Colombia se prende fuego

🇨🇴 A sangre y fuego, el gobierno de Iván Duque respondió con represión a las protestas contra la reforma tributaria. Colombia arde y el mundo observa.

A diferencia de su vecino oriental, Colombia no suele ocupar las tapas de los principales medios internacionales. Mientras Nicolás Maduro y Venezuela han sabido acaparar las portadas de la prensa, el presidente colombiano Iván Duque ha corrido con ventaja y -pese a los cientos de dirigentes sociales asesinados- su gestión no ha tenido la misma exposición mediática internacional. Sin embargo, ahora aparece en el centro de la tormenta: el delfín de Álvaro Uribe, encargado de tirar por tierra los acuerdos de paz con las FARC (luego de una ardua negociación y un conflicto armado durante décadas), perdió el silencio protector de la prensa internacional a raíz de los 26 muertos y casi 1100 heridos que ha dejado como saldo la represión a la protesta que se desarrolla en su país.

Colombia ha sido una de las joyas de la corona del neoliberalismo en América Latina: con la excusa de la guerra contra el narcotráfico, Estados Unidos instaló bases y tropas en su territorio y desplegó el Plan Colombia, un programa de cooperación militar que sirvió para tutelar el desarrollo político del país cafetero. Pero el saldo para las grandes mayorías no ha sido tan positivo como auguraban los panfletos yanquis: con un 11% de su presupuesto dedicado a defensa, Colombia -la cuarta economía de América Latina- tiene a casi la mitad de su población viviendo en la informalidad, un 16,8% de desocupación y un 42,8% de pobreza. Una olla a presión que venía contenida y que explotó al calor de la discusión por la reforma tributaria.

Si bien la Defensoría habla de 19 muertos, la ONG Temblores registraba hasta anoche 26 fallecimientos, a los que se suman 1181 casos de violencia policial y entre los que se incluyen 9 episodios de violencia sexual. Estos escalofriantes números, sumados a un ejército desaforado en las calles del país, son el saldo de las protestas. Su origen se remonta a semanas atrás, cuando el presidente Iván Duque presentó su propuesta de reforma tributaria que aumentaba el IVA a los alimentos, bienes y servicios, y ampliaba la base tributaria del impuesto a la renta. Pero al calor de la movilización popular, duró poco la iniciativa conservadora en materia fiscal: el domingo por la tarde, Iván Duque decidió retirar su reforma y el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, presentó su renuncia.

«Esta es una crisis económica, social y humanitaria que viene arrastrando el gobierno desde hace tres años. Van 1500 personas asesinadas por motivos políticos en lo que va del gobierno de Duque», explica Laura Capote, comunicadora colombiana y militante de Marcha Patriótica. «La reforma tributaria fue la chispa que encendió la pradera y generó una gran movilización», agrega. Capote destaca que, a pesar del rol fundamental que desempeñaron las organizaciones sociales en la masiva protesta, fue central el papel que tuvo la juventud autoconvocada, cansada del desempleo, la pobreza y la precarización.

Un simple recorrido por las redes sociales puede dar cuenta de la sanguinaria actitud de las fuerzas del orden colombianas. Tal vez el video más representativo del dolor ocasionado por la impunidad policial sea el desgarrador grito de la madre de Santiago Murillo, un joven de 19 años asesinado en la ciudad de Ibagué: “Me mataron a mi hijo, mi único hijo, que me maten a mí también”. En el país insignia del paramilitarismo, el esquema de represión es el siguiente: de día interviene el Esmad (Escuadrón Móvil Antidisturbios) y a la noche, en los principales focos de movilización -Cali, Bogotá, Medellín, Pereyra, Manizales-, sale la propia policía a disparar indiscriminadamente. Los organismos de Derechos Humanos denunciaron el accionar de policías de civil que fueron vistos formando parte de la represión a la protesta. «Lo de la noche es una cacería de brujas», señala Capote, que destaca la brutalidad policial con que se reprimió anoche en la ciudad de Cali, en un operativo que incluyó disparos desde helicópteros e incendios de casas.

Desde Shakira hasta René Higuita se sumaron a los repudios a la represión. Pero lejos del deporte y la farándula, uno de los posicionamientos más significativos fue el de la portavoz de la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Marta Hurtado, quien condenó el uso excesivo de la fuerza y exhortó a mantener la calma. Desde Ginebra, las cosas se ven distintas que desde Cali. Pese al triunfo popular que significó la retirada de la reforma, las organizaciones sociales y los sindicatos anunciaron que redoblarán esfuerzos y continuarán en las calles y ya avisaron que este miércoles 5 de mayo vuelven al paro.

Vivian González es militante y encargada de Derechos Humanos del partido Comunes en Cali. «La represión ha sido escalonada. Los primeros días intentaron disuadir a la gente. Luego la Policía Metropolitana comenzó a atacar con armas de fuego a manifestantes. Ahora, hace dos días que la ciudad está militarizada y con participación del GOES. Es un tratamiento represivo y militar de las protestas del pueblo, una respuesta con tiros a gente que solo tiene piedras en sus manos», explica la joven.

Mientras tanto, los principales medios de comunicación del país hacen caso omiso a las muertes y la represión. «Los medios de comunicación sólo han callado los muertos. Los medios alternativos y las redes sociales son las únicas herramientas que tenemos para contar lo que sucede. Los grandes medios dicen que hay bloqueos, que somos vándalos, hablan del desabastecimiento de combustible pero no de las inconformidades del pueblo ni de la forma en que las tramita el gobierno», agrega González.

Varias regiones fuerzas campesinas se han sumado al paro cortando los accesos a algunas de las principales ciudades. La magnitud de la protesta, que comenzó el 28 de abril y se extiende hasta hoy, ha hecho tambalear el gobierno de Duque y ya le costó caro en su marco de alianzas, quienes debieron salir a despegarse de las decisiones del presidente. De la crisis también salen fuertemente golpeados Claudia López e Iván Ospina, alcaldes de Bogotá y Cali respectivamente, quienes apoyaron desde un primer momento la reforma tributaria y no intercedieron para contener la violencia policial.

A un año de las elecciones presidenciales, queda abierta la pregunta sobre cómo podrá capitalizar el descontento la izquierda colombiana. Gustavo Petro, candidato presidencial por Colombia Humana, exigió el cese de la represión y señaló desde su cuenta de Twitter: «Esta es la masacre de Duque, así es cómo Uribe realiza su proyecto político de hambre para el pueblo y ganancias a los banqueros». En un país atravesado hace más de medio siglo por la guerra, resta aún bastante tiempo para saber si la protesta puede convertirse en organización y cambiar el rumbo institucional de Colombia. Por ahora las calles siguen ardiendo y los muertos de Duque se siguen sumando.

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Yair Cybel

Una vez abrazó al Diego y le dijo que lo quería mucho. Fútbol, asado, cumbia y punk rock. Periodista e investigador. Trabajó en TeleSUR, HispanTV y AM750. Desde hace 8 años le pone cabeza y corazón a El Grito del Sur. Actualmente también labura en CELAG y aporta en campañas electorales en Latinoamérica.