Salario real: cuál es el plan para detener una caída de cinco años consecutivos

El salario real no para de caer desde hace 5 años: se desplomó un 15,4% en el sector privado y un 29% en el sector público. El Gobierno busca un acuerdo entre precios y salarios, pero diferentes centros de estudios no creen que esto sea suficiente.

Fue el mismo Presidente, en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso, quien dijo que uno de los objetivos fundamentales de la post pandemia “será incrementar paulatinamente el salario real”. El Gobierno armó para esto una “mesa de concertación de precios y salarios junto al sector empresario y sindical”, bajo la máxima de Alberto Fernández de que “el diálogo va a contribuir en el proceso de desinflación”. Según el mandatario, “debemos hacer que los salarios crezcan y los precios se estabilicen. El sistema capitalista fracasa en el mismo instante en que los que consumen son expulsados del mercado. Ninguna sociedad crece empobreciendo a los que viven de un salario”. Y para eso “es central coordinar esfuerzos para que el salario le gane a la inflación”, agregó.

Ahora bien, la situación no es fácil. El punto de partida es complicado, ya que venimos de dos años de marcado retroceso del salario real (-12% en 2018 y -6% en 2019), y solo un leve incremento del 1% en el 2020 según el Ministerio de Trabajo. El escenario es todavía más difícil si analizamos “El descenso del salario real tras las dos pandemias”, nombre del último informe presentado por el centro de investigaciones CIFRA de la CTA. Allí aseguran que “los salarios reales de los trabajadores registrados en el sector privado sufrieron una reducción promedio de 15,4% entre noviembre de 2015 y el mismo mes de 2020”, pero advierten que “la mitad de los trabajadores tuvieron caídas superiores al 19%”. Más complicados aún se encuentran los salarios del sector público, los cuales no gozaron de la leve mejora que tuvieron los salarios privados durante el primer año del gobierno del Frente de Todos (donde se recuperó 1,7% del salario real). Por lo tanto, “los salarios públicos mantuvieron la tendencia decreciente que se había constatado durante la gestión macrista. Y como resultado de ello el salario real en este sector fue en diciembre de 2020 un 29% inferior al de noviembre de 2015”.

Esta situación de caída precipitosa del salario real plantea un escenario complejo, en donde la política que impulsa el Gobierno pareciera no alcanzar. Según CIFRA, “un acuerdo de precios y salarios que supere levemente la inflación no resultará suficiente”.

Pablo Manzanelli, coordinador de CIFRA, aclara este punto de vista en diálogo con El Grito del Sur: “Llevamos prácticamente un lustro de caída del salario real, que obviamente tuvo su punto más importante de caída en el gobierno de Macri, en el marco de la perspectiva devaluatoria que tuvo el anterior gobierno en el 2016 y en el marco del ajuste del 2018 y 2019, cuando se conjuga la valorización financiera con la fuga de capitales y acelera una situación de fragilidad y provoca una caída muy importante del poder adquisitivo de los salarios. Esto en la pandemia no se puedo revertir, y cinco años de caída del salario real no se puede obviamente esperar que se resuelvan en un solo año. Al mismo tiempo, la profundidad de esa caída y la necesidad que tiene la Argentina de reactivarse de modo exitoso vuelve necesario e importante que los salarios logren estar dos puntos por encima de la inflación”.

Las paritarias serán importantes para recomponer el salario real, aunque esto debe estar acompañado por otras variables. Como se detalla en el último informe de coyuntura del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), “el Gobierno organiza estrategias en tres frentes: el microeconómico, el macroeconómico y el político”. En materia microeconómica, se buscan acuerdos puntuales ante aumentos injustificados en un mercado puntual, como en el caso del maíz y las carnes. En el aspecto macroeconómico, el Gobierno tiene la responsabilidad de garantizar la previsibilidad de las variables clave: tipo de cambio y tarifas.

Pablo Manzanelli coincide en que deben tomarse varias medidas. “Por un lado, sirve un acuerdo económico y social que ponga sobre la mesa la situación real que viven los trabajadores, porque a la par que cayeron los salarios, lo que más cayeron fueron los costos laborales y esto generó un crecimiento en el margen de ganancia de la parte empresaria, que debe poner su aporte a esta crisis inmensa que está viviendo la economía argentina. Por otro lado, el Estado debe hacer su contribución con respecto a los salarios públicos, que vienen decreciendo más que el de los trabajadores privados. Por ultimo, hay que tener en cuenta las medidas para controlar la inflación. El Gobierno se despabiló en las últimas semanas, pero todavía tienen que ser más fuertes las políticas para controlar a los formadores de precios y lograr ciertos equilibrios macro», señala.

«Por otro lado, está el tema tarifario porque los subsidios deberían ir a los sectores que realmente lo necesitan y no a los de mayores ingresos, a los que hay que buscar la forma de hacer una quita de subsidios. Ésta no necesariamente generaría presiones sobre el nivel de precios en ese segmento de la sociedad, que tiene capacidad de ahorros, y que además con ese ahorro tiende a comprar dólares y aumentar la fuga de capitales. Por eso hay que buscar un conjunto, un paquete de medidas, que vayan en ese sentido y permitan reactivar la economía”.

Consejo Económico y Social
Salarios a la baja, ganancias por las nubes

También hay que tener en cuenta las utilidades de los privados. En contraposición con lo que sucedió con los salarios, “se incrementaron considerablemente los márgenes de ganancia en el sector privado, especialmente entre 2017 y 2020. En esos años la participación del excedente bruto en el valor agregado del sector privado ascendió del 46,4% al 50,4%, lo que equivale a un incremento del 8,7%”. Según la investigación del centro CIFRA, esto se debe por un lado a que la inflación durante este periodo fue mayor en los precios mayoristas (233,1%) que minoristas (190%) Por lo tanto, el incremento de los precios “a puerta de fábrica” de buena parte del empresariado superó al de los precios al consumidor. Desde la perspectiva empresaria, “la caída de los costos salariales fue en promedio de 23,8% entre noviembre de 2015 y mismo mes de 2020. Es decir, el incremento de los precios mayoristas por encima de los minoristas provocó una reducción de los costos salariales que fue 8,4 puntos porcentuales superior a la disminución del poder adquisitivo del salario promedio (-15,4%)”.

Frente a esto surge el interrogante de cómo es posible que el sector empresario acompañe las políticas que intenta llevar adelante el Gobierno nacional, luego de los grandes beneficios que obtuvieron con el gobierno de Cambiemos. “Acá se trata de tener en cuenta que esos márgenes de ganancia se implementaron, no solo durante el gobierno de Macri, sino también durante la crisis sanitaria del 2020”, explica Manzanelli. “Esto incluyó que los costos laborales cayeron un 25% y, por consiguiente, los empresarios en lugar de pagar 12 salarios estuvieron pagando 9 al año, en términos de lo que representa su costo de producción. Eso da margen para intentar recuperar el salario. Y por eso, cuando se habla de que los salarios superen por dos puntos a la inflación, hay que hacerlo con niveles más importantes para que se recupere el mercado interno y eso va a generar mercado, para que los empresarios puedan realizar sus ganancias. En realidad tienen que darse las condiciones económicas de una política industrial muy activa para volver a generar un proceso de desarrollo sostenible y dar rentabilidad que sirva para reactivar su actividad economía de un modo sustentable”, sostiene el coordinador de CIFRA.

Al respecto, el informe del Centro Scalabrini Sortiz entiende que «una ventaja para ese objetivo es el contexto de crecimiento económico. En una economía que no crece, la disputa distributiva siempre es de suma cero: para que un actor gane el otro debe perder. En cambio, con un crecimiento esperado cerca del 5 por ciento no es necesario que la mejora del salario real se dé a costa del beneficio empresario. En todo caso, será necesaria una reducción de los márgenes sobre los costos que será compensada con una suba en las cantidades vendidas».

Sin embargo, el informe advierte que “el riesgo de un fracaso de este plan está asociado más a la respuesta que pueda lograr del sector empresario que a una tensión excesiva generada por reclamos sindicales”. Aunque no es por eso menos importante señalar el rol que deberían tener algunos sindicatos. Si observamos la relación entre los diferentes sectores laborales y el salario promedio, nos encontramos con que los salarios marcadamente inferiores se desempeñan en el sector de comercio, construcción, agricultura y ganadería. Históricamente estos sindicatos  cierran paritarias a la baja, priorizando las buenas relaciones patronales.

El crecimiento de los salarios por sobre la inflación parece una tarea difícil, aunque puede llegar a lograrse con un crecimiento sostenido. Lo que parece más complicado es que el salario real empiece a escalar tras la caída abrupta producto de las dos pandemias que sufrió nuestro país. Para eso tendrán que ejecutarse varias medidas y sostenerse en el tiempo.

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Nahuel March Rios

Delegado Gral. de la CGI Banco Credicoop. Siempre cerca de ser Sociólogo. Cuervo de alma por herencia y decisión (siempre Club Social, nunca S.A.). Militante por la patria liberada. Autopercibido periodista, win derecho y asador de achuras.