No es un juego

El uso del femicidio de Lola Chomnalez y Ángeles Rawson en un show de preguntas y respuestas en la TV demostró hasta que punto se necesitan organismos de control que sancionen a las corporaciones mediáticas. Aun contando con las herramientas para capacitarse, no dejan de reproducir misoginia y de vulnerar los derechos de miles de mujeres y niñas que deben dejar de ser tratadas como objetos de consumo y entretenimiento.

Repudiamos el uso, cosificación y banalización de la violencia sistémica contra las mujeres, realizado por el programa “Mejor de Noche» de Canal 9, en relación a Ángeles Rawson, víctima de un feroz feminicidio en el que, en un intento de violación, fue golpeada hasta producirle 7 fracturas y estrangulada hasta morir con 16 años de edad. Anteriormente este mismo programa utilizó en igual sentido los feminicidios de Nora Dalmasso y de Lola Chomnalez.

Como integrantes del movimiento feminista, estamos siempre dispuestas a colaborar, capacitar y construir, pero no sin antes denunciar que necesitamos organismos de control presentes, que sancionen a las corporaciones mediáticas que, aun contando con las herramientas para capacitarse, NO dejan de reproducir misoginia, vulnerando los derechos de miles de mujeres y niñas que deben dejar de ser tratadas como objetos de consumo y entretenimiento.

Es por ello que repudiamos el USO Y DESCARTE de nuestros cuerpos, vidas y sentimientos convertidas en espectáculo para exclusivo beneficio y lucro económico de un sector y que se sigue ejerciendo en los medios de comunicación masivos.  Este tipo de acción alimenta y claramente reproduce un mundo colonizado por el consumo que queremos dejar atrás, porque nos mata y nos maltrata en total impunidad.

Sabemos que el patriarcado utiliza todas las herramientas que tiene a su alcance para perpetuar el discurso de odio y sumisión, que lo sostiene en el poder, no solo político sino mediático y económico. Y por ello, no podemos dejar de denunciar una y otra vez, que los feminicidios son crímenes de odio, perpetrados por hijos “normales” del patriarcado, que han sido educados desde la más tierna infancia, para ejercer su poder físico, psicológico y económico sobre aquellas a las cuales la sociedad sigue considerando como sujetos inferiores, débiles y necesitadas de tutelaje, cuando no meros objetos de exhibición y explotación. Basta. La banalización mata. La insensibilidad frente al delito y la violencia machistas matan. La lógica del lucro sin límites sobre el cuerpo de las mujeres y disidencias mata. NOS mata. Entiéndanlo.

Y no sólo mata, impide construir vínculos y relaciones sanas en una sociedad sana.  Este es un sistema enfermo y lo acontecido en el programa “Mejor de Noche” es el síntoma que debe disparar todas las alarmas.

Es agotador para nosotras tener que denunciar una y otra vez hechos como los ocurridos en el programa de Leo Montero. No solo duele por las víctimas, por sus familias y amigos sino porque necesitamos empezar a construir una nueva discursividad, conciencia y sensibilidad en los medios y parece que no todos están dispuestos a hacerlo.

Cerramos un 2020 con un logro inconmensurable para el movimiento feminista y la sociedad en general que significó la sanción de la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Las calles y las redes sociales como así también algunos medios de comunicación, se llenaron de alegría por el logro de un derecho básico e imprescindible que es decidir sobre nuestros cuerpos y proyectos de vida con plenitud, libertad y una conciencia propia y no impuesta.

Sin embargo, la fiesta en un mundo machista y patriarcal dura poco para las poblaciones históricamente vulneradas, no sea que le tomemos gusto a gozar de derechos, y a los varios femicidios ocurridos en los pocos días que van del 2021 se suman expresiones misóginas y altamente violentas en un canal de la tv abierta, que parece entender que la muerte de mujeres en manos de violentos puede ser objeto de una trivia y entretener a miles de argentinos que consumen este tipo de programas.

La fiesta nos duró poco, tuvimos que volver a la lucha y a la denuncia. Pero no se equivoquen, estamos más vivas, despiertas y juntas que nunca y al silencio no volvemos NUNCA MAS.

 

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