Los casos de coronavirus siguen en aumento y crece también el riesgo de saturación del sistema sanitario en el AMBA. Tanto funcionarios -en especial aquellos del Gobierno bonaerense- como expertos en salud advierten que quedan pocas camas disponibles en las terapias intensivas y apelan a la responsabilidad social, mientras que el Ejecutivo porteño se dedica a ponderar su capacidad (y cantidad) de testeos. ¿Y la imposición de nuevas restricciones o medidas de prevención? Bien, gracias.
Durante el fin de semana, las voces de alerta estuvieron en todos los medios. El sábado, representantes de obras sociales y empresas de medicina prepaga junto con el Sindicato de Salud Pública, ATE, CICOP, AMRA y UPCN y el Ministerio de Salud bonaerense emitieron un comunicado en el que detallaron que “la ocupación promedio de camas en el AMBA alcanza el 69,2 por ciento, cuando hace sólo dos semanas, la ocupación era del 56,5 por ciento, aclarando que estas cifras promedio representan que haya ya muchos centros de salud por arriba del 90 por ciento de ocupación».
La titular del PAMI, Luana Volnovich, manifestó su preocupación porque ya no hay camas de terapia para pacientes de la entidad estatal en CABA “y estamos cerca del 100% de ocupación de camas de terapia en AMBA”. Esto implica que adultes mayores -que forman parte de la población de riesgo- podrían no tener lugar para internarse en caso de ser necesario.
“Estamos recibiendo 16 mil llamados a emergencias por día, cuando habitualmente son entre 5 mil y 6 mil. Trabajamos de manera articulada entre el Estado y el sector privado, pero es imprescindible tomar medidas rápidas porque el crecimiento de casos es muy alto”, detalló Volnovich y pidió respetar “las medidas de cuidado mientras la vacunación avanza”.
En el comunicado de prensa, las obras sociales y prepagas señalaron que «el acelerado aumento de la demanda” impulsada por la suba de los casos de estas últimas semanas “ha provocado un incremento exponencial de la ocupación de camas de Unidades de Cuidados Intensivos” y, por lo tanto, reclaman “medidas drásticas”. «El sistema de salud tiene un límite y, con el correr de los días, vemos que estamos cada vez más cerca de alcanzarlo», advirtieron.
Claudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de Salud y dueño de una de las prepagas con mayor cantidad de afiliados, Swiss Medical, se expresó en la misma línea. «Para esta época del año la ocupación de camas la tenemos en 50 por ciento, este fin de semana lo tuvimos al 90 por ciento, nunca en 30 años de profesión vi algo así», dijo en una entrevista que brindó a FutuRock. «Yo entiendo que la situación económica es recontra compleja, pero el año pasado el sistema no se saturó porque las medidas fueron duras», agregó el empresario.
La semana pasada, el presidente Alberto Fernández informó sobre las nuevas medidas de prevención que se mantendrán (al menos) hasta el próximo 30 de abril. “(En las zonas de mayor riesgo) se suspenden actividades sociales en domicilios particulares, reuniones sociales en espacios públicos al aire libre de más de 20 personas, bingos, casinos, discotecas o cualquier salón de fiesta, la práctica recreativa de deportes en lugares cerrados donde practiquen más de diez personas, cierre de bares y restaurantes a partir de las 23 horas», expresó el mandatario en un mensaje grabado desde la Quinta de Olivos.
Por su parte, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof describió que el rebrote de casos “no es una ola, es un tsunami” y evalúa imponer otras restricciones para paliar la situación. Su ministro de Salud, Daniel Gollan, explicó que se han encontrado «cepas nuevas en cantidades importantes en varios lugares» y este podría ser uno de los motivos del aumento de la velocidad en los contagios. Las nuevas cepas, en especial la P.1 (comúnmente llamada “Manaos”), se transmiten con mayor rapidez y afectan más a las personas jóvenes que la cepa común.
A diferencia de lo que sucedió el año pasado, los especialistas en salud recalcan que las nuevas cepas afectan a las personas jóvenes más que la cepa original que circula desde 2020. En Brasil, por ejemplo, los pacientes de 39 años o menos que están en terapia intensiva superaron las 11 mil personas y representan un 52,2 por ciento del total de internades. Al principio de la pandemia, esta cifra alcanzaba solo el 14,6 por ciento.
Rosa Reina, presidenta de la Asociación Argentina de Terapia Intensiva, dijo: “Ahora llegan más jóvenes, entre 55 y 60 años promedio, con comorbilidades y en peor estado: el 70 por ciento requiere un respirador. Eso muestra la gravedad de la situación”. Asimismo, Reina explicó que los pacientes jóvenes requieren internaciones más largas -de entre 15 y 20 días- y esto dificulta la posibilidad de que ingresen nuevos pacientes.
«La única que nos queda es seguir vacunando a un promedio muy alto diario mientras esperamos que bajen los casos», agregó Gollan y afirmó que «el 97 por ciento personal de salud, el 67 por ciento de mayores de 70 años» ya fueron vacunados en la provincia, al igual que “muchos a mayores de 60 con comorbilidades».
Aún así, directores y directoras de hospitales municipales y provinciales que funcionan en el territorio bonaerense publicaron una carta abierta en la que hacen “un llamado a la solidaridad y la responsabilidad ciudadana” porque, explicaron, “vivimos en Argentina el peor momento de la pandemia”.
Los especialistas señalaron que los hospitales pudieron mejorar su equipamiento y la cantidad de camas y que la mayoría del personal de salud está vacunado contra el coronavirus, pero resaltaron que “si los casos siguen subiendo nada va a alcanzar”. Lo único que se puede hacer ante la reticencia de los gobiernos a cerrar actividades es extremar los cuidados y (una vez más) quedarse en casa con las ventanas bien abiertas.
