Una respuesta a Infobae desde la comunidad afro

La periodista Claudia Peiró publicó una nota para el portal Infobae negando el racismo en Argentina y cuestionando la creación de una Comisión Nacional para el Reconocimiento Histórico de la Comunidad Afroargentina que impulsa el INADI. ¿Cómo funciona el racismo estructural y por qué hay tanto miedo en algunos sectores sociales?

El pasado 15 de noviembre, en reacción al anuncio de la creación de la Comisión Nacional para el Reconocimiento Histórico de la Comunidad Afroargentina del INADI, la periodista Claudia Peiró publicó una nota para el portal Infobae negando el racismo en Argentina y considerando que esa iniciativa es “una barbaridad y un sinsentido”, al igual que todas las acciones de reparación histórica hacia los pueblos originarios. Si bien esa publicación no sorprendió a les referentes y agrupaciones afroargentinas y afromigrantes en Argentina, lo que sí decepcionó fue descubrir que sus (ex)profesores y profesoras han participado en esa campaña “infeliz”. Un afrodescendiente nos explicó que tuvo como docente en sus primeros años de la Licenciatura en Sociología de la UNSAM a Luis Alberto Romero, quien ha declarado que reparar a los afroargentinos/as por los crímenes de lesa humanidad (trata, violación sexual, explotación, genocidio, etnocidio y racismo, entre muchas otras) “agrega más elementos de fractura a nuestro pobre presente”. Esa apariencia “intelectual” de la nota ha sido repugnada por todos los afroargentinos/as y los afromigrantes, no solo por ser una reacción de los privilegiados blancos y blancas que son tan cómodos socialmente y egoístas sino también por los daños que esa manipulación de los hechos históricos y conceptos pueden causar a todos los jóvenes, quienes deberían ser bien formados e informados para asegurar un futuro de iguales derechos y oportunidades sin importa la etnia, el género y la nacionalidad.

En ese sentido, la filósofa Jessica Paola Vargas Guzmán afirma: «(…) En los jóvenes, los discursos y propagandas racistas causan problemas psicológicos porque se parte de una idea de lo bueno y de lo malo, uno empieza a pensar que su color está mal y no que la sociedad quiere homogeneizarlo todo».

¿Por qué tanto miedo en algunos sectores de la sociedad?

En este proceso de avance y conquista existen un grupito de intelectuales conservadores y medios de comunicación que son decididamente anti “derechos humanos”. Podemos ver que quienes escriben y abonan a este tipo de artículos con pretensiones de objetividad y de cientificidad, además de estar en contra de los derechos de la población afro, están en contra de los feminismos, de la interrupción legal del embarazo, de los derechos de los pueblos originarios y de todos los derechos que puedan reclamar las y los más desfavorecidos de nuestra sociedad.

Intencionalmente, ocultan las evidencias que aportan todas las investigaciones desde las ciencias sociales en pos de sostener el supuesto país blanco que les permite sostener sus privilegios. Una exploración rápida que cualquiera puede hacer de la biografía de estos “intelectuales”, tan interesados en obturar el reconocimiento de las personas afro y asociar su presencia sólo a un pasado ya lejano reproduciendo la invisibilización, nos da cuenta de que en realidad son personas que operan como justificadores académicos para desconocer la desigualdad, “nos fuimos mezclando todos”.

Son sostenedores y sostenedoras de un proyecto de país que quiere mantener la exclusión de las personas que no representan su ideal de Nación con el argumento de que Argentina es un país inclusivo y mestizado donde el racismo no tiene lugar. Es necesario no tan solo repudiar con mucha potencia sus argumentos, ya que su intención primera es la de negar derechos a todas las personas, sino también desmontar sus interpretaciones.

¿Qué es el racismo estructural que la nota niega?

El racismo estructural, que es negado por la nota de Infobae, deviene de procesos históricos sobre los cuales se crearon las estructuras de la sociedad argentina. La idea de que este país es en realidad un “crisol de razas”, donde estamos “todos mezclados” y no hay lugar para la diferencia, intenta desconocer que las poblaciones no “blancas” sufren condiciones materiales de vida más precarias y discriminación.

Sé es pobre porque sé es afrodescendiente, originario, migrante, etc. El otro, oscuro, negro, mestizo o marrón tiene su cuerpo racializado según un orden jerárquico que pone a la blanquedad en la punta de la pirámide social. Escribir y reproducir una nota como lo hace Infobae, que se opone a que haya una comisión que reconozca a una comunidad, es ya en su simple existencia una prueba de la negación al reconocimiento del otro. Negar al otro, invisibilizarlo, asociarlo al pasado y a la no-existencia es un mecanismo para sostener la desigualdad.

Para el psiquiatra argentino Alfredo Grande, el problema no es la ideología que tiene una persona, ya que «toda ideología necesita un discurso justificatorio (…) los denominados intelectuales (periodistas, politólogos, cientistas sociales) padecen de un mecanismo de defensa denominado ¨intelectualización¨. Frente a situaciones que angustian por su complejidad recurren a un mecanismo para encubrir. La racionalidad deja de estar al servicio de descubrir, sino que se pone al servicio del encubrimiento y la mistificación».

El racismo no está considerado como una enfermedad mental, por lo que se puede observar la psiquiatría que algunas personas racistas con enfermedades mentales como la megalomanía y la psicopatía pueden conllevar un peligro aún mayor para la sociedad y para los individuos de otras etnias. Alfredo Grande cree que la psiquiatría puede aportar algo más: «La salud pública necesita que se acepten plebiscitos vinculantes, revocación de mandatos, descentralizar las decisiones que afectan a la población en forma directa. En ese sentido, la lucha colectiva es una respuesta saludable en términos de salud social. La psiquiatría comunitaria y cooperativa brinda un aporte sustancial».

La importancia de una Comisión Nacional

El nacimiento de esta Comisión Nacional es fruto de la labor militante de las organizaciones y agrupaciones feministas, LGBTQ+ y académicas, de les afrodescendientes argentinos y migrantes que estamos en el camino de la recuperación de las raíces afro de la nación argentina. El movimiento social afroargentino interpela al Estado, y es gracias a esas luchas históricas que se consiguió la ley del Día de los Afroargentinxs y la cultura afro en homenaje a María Remedios del Valle, la inclusión de la pregunta étnico racial en el censo nacional, y otras conquistas dentro de la perspectiva de los derechos humanos.

La presión que desde abajo generan las acciones y demandas del colectivo afrodescendiente es el impulso primero para la consolidación de las políticas públicas, y es la misma comunidad la que brinda herramientas que permiten revalorizar y transmitir la historia y la cultura afroargentina. Si bien es cierto que los movimientos sociales necesitan una apertura del Estado para llevar adelante sus demandas, esa apertura no nace por generación espontánea ni por una decisión política creativa e intencionada, sino que es la consolidación de décadas de lucha por el reconocimiento. En ese marco hay que entender la reciente creación de la Comisión Nacional para el Reconocimiento Histórico de la Comunidad Afroargentina del INADI.

Por eso, con la creación de estos espacios que se acompañan de la solidaridad de los afroargentinos/as, las personas afromigrantes van camino a defender el derecho al reconocimiento, la inclusión y la lucha contra el racismo, la discriminación y la pretensión de continuar invisibilizando ciertas movilizaciones sociales bajo los criterios de nacionalidad, de generación y de sangre como lo habían hecho los esclavistas en un momento, valores que hoy continúan siendo defendidos por los conservadores, los racistas y los anti-derechos humanos.

 

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