A través de la resolución 1916/2020, la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia creó el Consejo Consultivo de Adolescentes, un espacio de participación, consulta y diálogo intergeneracional para que chicas y chicos hagan oír su voz, opinen e incidan en las políticas públicas que les involucran. El mismo está integrado por 32 adolescentes titulares y 16 suplentes, de entre 13 y 17 años, de todas las jurisdicciones del país.
“Creamos el Consejo para institucionalizar mecanismos de consulta y participación. Este espacio permitirá que las chicas y los chicos puedan opinar e incidir en los diversos momentos de gestión de las políticas públicas que les atañen, siguiendo los preceptos de la Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña y la Ley 26.061”, señaló Gabriel Lerner, secretario nacional de Niñez, Adolescencia y Familia.
Luisana Silvero tiene 14 años y es una de las consejeras. Militante estudiantil y feminista, con apenas 12 años fue presidenta del Centro de Estudiantes de la ES19 de Tortuguitas, y dos años después, se convirtió en referente de la Unión de Centros de Estudiantes de Malvinas Argentinas, corresponsable Infantil y Adolescente en el Instituto Interamericano del Niñx, y representante por Argentina en la Red Surca (Red de Crianzas y Adolescencias, dentro del Mercosur). Desde el conurbano bonaerense, la joven que comenzó a transitar el camino de la militancia a partir de «la marea verde» y tiene a la legisladora Ofelia Fernández como modelo a seguir, insiste en que hay que saldar la deuda con les adolescentes, quienes tienen el derecho de incidir en las políticas públicas.
“El movimiento estudiantil me cambió la vida. Desde que tenía 11 años y cursaba 5to grado de primaria, entiendo lo inmenso e importante que es. En 6to grado tuve mis primeros pasos, intenté crear un centro de estudiantes, pero fue una lucha que lamentablemente no se llegó a conquistar porque me veían muy chica. Hoy miro hacia atrás, y recordando todo lo que pasó en esa época llego a la conclusión de que las ideas de les niñes siempre están ahí, palpitando fuerte para que alguien las escuche”.
La idea de crear un consejo consultivo nacional de Adolescencias dentro de la Secretaría y en conjunto con el Ministerio, surgió en noviembre del 2020, a partir del trabajo mancomunado entre la SENAF y el Comité Asesor Adolescente, conformado por diez jóvenes destacados de Argentina, entre quienes se encuentra la referente de la juventud malvinense. “Nos encomendaron la tarea de armar el Consejo Nacional de Adolescencia, contactarnos con jóvenes del país, postular a los candidatos y delinear la conformación final del proyecto. Tuvimos que seguir pautas burocráticas y ejemplos de otros países para crearlo y, junto a las autoridades, emprendimos la tarea más compleja de definir los tiempos, mecanismos de elección de les demás consejeres y las funciones de este nuevo organismo en sí. Dimos y estamos dando un gran laburo intergeneracional, donde las ideas de les pibes son iguales de valiosas que las de las autoridades, o a veces más”. El comité duró seis meses y logró la consolidación de un consejo con todas las jurisdicciones del país representadas, con paridad de género y diversidad de movimientos y militancias.
La militancia estudiantil refleja fuertemente un recambio en la forma hegemónica, histórica e institucional de hacer política. En 1983, en pleno auge por la recuperación de la democracia, las escuelas secundarias creaban sus centros de estudiantes de la mano de identidades como la juventud radical, la juventud peronista, el Partido Intransigente o la “Fede”, entre las más paradigmáticas. En los noventa, la crisis de representación de los partidos trajeron nuevas demandas juveniles: ya no sólo se paraban en contra de las políticas neoliberales, sino que empezaban a manifestarse contra la represión policial hacia les pibes. Es así como recién en 2008 les jóvenes volvieron a referenciarse y a participar en espacios partidarios. Ya no solo mediante la juventud kirchnerista sino también en otros espacios políticos como la juventud del PRO, las juventudes de izquierda, entre otras. Estas expresiones, al día de hoy, llevan a un mayor campo de disputa entre “la pibada» que ya no sólo salen a las calles y accionan entre grupos, sino que se ven disputando entre ellxs el lugar de les jóvenes en la política.
“Hubo varios factores que crearon el escenario perfecto para entregarme a la política. El macrismo tomó un rol fundamental. Eran épocas donde nuestros docentes eran muy ninguneados y les estudiantes junto a ellos le poníamos el pecho a la situación. Sucedían las tomas de los colegios más importantes que copaban los medios de comunicación, y ver cómo pretendían pisotear a compañeres del movimiento, sólo por luchar por una educación de calidad, me motivó a construir”, comenta la joven.
Los temas que abordará el Consejo Nacional de Adolescencias son “la educación de jóvenes, la lucha contra la violencia de género, la inclusión laboral de los jóvenes y la llegada de las políticas nacionales al interior, la promoción de la ciencia nacional en la juventud, la correcta aplicación de la Ley de Educación Sexual Integral, el deporte como forma de contención social, políticas de acompañamiento frente al embarazo adolescente, la salud sexual, el cambio climático y el rol de la juventud, la violencia institucional, la participación democrática de jóvenes y su ampliación, entre otros”. “No me puedo imaginar en algún lugar o cargo puntual”, responde Luciana cuando se le consulta dónde se ve en un par de años, respondió. Yo voy a estar donde les pibes y el contexto lo demande, siempre teniendo a la juventud como bandera y entendiendo a la política como una herramienta hermosa para transformar todas las realidades que lo requieran». Al finalizar, mientras habla de las demandas actuales, la consejera promete llevar la bandera y el reclamo de la federalización, para que se sigan ocupando las bancas que les pertenecen a les jóvenes y que no tienen las oportunidades de llegar. “Mi tarea estará cumplida cuando podamos superar el adultocentrismo y construir la Patria que queremos, que es aquella que reconoce nuestros derechos y no deja a nadie afuera».
