrega que «en términos de funcionamiento del mercado y de cómo se distribuyen las audiencias, ESPN y Fox casi no tienen competencia. El dominio es casi absoluto. En consecuencia, cualquier empresa que quiera entrar en el mercado va a tener muchas dificultades frente a un competidor de esa magnitud. El tamaño tan grande de las empresas de comunicaciones, en este caso del conglomerado Fox-Disney, opera como una barrera de entrada para cualquier competidor que quiera entrar en este juego. Resta ver qué va a hacer Turner, que se quedó con un pedacito de los derechos de televisación pero que no es una señal específicamente deportiva por lo menos en Argentina».

¿Es posible que el Estado vuelva a intervenir en el fútbol?

A comienzos de su mandato, Mauricio Macri decidió entregar la transmisión televisiva de los partidos al Grupo Clarín y Telefónica. Pero el golpe de gracia llegaría en septiembre de 2017, cuando la AFA firmó un contrato multimillonario con Fox y Turner hasta 2022 y prorrogable por otros cinco años. Con el cambio de las reglas de juego producto de la fusión Disney-Fox y principalmente del giro político que significó la llegada del Frente de Todos al Ejecutivo nacional, queda flotando en el aire la posibilidad de que el Estado tome cartas en el asunto para garantizar transmisiones televisivas gratuitas en beneficio de la población.

Respecto a este tema, Guillermo Mastrini remarca que «el Estado sabe que no puede volver a una situación como fue Fútbol para Todos, pero también está aprovechando la situación para ver si puede conseguir algún partido interesante y mostrar que está aportando a la accesibilidad del público en general». «Lamento que la AFA no haya avanzado junto al Estado en la transmisión de algunos partidos por televisión abierta, porque eso básicamente implica también retomar una obligación que es garantizar el acceso a la población de un producto cultural esencial para el entretenimiento, el ánimo y la identidad nacional. Eso me parece que es un paso atrás», señala por su parte Diego Vesciunas.

El Gobierno apunta a que la TV pública tenga en pantalla algunos partidos, lo cual no significa el retorno de Fútbol para Todos. Sin embargo, esto no resuelve el fenómeno contemporáneo de concentración mediática a nivel internacional que se materializa en el orden local como un nuevo ataque a la diversidad de contenidos. ¿Cuál es el rol de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA) en este ámbito? «La LSCA no tiene una incidencia específica respecto a la fusión de señales audiovisuales, pero sí expone concretamente cláusulas antimonopólicas para la titularidad de licencias de radiodifusión y audiovisuales. Habrá que ver si el ENACOM dispone alguna cuestión en particular respecto a esa fusión, amparándose en el espíritu de la LSCA pero sin tener una letra concreta que disponga la prohibición de la fusión de señales», esboza Vesciunas.

«La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual está vigente, pero se limita a regular los contenidos deportivos donde participan las selecciones nacionales en los distintos deportes o algún equipo argentino en una instancia muy decisiva. Sería conveniente que la Comisión de Defensa de la Competencia atenuase esto, como se ha hecho en otros países donde se le han puesto límites a la concentración. No hay una intervención fuerte respecto a este problema», concluye Mastrini.

 

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.