Una serie de manzanas en las que se restringe el tránsito por sus calles interiores. Una apuesta a la peatonalización, a la reducción de la circulación vehicular y al aprovechamiento del espacio público urbano. El jueves pasado, la Legislatura porteña aprobó el proyecto que prevé la creación de supermanzanas en Buenos Aires tal y como funcionan en otras ciudades del mundo como Barcelona o Madrid.
Desde los colectivos de arquitectos y urbanistas señalan que entre el 70 y el 80% de los espacios en las calles se dedica actualmente al tránsito vehicular, mientras que apenas un 20% queda librado a los peatones. La idea de las supermanzanas es cerrar el espacio interno y trasladar la circulación a los perímetros externos, formados por avenidas o calles de mayor circulación.
«Es el espacio público lo que nos hace ciudadanos. Con el paso del tiempo hemos perdido el origen de la palabra, pero al final lo que define la ciudad es ese lugar, que es la casa de todos, y es el que hace que los ciudadanos puedan manifestarse en toda su amplitud», explicaba hace unos pocos años Salvador Rueda, arquitecto español y uno de los impulsores de este sistema en la península ibérica. «Hemos ocupado el espacio con unos artefactos ‘infernales’: hacen mucho ruido, producen una contaminación horrible y ocupan todo el espacio. No permiten hacer otra cosa aparte de que la gente circule por esos espacios. Lo que tenemos que hacer es un cambio de modelo de movilidad que nos permita liberar el espacio que hoy ocupa la motorización», agregaba.
Ahora, y al calor de la pandemia, la Ciudad de Buenos Aires tiene su propia ley de supermanzanas. La peatonalización de algunas zonas en diferentes barrios porteños durante la pandemia, fungió como disparador de esta nueva propuesta urbanística, que ya había sido presentada por el entonces legislador Maximiliano Ferraro en el año 2018. Si bien la ley aprobada este jueves no define la ubicación de las nuevas supermanzanas, se explicita que el Ejecutivo porteño tendrá la potestad de ubicarlas en diálogo con las comunas o a raíz de convocatorias de participación ciudadana.
El proyecto permite que estas supermanzanas puedan instalarse incluso en determinadas franjas horarias específicas, como funciona por ejemplo la peatonalización de la Avenida Corrientes. Además de reducir el uso de automóviles e incentivar el uso de la bicicleta, otro de los objetivos del proyecto consiste en amplificar el uso del espacio público por comercios gastronómicos, tal como viene sucediendo en algunas zonas de la Ciudad luego de la salida del aislamiento.
Según el texto del proyecto, la medida busca generar «espacio público de cercanía para los vecinos y las vecinas y fomentar la participación ciudadana en su diseño y cuidado; contribuir a una ciudad más verde a través del aumento de la superficie absorbente utilizando dispositivos ambientalmente sustentables y promover un estilo de vida saludable, natural, lúdica, interpersonal y comunitaria» .
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:
Los paraísos fiscales de Larreta se expanden con una nueva quita de impuestos
