«La decisión personal de no vacunarnos puede perjudicar a muchas personas»

Asesor del Presidente y uno de los portavoces más destacados en la lucha gubernamental contra la pandemia, el médico infectólogo habló con El Grito del Sur sobre la situación sanitaria a nivel nacional y el anuncio de la llegada de distintas vacunas. "El Gobierno se está moviendo activamente para vacunar a millones", asegura.

Antes de ser convocado en marzo como asesor médico del presidente Alberto Fernández, Luis Camera desarrolló programas de salud en ancianos, medicina hospitalaria y medicina interna. Oriundo de Corrientes, el reconocido infectólogo fue jefe del programa de medicina geriátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires y se desempeñó como miembro fundador de la Sociedad Argentina de Medicina Vascular.

En diálogo con El Grito del Sur, Camera analiza la situación sanitaria en todo el país y el anuncio de la llegada de distintas vacunas contra el COVID-19. Si bien la «nueva normalidad» está más cerca, se muestra cauto frente a las expectativas lógicas de una gran parte de la población y llama a mantener los cuidados para no caer en una «nueva meseta relativamente alta». «En algún momento estaremos todos inmunizados y esta epidemia se irá, pero este problema va a durar durante gran parte del año 2021», señala.

¿Cuál es el panorama sanitario a nivel nacional?

En términos generales, casi todos los distritos están experimentando una disminución de casos de manera lenta pero efectivamente sostenida. Primero en el territorio de la Ciudad de Buenos Aires y después en el resto de las provincias, que en algunas tardó en ingresar el virus. Yo calculo que en dos semanas van a empezar a retroceder definitivamente. Lo que no sabemos es hasta qué punto llega este retroceso de la epidemia, porque estamos en alrededor de 10 mil casos al día, pero el descenso es lento y constante. Si hacemos un esfuerzo grande para tener cuidados generales y tratar de combatir el virus desde la prevención, el descenso de casos va a ser más rápido. Si nos descuidamos, va a quedar en una nueva meseta relativamente alta y esto no sería conveniente porque puede favorecer una segunda ola.

¿Por qué se redujo la circulación del virus en el AMBA?

En todo el mundo es así: el virus hace un brote y, en un momento dado, empieza a retroceder. Donde no están pudiendo controlar los rebrotes es, por ejemplo, en Europa, sobre todo en los países de Europa Central donde en la primera ola tuvieron muy pocos pacientes infectados y ahora están con sistemas sanitarios al tope. Por eso, cuando nosotros descendamos -estamos en ese camino-, tenemos que tener la menor cantidad de casos posibles y ser muy cuidadosos para no tener un rebrote. Ahora estamos en una etapa de cuán rápido nos podemos vacunar versus cuándo viene o no la segunda ola. Este último punto depende mucho de cómo nos comportemos, eso es fundamental.

Recientemente se anunció el paso del ASPO al DISPO. ¿Cree que el Gobierno tomó una decisión acertada?

Sí, porque ya había un claro descenso de casos y había que avanzar a una especie de nueva normalidad adaptándonos a estas circunstancias, o sea realizar la mayor cantidad de actividades posibles sabiendo que el virus está afuera buscándome. Ese desafío es muy importante, por eso una vez más estamos apelando al cuidado de las personas. Hay que hacer cosas similares como en los últimos meses, pero de una manera diferente. No es tanto el qué tenemos que hacer, sino el cómo. Hay que aplicar los estándares de cuidado y protección contra el virus hasta en las actividades más vulgares de nuestra vida cotidiana. De esta manera tendremos menos contagios y a fin de año o lo largo del que viene nos iremos vacunando. Sabemos que la población joven no se va a vacunar en esta primera etapa, con lo cual este sector tiene que mantener muchísimo cuidado. En algún momento estaremos todos inmunizados y esta epidemia se irá, pero este problema va a durar durante gran parte del año 2021.

¿Por qué el número de muertes a causa del COVID-19 sigue siendo alto?

Porque estamos viviendo en este momento la etapa de las infecciones en las provincias. Hemos tenido muchos infectados, se calcula que en la Ciudad de Buenos Aires estamos en un 14 o 15% de infección y, pese a los cuidados y a que todas las personas se pudieron atender, hay una tasa de letalidad del virus que sigue siendo menor al 4%, cuando en algunos lugares de Europa era mucho más alta.

¿Qué perspectivas abre el anuncio de la llegada de distintas vacunas a nuestro país?

Es una perspectiva muy buena, estamos hablando de que en muy poco tiempo van a venir muchas dosis de vacunas de por lo menos dos fabricantes. Después está la de Pfizer que va a estar prontamente, pero no en cantidades tan significativas como la vacuna de Oxford o la rusa. Hay una decisión política muy grande de extender la cantidad de gente que se tenga que vacunar, ese es un anuncio muy bueno porque entonces la resolución de la pandemia a nivel nacional puede ser bastante más rápida. No es fácil conseguir la vacuna, va a venir una puja distributiva a nivel internacional para ver quién la consigue o no. Los preacuerdos que hizo el Gobierno me parecen muy buenos porque fueron a un precio muy razonable y, al mismo tiempo, con una prontitud llamativa. Vacunar a millones de personas es una logística gigantesca, pero el Gobierno se está moviendo activamente para garantizar esto.

¿Hay alguna vacuna mejor?

Eso no te lo puedo decir. Hasta ahora, las dos vacunas que estamos por conseguir ya han demostrado en los estudios preliminares ser muy eficientes en más de un 90 por ciento, eso es mucho más que otras vacunas. Decir más sobre este tema es adelantarse, hace falta más tiempo.

¿Qué objetivos tienen los sectores que buscan infundir miedo hacia la vacuna rusa?

Eso está politizado, me parece que no hace al caso. Vamos a tratar de convencer a la gente para que se vacune así terminamos con esta situación. El objetivo es volver a una nueva normalidad lo más rápido posible. Igualmente, con vacunación y todo, vamos a tener varios meses y no hay que especular porque en el medio te podés infectar, sobre todo los que ya somos mayorcitos. La decisión personal de no vacunarnos puede perjudicar a muchas personas. Eso también hay que ponerlo en la balanza. Si me comporto de una manera equivocada, quien lo puede sufrir es otra persona.

 

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Sebastián Furlong

Licenciado y profesor en Ciencias de la Comunicación (UBA). Retrato periodísticamente el conurbano y la ciudad de la furia. Agenda popular y política para analizar la realidad y aportar al quehacer colectivo.