Milagro, mil ochocientos veintisiete días después

La dirigente de la Tupac Amaru sigue en prisión domiciliaria por una condena no firme, y a la espera de que la Corte resuelva su situación. Organizaciones sociales y políticas marchan hoy para reclamar su liberación. "Sólo pedimos un juicio justo", dijo su abogado, Luis Paz.

Un día como hoy, hace cinco años, el entonces ministro de Seguridad de Jujuy, Ekel Meyer, irrumpía en la casa de Milagro Sala con una orden de allanamiento y otra de detención. Las resoluciones las firmaba un tal Raúl Gutiérrez, ante quien los abogados de la líder de la Tupac Amaru nunca pudieron presentar ningún papel, porque acto seguido de firmar se pidió licencia y abandonó el juzgado. La orden decía: “instigación a la comisión de delitos” y “tumulto”. Milagro fue trasladada en un patrullero sin patente a la comisaría 13 de la mujer, y cuatro días más tarde al penal de Alto Comedero. La escena marcó el inicio de una persecución política sobre la que se fueron amontonando más tarde 16 causas, cinco juicios orales y tres condenas –ninguna firme hasta el momento– que acumuladas llegaron a sumar 20 años de prisión. El detonante fue un acampe que llevaba 32 días sobre la plaza frente al despacho del gobernador radical Gerardo Morales, reelecto en 2019.

Mil ochocientos veintisiete días después, Milagro continúa en prisión domiciliaria preventiva en su chalet de San Salvador. Cumple una condena no firme de 13 años en el marco de la causa “Pibes Villeros”, en la que fue juzgada por “asociación ilícita, extorsión y defraudación al Estado” por el tribunal Oral número 3 de Jujuy, cuya titular, la jueza María Alejandra Tolaba, fue designada a dedo luego de haber reprobado el concurso no una, sino dos veces. La defensa de Milagro apeló a la Corte Suprema el 18 de marzo del año pasado, dos días antes de la entrada en vigencia de la cuarentena. Casi un año después, los supremos no demuestran tener ningún apuro en tomar una decisión. Es por eso que la movilización de este mediodía para reclamar por su liberación se dirigirá precisamente hacia el Palacio de Tribunales.

“Esta es la Corte del lawfare, no nos inspira ninguna confianza. Es una corte política, no una corte de la constitución”, dijo a El Grito del Sur Luis Paz, abogado de Milagro desde el primer día. “En la apelación que hicimos está documentado cómo se llegó a la condena: un juicio en el que no se le permitió a la defensa presentar medidas de prueba, en el que nos rechazaron más de 70 testigos, en el que el Tribunal negó cualquier tipo de registro de las audiencias. Además, Milagro fue excluida del juicio durante 60 días; en Argentina, el juicio en ausencia no está permitido. Son todas irregularidades que dan cuenta que Milagro es una presa política, porque no pudo ejercer su derecho a defensa. Y eso la Corte lo sabe, lo sabe Morales, lo sabe el Gobierno, lo saben todos”, describió.

La condena de 13 años que hoy Milagro cumple preventivamente surge de la causa en la que se la investigó por desvío de fondos públicos para la construcción de viviendas populares, conocida como “Pibes Villeros” por el nombre del barrio. El expediente es un espejo de la famosa “Megacausa”, también por casos de supuesta corrupción relacionados con las obras de la Tupac. En esta última, venció el plazo de la prisión preventiva.

También se cayeron las causas por el acampe y la causa de las «Bombachas», por “llamados intimidatorios” a una comisaría. En la causa de los “huevazos” en un escrache que sufrió Morales en 2009, fue condenada a 3 años pero la sentencia fue revocada por la propia Corte Suprema. Los mismo sucedió con la causa de las supuestas agresiones a un dirigente social de nombre Lucas Arias: primero fue condenada a cuatro años y luego la Corte provincial la absolvió. La última absolución de Milagro fue en la causa “Balacera de Azopardo”, donde se la acusaba de tentativa de homicidio. “Todas se fueron cayendo porque se con el tiempo eran insostenibles, un mamarracho, incluso para los jueces de Morales, algunos de los cuales con algo de independencia entendieron que no podían avalarlas, pero de todas maneras les sirvieron para mantenerla presa”, explicó Paz.

Consultado por el tema, el presidente Alberto Fernández dijo que Milagro “lleva cinco años presa por procesos irregulares”, una forma elegante de eludir el término “presa política”, que prácticamente desde el primer día de su gestión genera rispideces al interior del Frente de Todos. La propia Milagro le pidió ayer que “vaya viendo qué acuerdo puede hacer” para liberarla a ella y a sus compañeras, y reclamó por el «fin de la prisión domiciliaria en suspenso». “Lo único que pedimos es un juicio justo”, afirmó Paz.

Pero más allá del Presidente, la última palabra la tienen los Supremos: de ellos depende hoy la libertad de Milagro. En sus despachos está el recurso de queja presentado por Paz por las irregularidades de la última sentencia que la mantiene en prisión domiciliaria. También pesan los reclamos de la CIDH para que se cumplan sus cautelares y los pedidos de libertad que realizan organizaciones como Amnistía Internacional, que realizó la campaña a nivel internacional alertando sobre la lesión del derecho a la protesta y a la organización popular que generó la detención de la dirigente.

Convocada para las 12hs en Talcahuano al 500, frente a los despachos de la Corte, la marcha de hoy será la reedición de las que ya se hicieron cada 16 de enero durante los años de gobierno de Mauricio Macri por la liberación de Milagro. La convocatoria estuvo acompaña de una solicitada con 16 mil firmas. «Cinco años de injusticia. Cinco años de arbitrariedad. Este 16 de enero se cumplen 5 años de la detención arbitraria de Milagro Sala. Desde entonces hasta hoy continúa detenida, en el último tiempo con prisión domiciliaria, al igual que otros compañeros y compañeras de su organización”, reza el documento, que firmaron entre otros el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi; el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla; la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza; la asesora presidencial, Dora Barrancos; el dirigente de Patria Grande, Juan Grabois y el padre «Paco» Olveira, del grupo Curas en Opción por los Pobres, entre otros.

En Jujuy, en tanto, las cosas estaba un poco más complicadas: varias organizaciones hermanas de la Tupac denunciaron en la víspera del aniversario de hoy que sufrieron amenazas para no marchar, además de que Morales anunció que San Salvador amanecerá hoy vallada y con un fuerte despliegue policial para evitar que los manifestantes lleguen a la plaza donde se desencadenó esta historia cinco años atrás.

“Paco”, una de las principales figuras que respalda a Milagro, le dijo a El Grito del Sur sobre la solicitada: “Cuando uno va a Jujuy y ve la inmensa obra que hizo Milagro junto con la Tupac Amaru uno ve la capacidad de esa mujer indígena de organizar a los pobres y de construir. Y a los poderosos eso les molesta, porque les quita su poder. Pero lo que más me llamó siempre la atención sobre Milagro es cómo empezó. Empezó haciendo la copa de leche, les decía a las vecinas «vamos a hacer una copa de leche para que nuestros pibes puedan merendar». El hambre fue lo que empezó a unirlas. Pero ver hoy como se fue derrumbando todo lo que habían construido porque el Estado prohibió seguir adelante con las escuelas, con el secundarios, con los jardines, con los parques, da una tristeza tremenda. Pero más pronto que tarde, venceremos. Como dice una pintada en Chile, aunque usted no lo crea, venceremos”.

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Matias Ferrari

Periodista, comunicador y militante social. Trabajó en Página/12 y colaboró en la investigación del libro "Macristocracia" publicado por Editorial Planeta.