Desde la entrada en vigencia del ASPO en marzo de 2020 y hasta los primeros días de este año, la Policía de la Ciudad sólo había intervenido en apenas 5 fiestas clandestinas y otras 19 reuniones en domicilios privados o bares y boliches porteños donde se violaban los protocolos sanitarios vigentes hasta entonces.
El dato se desprende de un pedido de acceso a la información pública que El Grito del Sur elevó a la Jefatura de esa fuerza a través de la Secretaría de Seguridad porteña, que conduce el vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, y desnuda a las claras la flexibilidad y la displicencia con la que se controló la circulación nocturna y la aplicación de los protocolos de cuidado en territorio porteño, un tema que forma por estas horas uno de los contrapuntos entre el Gobierno nacional y el Ejecutivo de la Ciudad.
Según el informe que elaboró la Superintendencia de Seguridad comunal a pedido de este medio, hasta enero de 2021 sólo se detectaron 5 fiestas clandestinas en la Ciudad, un número muy pobre frente a la cantidad de denuncias a las que hace referencia el propio Presidente y que cualquier ciudadano atento a la aplicación de los protocolos pudo detectar por sí mismo durante todos estos meses. Las restantes 19 intervenciones se restringieron a desbaratar reuniones sociales correspondientes “al delito Ley 11179, Artículo 205 (violación de medidas contra epidemias)”.
Para el Gobierno porteño, la población en general y los locales nocturnos en particular vienen cumpliendo con los protocolos y las medidas sanitarias. Así lo afirmó el propio Diego Santilli luego de la convocatoria que realizó Nación este lunes para rediscutir las restricciones ante la impiedad de la segunda ola. Este mismo lunes, la propia Agencia Gubernamental de Control difundió un comunicado en el que destaca “un alto acatamiento por parte de los comercios, en su inmensa mayoría bares y restaurantes” y que sólo hubieron cinco clausuras durante el fin de semana pasado.
Tal como informó este medio, durante el primer mes de reapertura de bares y locales gastronómicos a mediados de 2020, la AGC había elevado 43 órdenes de clausura.
“El problema central está en las reuniones sociales donde la gente se distiende y en ese momento de distracción, de esparcimiento, es mucho más fácil contraer el virus”, dijo anoche el presidente Alberto Fernández para justificar las nuevas medidas de restricción a la circulación nocturna a partir de las 20 horas y hasta las 6 de la mañana del día siguiente. Esta mañana, además, amplió en la argumentación sobre la necesidad de desplegar a las fuerzas federales para un mayor control en las calles: “Todo el mundo tiene mi número de celular y el fin de semana no fueron pocos los vecinos que me mandaban fotos de Palermo con todos los bares abiertos”, dijo, en un tiro de elevación a la Policía de la Ciudad y al Gobierno porteño.
