No Tan Distintes cumple diez años

La organización de mujeres, lesbianas, travestis y trans en situación de calle celebra una década de vida. Racconto de un proyecto que logró superar el asistencialismo para tejer redes de contención.

El 13 de marzo, la organización No Tan Distintes cumplió una década trabajando con mujeres y personas trans en situación de calle y lo celebró a todo trapo en un vivo por su canal Youtube. Las guirnaldas, globos y cotillón fueron la escenografía de un recorrido histórico que comienza en 2011, cuando deciden desprenderse de la organización mixta Perdidos en Retiro, continúa en 2015 al frente del Frida, el único centro de integración para mujeres y personas trans en CABA y llega al día de hoy con No Tan Distintes (NTD), rebautizada en lenguaje inclusivo y apostando a Casa Leonor, un alquiler colectivo en Merlo donde cuatro compañeres comparten gastos, cultivan la huerta orgánica y se autosustentan. Para elles, el paso de la O a la A y después a la E marca tres estaciones de un camino sinuoso e irreverente por donde pasaron cientos de personas que acompañaron y fueron acompañadas, tejieron amistades, armaron complicidad y forjaron un proyecto común que logró superar el asistencialismo y el pa/maternalismo partiendo de una base: la calle no es un lugar para vivir y las posibilidad de acceder a un techo debe ser para todes.

“Ya en el 2011 nosotras veíamos cómo los varones violentaban a las compañeras en las ranchadas, por eso nos dimos cuenta que era imprescindible tener un enfoque feminista, incluso cuando en ese momento no lo nombrábamos así”, explica a El Grito del Sur Daniela Camozzi, integrante de NTD. “A lo largo del tiempo nosotras también fuimos cambiando. Conocer a tantas compañeras trans en Frida fue totalmente revolucionario. Lo mismo con la huerta en casa Leonor y el traspaso de lo rural a lo urbano. Cambiar de la A a la E no es una formalidad burguesa, lo sentimos en el cuerpo”, agrega.

“Llegar a la E es lo que yo llamo la Queerización de nuestra organización. No tiene que ver sólo con integrar a las personas LGBT+ sino dejar la mirada asistencialista, pasar de la institución a la autogestión”, cuenta Florencia Montes Paz, una de sus fundadoras.

Además de la Casa Leonor y los acompañamientos, actualmente la organización funciona en el TUM (Taller de Usos Múltiples) por donde pasan todas las semanas 25 activistas y 50 compañeras, alternadas por protocolo. Allí se gestionan los trámites necesarios para garantizar el acceso a derechos, como el DNI, el cambio de identidad de género, los subsidios habitacionales, la reinserción escolar y el armado de CV, se generan espacios de reflexión política y se dictan talleres de arte, reciclado, poesía y fanzine. Durante el aislamiento, estos espacios debieron trasladarse a la virtualidad para que la distancia elongue pero no desgarre las cartografías que habían logrado trazar.

Mamacha conoció la organización en el barrio Padre Mugica, cuando las militantes iban a repartir comida. Para ella las pibas de la chocolatada, como las llamaba en un primer momento, cambiaron su vida. “Era muy emocionante, porque vos andabas en la calle, drogándote y venían a buscarte, a traerte ropa, comida. En los cumpleaños siempre tenían algo”. “Cuando estuve privada de mi libertad fueron las únicas que estuvieron conmigo, en las buenas y en las malas. Si no fuera por ellas hoy en día estaría presa. Yo creía que nunca iba a salir porque la droga me podía, si me dabas a elegir entre mi libertad y la droga yo elegía la droga, pero hoy en día por las esperanzas que me dieron hace dos años que no consumo, tengo un trabajo, estoy por terminar el colegio, voy por mucho más”, asegura.

Morena es una de las residentes de Casa Leonor. Ella conoció a No Tan Distintes en el Frida y actualmente se dedica a realizar acompañamientos. Cuando se le pregunta por las herramientas que se ponen en juego a la hora de sostener a quienes quieren salir de la calle, la primera palabra que le viene a la mente es deseo. “El deseo, la contención, los talleres. Para mi es muy importante acompañar a chicas que estuvieron en la misma situación que yo”, asegura la activista que asiste a las mujeres, travestis y trans privadas de la libertad. En 2019, NTD comenzó a dictar la “Formación en acompañamientos integrales, feministas y populares” que ya tuvo 20 egresades. Esta semana las formaciones reiniciaron de manera presencial y virtual con más de 200 inscriptes. Si bien son de carácter abierto, la intención es que les propies integrantes de NTD puedan capitalizar sus logros y transmitir su experiencia.

“Para mi las No Tan Distintes son mi familia, me ayudaron un montón. Hoy en día estoy ayudando a compañeras gracias a ellas. Eso para mí es muy importante porque yo pude salir de la droga y quiero hacer todo lo posible para que las demás también puedan tener su techo”, expresa Adriel, quien también atravesó la formación y vivió casi un año en la casa colectiva. “Si durante el tiempo que estuvimos en Frida apostamos a una institucionalidad amorosa, nos dimos cuenta que eso quedaba corto porque enseguida se volvía rígido, por eso la idea de la casa colectiva y la intención de multiplicarlas. Sin embargo, estas políticas sociales que llevamos a cabo las organizaciones requieren una articulación con el Estado y una traducción en políticas públicas que permitan financiar estos proyectos. Ver cómo la sociedad se puede modificar para no pedirte todas las limitaciones burguesas que son el depósito, etc.”, manifiesta Camozzi.

El último censo popular de personas en situación de calle, realizado por las organizaciones sociales en 2019, contabilizó 7.251 personas sin un techo y 20.000 en riesgo de estarlo sólo en CABA. Recientemente, el diputado nacional Federico Fagioli presentó en el Congreso un proyecto de ley que busca generar políticas transversales para garantizar el acceso a la salud, vivienda y trabajo a las personas sin techo. La propuesta incluiría medidas con perspectiva de género a cargo del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad. Sin embargo, desde No Tan Distintes aseguran que la problemática continúa invisible para gran parte de la sociedad, incluso los feminismos en sus plurales vertientes. “Hay todo un recorrido que el feminismo debe hacer para volverse realmente popular e interseccional y que no quede sólo como una declamación. Es necesario cambiar las prácticas, que se puedan movilizar los recursos y salir de estos diagramas de clases”, continúa la poeta, quien enfatiza que en el TUM se igualan las diferencias de clases. “Para mí lo rico está en el encuentro y en cobijarnos ahí. Creo que es uno de los lugares lábiles y flexibles donde el feminismo puede hacer ese pliegue”.

Aún en la algarabía del festejo, No Tan Distintes sigue trazando horizontes colectivos: crear cooperativas que les permitan autosustentarse, reproducir las casas colectivas, coordinar con otras organizaciones para generar más espacios comunes, aumentar los días del TUM. Además, en conjunto con la Asamblea por los Derechos de las Personas en Situación de Calle, se encuentran trabajando en un observatorio de violencias contra las personas que viven en esta condición. “Estamos en el momento de multiplicar lo que venimos haciendo y en ese sentido seguir dando la lucha para que se pueda traducir en políticas estatales, la idea siempre es llegar a más compañeras”.

Cuando el evento termina, las pibas cantan. Dicen que están ATR, A de Autonomía, Autocuidado y Autogestión; T de Territorio, Trabajo, Tierra y Transformación; R de Rebeldía, Revuelta y Revolución. Ninguna palabra es casual, ninguna se susurra ni se dice en vano. El sonido no se pierde ni siquiera en el griterío de voces alegres. Son esas voces, las que tantas veces fueron silenciadas, obligadas a camuflarse por su propia supervivencia, las que ahora marcan el ritmo. Ellas, que gritan, ahora que sí las ven.

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El Grito del Sur es un medio popular de la Ciudad de Buenos Aires.
Fundado el 23 de septiembre de 2012 en el natalicio de Mariano Moreno.