El sindicato de Google hace temblar los Estados Unidos

📲 Luego de varios años de protestas por casos de abusos, discriminación y despidos arbitrarios en la empresa Google, un nuevo sindicato se erige como faro en la región estadounidense de Silicon Valley y se propone transformar el comportamiento ético de las compañías tecnológicas.

Se trata de Alphabet Workers Union (AWU), la primera organización sindical formada por trabajadores y trabajadoras de Google, cuya empresa matriz es la multinacional Alphabet Inc. El nuevo sindicato, que ya cuenta con alrededor de 800 afiliados y afiliadas, fue anunciado en enero de 2021 a través del periódico New York Times y causó estupor en el empresariado de Silicon Valley, una región antisindical por excelencia. 

“Durante demasiado tiempo, miles de nosotros en Google, y otras subsidiarias de Alphabet, hemos planteado algunas preocupaciones en nuestro lugar de trabajo que fueron desestimadas por los ejecutivos”, expresaron Parul Koul y Chewy Shaw, presidenta y vicepresidente del sindicato, respectivamente. “Nuestros patrones han colaborado con gobiernos represivos de todo el mundo. Han desarrollado tecnología de inteligencia artificial para el Departamento de Defensa y se han beneficiado de los anuncios de un grupo de odio”, dispararon. En ese sentido, señalaron que uno de sus logros previos a la constitución del sindicato fue que los ejecutivos de Google abandonaran Project Maven, un programa de inteligencia artificial diseñado entre la empresa y el Pentágono, y Project Dragonfly, polémico plan para lanzar un motor de búsqueda en China. 

El proceso de organización del sindicato no se dio de la noche a la mañana. Uno de los gérmenes que originaron su creación fueron las protestas del 1 de noviembre de 2018, cuando cerca de 20.000 trabajadores y trabajadoras de Google, Weymo y Verily -entre otras empresas de Alphabet- realizaron un paro de actividades en diferentes países para denunciar la actitud que tuvo la compañía respecto de varios directivos denunciados por acoso sexual, entre ellos el creador de Android, Andy Rubin, quien fue desvinculado e indemnizado con la suma de 90 millones de dólares. “Para aquellos que son escépticos de los sindicatos o creen que las empresas de tecnología son más innovadoras sin ellos, queremos señalar que éstos y otros problemas más importantes persisten. En Alphabet continúa la discriminación y el acoso”, denunciaron Parul Koul y Chewy Shaw en el periódico New York Times.

La mayoría de les integrantes del AWU son ingenieros, ingenieras, desarrolladores de software y programadores, altamente calificados y con buenas remuneraciones. Hoy buscan trascender los reclamos salariales y se proponen objetivos ambiciosos como cambiar la estructura y los principios éticos que guían el funcionamiento empresarial de Google y otras compañías del Grupo Alphabet. “Todos merecemos un ambiente de trabajo libre de acoso, discriminación y represalias, independientemente de la edad, país de origen, género, religión u orientación sexual”, reza uno de los puntos del estatuto gremial de AWU. Asimismo, exigen transparencia en los proyectos corporativos y reclaman la posibilidad de negarse a trabajar en iniciativas que no estén en sintonía con sus valores.

“Se está formando un nuevo sindicalismo político en la era de la revolución digital, que no sólo disputa salarios, sino que además hace una crítica política y ética a la conducta de las grandes corporaciones”, dijo a El Grito del Sur el abogado laboralista Juan Manuel Ottaviano. “Las empresas de Silicon Valley están dando una guerra a nivel global por el monopolio de los datos y están dispuestas a traspasar todo limite ético para ganar esa guerra. Por suerte no son sólo los usuarios y los activistas ambientales los que están problematizando este tipo de comportamientos, sino también los propios trabajadores y trabajadoras de esas compañías”, agregó Ottaviano.

Las denuncias manifestadas por Alphabet Workers Union contrastan con las clásicas imágenes de los empleados de Google trabajando en espacios con mesas de ping pong, toboganes que comunican un piso con otro, hamacas y sillones de confort. Marina Adamini, socióloga e investigadora del CONICET, explica a este medio que “los espacios lúdicos y las oficinas que parecen casas forman parte de una estrategia empresarial que promueve la ´individualización´ de las relaciones laborales” y “esto favorece, entre otras cosas, que los contratos o los aumentos salariales se establezcan de forma individual según el rendimiento de cada persona, algo que es posible por la inexistencia de sindicatos y de convenios colectivos en el sector”. Asimismo, Adamini sostiene que “la oficina ambientada como si fuese un living genera un espacio ´deslaboralizado´ y esto favorece que se acepte la extensión de la jornada laboral sin previo acuerdo”. 

Por otro lado, la creación del sindicato en Google tuvo eco en otras regiones de Estados Unidos. Actualmente, en el estado de Alabama, trabajadores y trabajadoras de los almacenes de Amazon -multinacional del comercio online- están llevando adelante un plebiscito para definir si se organizan sindicalmente, o no. Por su parte, la empresa Amazon, que en 2020 facturó 386.000 millones de dólares -38% más que el año anterior- intenta obstaculizar el proceso de organización con prácticas persecutorias y amenazas de despidos. 

No son hechos menores, incluso el propio presidente Joe Biden sentó posición a través de su cuenta de Twitter. “Los trabajadores en Alabama, y ​​en todo Estados Unidos, están votando si organizar un sindicato en su lugar de trabajo. Es una elección de vital importancia, que debe tomarse sin intimidación o amenazas por parte de los empleadores. Cada trabajador debería tener la opción libre y justa de afiliarse a un sindicato”, escribió el mandatario norteamericano. “Hay que retrotraerse 40 años hasta la presidencia de Jimmy Carter para encontrar un presidente de EE.UU que se pronuncie públicamente a favor de la sindicalización en una compañía de primer nivel mundial como Amazon, y que además condene su conducta antisindical”, explicó Ottaviano a este medio.

Especialistas e investigadores de diversas latitudes siguen con atención el proceso de organización sindical que se viene gestando en el seno de la industria tecnológica estadounidense. Para la socióloga Adamini, corporaciones como Google o Amazon encarnan “una ofensiva neoliberal que viene de mediados de los ´70 y que tiene entre sus objetivos flexibilizar al máximo las relaciones laborales”. “Aunque desde el discurso empresarial se pueden rescatar aspectos positivos, en realidad su modelo de negocios termina desprotegiendo y segmentando al colectivo de trabajadores y trabajadoras”, concluyó. 

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Jeremías Herrera

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad de Buenos Aires