“Hay que cambiar el mecanismo electoral de la CGT para que estén comprendidas todas las corrientes»

En el Día del Canillita nos comunicamos con Omar Plaini, secretario general del SIVENDIA, para charlar sobre la situación que atraviesa la actividad de venta de diarios y revistas y para conocer su opinión sobre el panorama político y sindical. “Es imprescindible que incorporemos las nuevas tecnologías porque la circulación de diarios y revistas ha caído a su máxima expresión", sostuvo.

Cada 7 de noviembre se celebra el Día del Canillita, en conmemoración de la muerte del dramaturgo uruguayo radicado en Argentina Florencio Sánchez, creador del sainete que se estrenó en 1903 y cuyo nombre les dio identidad a los vendedores de diarios y revistas. A pesar de que Sánchez falleció en 1910, la fecha recién comenzó a celebrarse en 1947, bajo el primer gobierno de Juan Domingo Perón. En el mismo año los canillitas fueron reconocidos por el Estado como colectivo de trabajadores. Luego vino la creación del sindicato y el otorgamiento de su personería gremial, época de prosperidad para el movimiento obrero. En 2009, bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, se promulgó la Ley 26.540 que estableció el 7 de noviembre como día no laborable para todos los vendedores y vendedoras de diarios y revistas.

Actualmente, los canillitas son uno de los tantos sectores golpeados por la pandemia. El descenso de las ventas desde el inicio de la cuarentena significó un duro golpe que agudiza una problemática que, vale decir, no es actual. La decreciente demanda de diarios y revistas es un fenómeno del siglo XXI que está directamente relacionado al avance de las nuevas tecnologías de la información y al cambio en las prácticas de consumo cultural que viraron del papel a lo digital. Sin embargo, a pesar de que la actividad se encuentra en una encrucijada de difícil salida, los canillitas cuentan con una organización sindical de larga trayectoria, condición necesaria para sostener los casi 5 mil puestos de venta que existen en el AMBA y lograr avanzar en la reconversión que la era digital les exige.

Desde El Grito del Sur nos comunicamos con Omar Plaini, secretario general del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de la Ciudad y de la Provincia de Buenos Aires (SIVENDIA). El referente de los canillitas habló sobre la situación compleja que atraviesa la actividad y sobre el rol del Estado. Además sentó posición sobre la renovación del Consejo Directivo de la CGT. “Si diez organizaciones definen el destino de las 224 organizaciones confederadas, quiere decir que algo no está bien”, afirma. 

En una entrevista radial al inicio de la cuarentena, decías que los canillitas debían ser comprendidos dentro del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE). ¿Cómo está la situación actualmente?

No logramos inscribirnos allí. Estamos en una situación muy complicada. Hubo un problema de entendimiento por parte de algunos funcionarios sobre nuestra actividad, que es en relación de interdependencia. Tal vez no pudimos encontrar al interlocutor necesario para ser beneficiarios del IFE, aunque individualmente algunos compañeros lograron acceder, pero muy pocos. Estamos dentro de las actividades esenciales y, en este contexto, ha caído la circulación de diarios y revistas. Antes por lo menos entrabas a un bar y había un diario arriba de la mesa que se lo compraban al canillita más cercano. Hoy nuevamente se están empezando a abrir los bares y confiterías y fijate que no vas a encontrar diarios allí. Somos un sector que está muy afectado por la pandemia. Ya veníamos mal y actualmente se incrementaron nuestras dificultades.

¿Cómo vienen actuando desde el sindicato?

A los compañeros que están en situaciones más complicadas los estamos ayudando con la entrega de alimentos. Todas las semanas armamos bolsones de alimentos que los provee el propio sindicato y que también hemos conseguido a través del Ministerio de Desarrollo Social. Esta es una de las maneras en que ayudamos, además de la entrega de barbijos y alcohol en gel. Por otro lado, he tenido reuniones con el Ministro de Trabajo (Claudio Moroni) y hemos acordado que pronto vamos a activar la Dirección Nacional de Diarios y Revistas, que había sido eliminada por el gobierno anterior. En breve se nombrará un director y será una estructura importante para ver cómo incorporamos las nuevas tecnologías en los kioscos de diarios con el fin de reactivar la actividad. Es imprescindible que incorporemos las nuevas tecnologías porque la circulación de diarios y revistas ha caído a su máxima expresión. Hoy nos salva la venta de coleccionables, esa es nuestra realidad.

¿Cómo están pensando la reconversión de la actividad frente a la inminente desaparición del papel de diario?

Yo no creo que el diario desaparezca, así como no desapareció el libro que todavía sigue vigente. La revista es imposible de reemplazarla y va a seguir junto a los coleccionables, obviamente que en un porcentaje más acotado. El diario a lo sumo podrá pasar a ser digital algunos días, pero los fines de semana seguirá siendo tradicional. Además, nada determina que el pase de un diario en papel a digital sea más trascendente o adquiera más lectores. Eso todavía no ha sido demostrado. De todos modos, nosotros queremos incorporar el e-commerce en los puestos de diarios. Estamos manteniendo conversaciones con Provincia NET. Nuestra intención es incorporar todo aquello que podamos realizar dada la capilaridad que tenemos: casi 5 mil puestos de diarios en todo el AMBA. Trabajamos de domingo a domingo por las características de nuestra actividad. Por lo tanto, qué mejor lugar que un kiosco de diarios para las personas que quieran adquirir un servicio. Por ese camino estamos transitando junto al Ministerio de Trabajo.

Con respecto al panorama político sindical, ¿cuál crees que debe ser el camino a transitar para lograr la unidad de todo el arco sindical?

En primer lugar, nosotros tenemos que volver a la cultura del trabajo. ¿Qué significa esto?: Trabajo con recibo de sueldo. Eso depende del programa económico, político y social que debe encaminar el Gobierno, que es algo que la pandemia ha retrasado, pero que inevitablemente se va a poner en marcha porque el ser humano se dignifica a través del trabajo. En segundo lugar, el tema de la unidad ya está encaminado. A esta altura no hay ningún dirigente sindical que diga que no quiere la unidad. Ahora bien, eso hay que estipularlo sobre la base de qué, para qué y cómo construir esa unidad. El primer punto a considerar es que necesitamos elaborar un programa. El segundo punto es que vamos a tener que cambiar el mecanismo eleccionario de la CGT. De la manera en que está planteado el esquema de elecciones de autoridades del Consejo Directivo, se da que siempre terminan definiendo diez o doce grandes organizaciones. Si diez organizaciones definen el destino de las 224 organizaciones confederadas, quiere decir que algo no está bien. Esto es clave: hay que transformar el sistema de elecciones por congresales e ir a un esquema más directo para tener una CGT más representativa que la actual.

¿Qué escenario imaginás de cara a esa renovación del Consejo Directivo que se pasó para 2021?

Todavía no se vislumbra un escenario de acuerdos, aunque trabajamos en ello. Primero tenemos que cambiar el mecanismo electoral de la Central para que estén comprendidas todas las corrientes que participan en su interior. Después restará ver si las organizaciones que están en la CTA, que también está dividida, se suman o no. Para eso hay que dar algunos pasos orgánicos que están establecidos en los estatutos y luego será voluntad de esas organizaciones si toman esos pasos o no. Pero si nosotros no modificamos el sistema de elección de autoridades, va a ser muy difícil esa unidad. Hoy no hay un programa en común. Reitero, si la forma de elección la deciden diez organizaciones por la cantidad de congresales que tienen, será muy difícil llegar a un proceso de unidad porque las diferencias son bastante notorias. No obstante, vamos a seguir trabajando en ello y ojalá lleguemos a un entendimiento.

¿Cuáles deberían ser los principales puntos de ese programa de unidad?

Los cuatro programas que elaboró la CGT durante sus noventa años de historia tienen más actualidad que nunca. Allí están los puntos principales. El de Huerta Grande, La Falda, 1° de mayo del ´68 o los 26 puntos de Saúl (Ubaldini). Necesitamos una Argentina en donde el Estado sea el eje vertebrador y regulador del proceso socio-económico, con un movimiento obrero que sea el brazo fuerte de las políticas de Estado. Perón lo definía muy bien: el sindicalismo es un condominio con el poder. En el conjunto de ideas plasmadas en esos programas está lo que nosotros necesitamos construir hoy: la administración del comercio exterior, reformular las bases de la economía, el control de la energía y de las finanzas, el control del sistema fluvial, marítimo y portuario. Siempre sobre la base del crecimiento de la producción y del empleo.

 

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Jeremías Herrera

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires