Cómo hacer colectivamente lo que individualmente era impracticable

📸 En la Fototeca Latinoamericana (FOLA) se exponen las fotografías del Núcleo de Autores Fotográficos (NAF), grupo clave de los años ‘80.

Leer

La exposición colectiva “La 1@ del NAF” llevaba 48hs desde su inauguración cuando, el 19 de junio de 1986, la policía se presentó en el entonces Centro Cultural Las Malvinas (Florida 753, hoy Galerías Pacífico) y retiró 23 fotografías de la muestra en un acto de censura y secuestro de obra al poco tiempo del retorno de la democracia. La exhibición había sido denunciada por obscenidad y, por orden del Dr. Eduardo Sabattini, se procedió a retirar las imágenes que contenían desnudos. Sin embargo, la muestra continuó y en el lugar de cada foto prohibida se colgó un cartel que decía “la obra que ocupaba este lugar ha sido retirada por la Policía Federal, por orden del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Correccional Mayores”. Recién un año después las fotos fueron liberadas y los autores sobreseídos.  

Esas imágenes, junto con otro centenar de fotografías del Núcleo de Autores Fotográficos, vuelven a verse hoy, 35 años después, en una muestra retrospectiva de la Fototeca Latinoamericana (FOLA). 

La historia cuenta que en 1984 dos jóvenes fotógrafos estaban reunidos en la ciudad de La Plata y que, al calor de la vuelta de la democracia, confeccionaron una posible lista de colegas que los secundaran en la idea de conformar un grupo que abriera los debates sobre la fotografía de entonces. No encontraban espacios para exponer, no se conformaban con los concursos propuestos por los fotoclub y tampoco compartían los lineamientos de la época que miraban más a Europa que a Latinoamérica y a su propio país. Necesitaban hacer un poco de ruido en un ambiente que se preocupaba mucho por la técnica pero poco por la expresión, la reflexión, el arte y la búsqueda de autenticidad. Proclamaban el espíritu solidario, participativo, abierto y crítico, que compartiera la labor fotográfica en desmedro del individualismo y la competencia que reinaba en ese entorno. 

Foto: Gianni Mestichelli

Poco tiempo antes, en México, se había realizado el Primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía y en 1980, en Argentina, se fundó el CAF —Consejo Argentino de Fotografía— con Sara Facio a la cabeza. Ese mismo año se inauguró la fotogalería Omega, la primera de nuestro país y también se seguían de cerca las actividades que en Brasil realizaba la Fundación Nacional de las Artes (FUNARTE) que otorgaba gran incentivo a la producción y difusión de la fotografía. 

Fue en ese contexto de época que Eduardo Grossman y Ataulfo Pérez Aznar, sentados en el porche de una casona de la calle 61de la ciudad de las diagonales, idearon una lista colegas fotógrafos a los que podían convocar. El grupo final debía ser limitado y no muy grande para poder tener un espacio de debate fluido y organizado, y tenían que ser fotógrafos, conocidos o no, con los que se identificaran y compartieran criterio. Se buscaba fomentar la fotografía “de autor” y, en palabras de Silvia Mangialardi, coordinadora de la muestra en FOLA, “construir una instancia que permitiese hacer colectivamente lo que individualmente era impracticable”. 

En una de las hojas manuscritas de Grossman que se exhiben en la fototeca se dejan ver los objetivos del núcleo: “organizar, apoyar y difundir la obra fotográfica de los autores nacionales a través de muestras individuales y colectivas, mesas redondas, talleres y publicaciones”. El grupo original del NAF quedó conformado por 12 fotógrafos: Enrique Abbate, Alfredo Baldo, Amado Bécquer Casaballe, Hugo Gez, Eduardo Gil, Eduardo Grosmman, Juan José Guttero, Marcos López, Gianni Mestichelli, Ataulfo Perez Aznar, Oscar Pintor y Helen Zout. Luego se incorporaría Martín Glas. 

Foto: Eduardo Gil

Los integrantes del grupo se reunían en el estudio de Enrique Abbate, en la calle Reconquista al 800, y compartían sus trabajos. Quizás lo más novedoso era que se ponían al servicio del otro, ofreciendo una mirada, una opinión, o ayudando incluso a armar una muestra individual. Allí redactaron un Manifiesto en donde se presentaron como una propuesta comunitaria y solidaria, cuyo fin era “valorizar lo que ha sido definido como ‘fotografía de autor’ y que “la fotografía como expresión resulte definitivamente incorporada como una de las más auténticas de las Artes Visuales”. Sin identificarse con ninguna corriente, tendencia o técnica y poniendo en el centro la “sensibilidad del autor” los fotógrafos del NAF creían que “la escasa producción y la consecuente falta de difusión llevan a un empobrecimiento de las posibilidades de una reflexión superadora. Faltan ámbitos adecuados para la discusión crítica, investigación y docencia”. 

Desde entonces, como grupo llevaron adelantes distintas actividades hasta el año 1989. En FOLA pueden verse hasta el 6 de junio las exposiciones que promovieron y de las que formaron parte: La primera del NAF, Brasil, Fotones y 17 fotógrafos y San Luis. 

El viaje a San Luis en 1984 fue el primer proyecto que el núcleo concretó. Invitados por la provincia, reafirmaron su principio de ser un grupo participativo y se abocaron a interpretar la región. Si bien los funcionarios de la gobernación esperaban un trabajo más “turístico”, los autores fotográficos retrataron la provincia de modo personalísimo, siguiendo su sentido de expresión. Imágenes en blanco y negro, planos cerrados, retratos a animales y vecinos o paisajes no convencionales formaron parte del único trabajo en el que los autores abordaron un tema en común. 

La Primera del NAF, en junio 1986, logró una gran convocatoria y repercusión pero en su totalidad solo pudo verse por dos días, ya que la policía censuró y secuestró las imágenes de Gianni Mestichelli, de Ataulfo Pérez Aznar y de Enrique Abbate. De cada autor del grupo se expusieron diez fotografías sobre sus trabajos personales. Así puede verse la serie “Desplacaments” de Martín Glas realizada en Barcelona en 1980, los retratos de Marcos López y el trabajo de Eduardo Gil en el Hospital Borda. La serie de “Mimos” de Gianni Mestichelli, una composición a base de cuerpos y movimientos, o la serie de Ataulfo Pérez Aznar en la que el autor afirma “en los desnudos se ven las tensiones de esos momentos”. En otros trabajos también está presente la institucionalización de la salud mental: además de los registros en el Borda, se pueden ver las fotografías de Helen Zout en el Hospital Neuropsiquiátrico Melchor Romero y las de Abbate en un hospital de Barcelona. 

Para Ataulfo Pérez Aznar “la influencia del NAF fue terriblemente importante”. Él junto a Silvia Mangialardi llevan dos años trabajando en esta exposición, “es un proyecto que veníamos soñando con Ataulfo hace mucho tiempo. Personalmente creo que las nuevas generaciones de fotógrafos necesitan conocer la obra de los que los precedieron”, dice la curadora. El NAF comenzó a llevar adelante su interés latinoamericano en la VI Semana Nacional de Fotografía en Ouro Preto, Brasil. Allí participaron 45 autores argentinos de la muestra Fotografía Argentina de los 80 y resultó fundamental para el intercambio entre fotógrafos de distintos países, lo que posibilitó gestar, dos años después, el primer evento de fotografía internacional en Argentina: las jornadas de Fotografía Buenos Aires-La Plata 1988, la acción más grande en la que participó el núcleo, que llevó adelante más de 50 actividades y contó con la presencia de importantes invitados y referentes extranjeros de las principales agencias y revistas del mundo. 

Foto: Ataulfo Pérez Aznar

 “Siempre pensamos que nos merecíamos ver estas muestras que, por diferentes motivos, nos habían eludido, Son parte de nuestra historia, es un poco  revisitar nuestras raíces”, asegura Mangialardi. Para Pérez Aznar, el legado del grupo es mostrar que “agrupándose se pueden hacer cosas importantes, más allá de la propia obra”, destaca del núcleo el “espíritu de solidaridad” pero además, su influencia se vio concretamente en que los primeros editores fotográficos en los medios fueron profesionales que pertenecieron al NAF o bien se formaron con los talleres, muestras y actividades que promovía el grupo, como Eduardo Grossman, Dani Yako y Diego Goldberg, entre otros. 

La experiencia del Núcleo de Autores Fotográficos, en sus cinco años de existencia, marcó un hito importante en la fotografía nacional, y su obra merece ser revisitada. 

Compartí

Comentarios