Argentina 2020: la economía pandémica

Durante la pandemia, las respuestas fiscales salvaron vidas y sostuvieron las diferentes redes productivas en la medida de lo posible. Aquellos países donde el COVID-19 llegó antes, sufrieron con mayor intensidad la crisis sanitaria. ¿Cómo queda la economía argentina y en qué situación se llega al 2021?

No es fácil sortear una pandemia mundial con un país endeudado casi a la mitad del PBI y con una tasa de pobreza del 35%. Para saldar esta situación, las políticas llevadas a cabo en medio del COVID-19 estuvieron focalizadas en el cuidado de la salud y en los sectores más desfavorecidos, pero también buscaron sostener la esfera económica.

En la Argentina y en todo el mundo, con distintos grados, los gobiernos brindaron créditos con bajas tasas de interés, así como también colaboraron pagando sueldos y salarios de aquellas pymes y empresas que no podían costear los gastos frente a la inactividad. Otra de las respuestas fue dar contención al bolsillo de las personas: las transferencias directas -como lo fue el IFE- resultaron fundamentales para muchas personas, ya que permitieron cubrir las necesidades de consumo mientras que los programas al desempleo o los subsidios a las pymes resultaron algunas de las principales fuentes de ingresos.

De todas maneras, la contención brindada fue insuficiente: “los impactos sociales y económicos de la pandemia profundizaron la situación de vulnerabilidad social (…). La crisis afecta sin duda a toda la sociedad, pero impacta mucho más a los hogares que ya se encontraban en la pobreza”, explicó CIPPEC en su informe “Impacto social del COVID 19 en Argentina. Balance del primer trimeste del 2020″.

Al interior de los hogares más perjudicados, la lectura es clara: quienes más dificultades tuvieron para sortear la pandemia fueron aquellos hogares monomarentales, las parejas con niñes o las familias extendidas. No es casualidad que estos mismos grupos, junto con les adultes mayores y les jóvenes, sean quienes mayores dificultades encontraron para insertarse o gozar de condiciones dignas en el mercado laboral, habitacional, educacional y de salud.

En el caso de Argentina, durante la primera mitad del año, la tasa de pobreza aumentó un 5% respecto al período anterior, significando el ingreso a la pobreza de 2,5 millones de personas. De todas maneras, se estima que -sin la contención social llevada a cabo desde el Gobierno- casi 1,2 millones de personas extra hubiesen caído bajo la línea de pobreza.

Fila para cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE)
Deuda externa y coso

La crisis fue mundial. La pandemia golpeó a todas las economías, sean europeas, de Oceanía, asiáticas, africanas o latinoamericanas. En el caso de Argentina, la recesión económica llegó a ser del 17% y, según el Banco Mundial, fue la más dura de la historia.

La relación tensa y a veces dicotómica de Argentina con el Fondo Monetario Internacional, es uno de los próximos interrogantes en materia de política económica internacional. El FMI, además de no representar nada bueno ni nuevo para las historias latinoamericanas, es nuestro principal acreedor. Pero no solo eso, sino que para el FMI somos sus principales deudores: somos quienes más plata le debemos frente al resto de los países. En ese sentido, uno de los logros durante el 2020 -conducido por San Guzmán- fue la reestructuración de la deuda estirando vencimientos: es decir, ahora tenemos más tiempo para conseguir esos dólares que debemos y devolverlos.

De cara al 2021

La pandemia vino a poner sobre la mesa lo que muches de nosotres ya sabíamos: hay que cambiar la manera en que producimos y la forma en que generamos redes de cuidado. Se viene un año con un montón de responsabilidades y el Gobierno tiene que brindar su atención a las demandas. Las redes de cuidado deben ampliarse protegiendo a todas las infancias y vejeces, personas con discapacidades, les trans, travas, no binaries, afroargentines tengan espacios de contención y cuidado que sean garantizados, ya no solo por los núcleos familiares, sino también por el Estado y los privados. En tanto, el mercado laboral deberá migrar a estructuras menos hostiles para las identidades feminizadas y no heterosexuales colaborando a cerrar la brecha salarial existente.

En cuanto a la deuda externa, el Gobierno deberá proponer un esquema de obtención de dólares para saldar la misma. La reactivación económica será el principal eje: “será imprescindible avanzar en la transición de las políticas de ingresos por la emergencia hacia un esquema que dialogue con la paulatina recuperación de la actividad y las condiciones fiscales y, al mismo tiempo, permita asegurar pisos de protección social”, plantearon desde CIPPEC al respecto. Algunas dudas sobre educación, salud y transporte público quedan también en agenda: cómo garantizar su buen funcionamiento permitiendo el acceso para todes.

 

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Lucía Sánchez Barbieri

Escribo sobre economía pero no me preguntes por el dólar. Latinoamericana, lesbiana y militante. Tomando mates y viajando.